Un documental con aire de chacarera

Un documental con aire de chacarera

18 Agosto 2013

Por Maricruz Gareca y Boris Katunaric

APU: Contanos, para empezar, de qué se trata el documental “Aire de chacarera”.

Nicolas Tacconi: El documental primero se hizo como una experiencia de amigos que hicimos un viaje a Santiago a la Fiesta de la Abuela, con Fernando que es el protagonista, el hermano de Fernando y dos amigos más. Fuimos porque el hermano de Fernando había ido antes y había dicho que Santiago era muy lindo y lo que pasaba con la música ahí, insistió en que fuéramos a la Fiesta de la Abuela así que fuimos como en un viaje de amigos. Nos pareció increíble, yo no conocía la música de allá y aunque lo conocía de nombre, nunca lo había escuchado a Peteco (Carabajal) y me conmovió. Yo estudié cine y cuando volvimos -con Fernando habíamos hecho hacía unos años un programa de radio- empezamos a hablar de hacer algo con el folclore santiagueño como algo más general, no sabíamos si con Peteco o la Fiesta de la Abuela o qué; paralelamente a esto había unas grabaciones del abuelo de Fernando hechas en reuniones de amigos o en un homenaje que le hicieron una vez en un hotel, de él tocando el piano, cantando o tocando la guitarra, que también estaban dando vueltas hacía un tiempo, sobre todo después que falleció el abuelo de los chicos en el 2001.

Ellos conocieron algunos amigos y tenían estas grabaciones  que estaban ahí pero nunca le dábamos mucha bola; cuando volvimos de Santiago las empezamos a escuchar y a escuchar otros músicos, pero siempre nos gustaba más la música de Mario que fue ganando más protagonismo y empezamos a decir: bueno, el documental tiene que ser sobre tu abuelo porque es increíble la música y la letra. Mientras tanto, yo sabía que me podía ocupar de filmar y con Popa (Fernando), entre los dos, estábamos pensando la historia pero no sabíamos qué lugar dentro de la filmación iba a tener él, si era un entrevistador  o nos inventábamos que era un periodista, y a él se le empezó a despertar todo esto que él tenía de su infancia y del papá de él que sí escucha mucho folclore. De ahí que él empezó a tener más protagonismo y entonces fue: vos haciendo de vos con esto que te pasó, pasar de escuchar rock a escuchar folclore y querer que tus hijos también conozcan esta música.

Fernando empezó a tocar el bombo, el hijo de Fernando empezó a tocar el bombo y entonces una cosa que estaba frenada en los papás de él, pasó y se pudo transmitir a otra generación. Ahí quedó claro eso y empezamos a hacerlo desde ese lugar y también fuimos sumando cosas que están dentro de la música de Santiago que a nosotros nos gustaba: la mitología o las cosas que pasan en las fiestas. Volvimos a la Fiesta de la Abuela pero para filmar porque nos parecía que estaba buenísimo y, además, hay algunos mitos como por ejemplo que en Salabina nació la chacarera, entonces tenemos que ir a Salabina y buscar allá alguien que esté conectado con lo que fue el primer folclore, el momento en el que el abuelo de Fernando tocaba.

APU: Buscar la génesis de eso, digamos.

NT: Claro, entonces fuimos también a Salabina y a algunos pueblo de por ahí y fueron, digamos, como un poco de esas tres cosas: lo que le pasaba a Fernando, la historia de Mario como músico y poder mostrar las grabaciones de él que están en la película y el universo que hay alrededor de la chacarera y Santiago, los mitos y lo que le gusta a la gente.

APU: Entre Fernando y Mario, está Diego Arnedo, el bajista de Sumo y Divididos. Divididos, incluso, tocó canciones de él en algunos de sus discos.

NT: Sí, ellos tienen un montón de canciones de folclore, por ejemplo tocaron El arriero y algunos temas de ellos tienen cosas de folclore también; en el último disco incluso tocaron La flor azul que es de Mario. Bueno, después en la película está Diego, hablamos con él, que tuvo buena onda y aparece contando un poco qué cosas él tomó del folclore y cómo lo pasó al rock, y dice que se dio cuenta con el tiempo de que él había hecho como una transformación de la música de su padre a la música que le gustaba a él por elección propia; lo muestra en la película, cómo hay cosas que pasan del rasguido de la chacarera a las canciones de rock - con Azulejo, por ejemplo.

APU: La película, por lo que se ve en el trailer, está planteada como una suerte de road movie, y tiene que ver un poco también por lo que vos contabas sobre que iban de un pueblo a otro en una búsqueda en varios sentidos.

NT: Hay un momento en que sí, como que la búsqueda de Fernando empieza acá en Buenos Aires, después va a Santiago, a la capital, y después va al monte, a Salabina, Loreto y Atamisqui que son como los lugares más en el monte y más antiguos en la manera de tocar y ahí él va en un motor home con el hermano, recorriendo algunos pueblos y el campo, el monte santiagueño. Sí, es un viaje físico también.

APU: En un momento del documental Diego Arnedo dice que, de alguna manera, lo nativo del folclore y lo desenfrenado del rock van unidos, están hermanados. Es muy interesante plantear ese lazo entre ambos.

NT: A nosotros nos gusta mucho el reggae. Nunca fuimos a Jamaica ni a Kingston, pero si leímos mucho de cómo eran los comienzos de esos músicos, cómo tocaban y cómo armaban los lugares para tocar y todo era como muy rudimentario,  estudios de grabación de sellos que ahora los ves y son increíbles, pero ves las fotos de esos lugares y eran un cuartito en medio de una calle de tierra con nada, nada de nada y era increíble lo que hacían ahí. Cuando fuimos a Los Lagos, a la Fiesta de la Abuela, vimos ese paralelo, para nosotros era como estar en un lugar así, al escenario donde tocaban subían 35 personas a tocar y decís “esto se cae a pedazos en cualquier momento”  y bueno, siempre vimos esa conexión. Diego, del lado del rock, hace esa conexión y Juan Saavedra y otros músicos  también te dicen, del lado del folclore, que también ven que hay algo de lo que fue el rock y que ellos toman. Juan Saavedra dice que en el folclore está el espíritu libertario del rock, ellos lo ven así.

APU: Claro, es una manifestación  de lo popular, básicamente.

NT: Sí, claro. Una de las interpretaciones de la Salamanca es que uno va a un lugar donde está el diablo, le pide virtudes musicales, es muy parecido a lo que pasa con el blues. No sé cómo será con el blues, pero lo que nos decía Juan Saavedra es que en realidad era una cosa que hicieron los españoles para demonizar el lugar al que se iba, o sea ellos vinieron acá con el intento de erradicar una cultura y entonces la gente tenía que esconderse para aprender su música, su idioma o sus artes, entonces el español decía “el que va ahí, va a una cosa demoníaca”, entonces ya la gente empezó a tomarlo como un lugar que era maléfico; por ahí, con el blues pasó lo mismo, habría que averiguar pero era como una tradición musical que intentaron erradicar diciéndoles que eso no estaba bien.

APU: Ya en el terreno de la producción,  ¿este es tu primer largo documental o ya habías incursionado en este género antes?

NT: No, yo actué en una película de una amiga mía de la facultad que se llama Ana Katz, pero lo hice más de amigo que de otra cosa, y después produje, estuve como en el principio de Los Paranoicos y de otra película de Gabriel Medina al que ayudé a armar el proyecto, o sea estuve en la parte de producción de esa película. Yo hice un documental muy corto sobre stencil acá en Buenos Aires sobre algunos grupos de acá y era como una cosa de media hora que hice con dos amigos antes, después había filmado en la facultad pero nada más, esto es como el proyecto mío más serio, más grande que hice.

APU: Para ir despidiéndonos, queríamos preguntarte qué expectativas tienen con esta película, si ya la pasaron o van a pasar en Santiago del Estero, en esos lugares donde se desarrolla el documental.

NT: Sí, para nosotros fue el pre-estreno en el que fueron nuestros amigos y nuestras familias, lo que nosotros esperábamos conseguir. Después, siempre decíamos estaría buenísimo que la den en el Gaumont que es un cine grande y de los viejos, es muy lindo el lugar y que la den ahí, estaba muy bueno. Y ahora, ir a Santiago donde también quiero que vayan mis hijos y mi mujer, que conozcan ellos el lugar.

Sé que en Santiago va a estar como muy bien recibida así que nuestra idea es ir allá, ya estamos hablando con Alberto Bravo de Zamora que está en la película y que es el Director de la Academia Folclórica de allá y, además, conoce mucha gente de allá, músicos, entonces ya sé que algo se va a armar. Después hay un cine móvil en Santiago que nosotros, en un momento, estuvimos en contacto para ir y hacer una proyección no sé si en Salabina, pero si en Loreto o en Atamisqui que son dos pueblos chiquitos; que una proyección ahí, al aire libre,  y que algunos músicos de los que nos hicimos amigos después toquen y se arme algo ahí, sería ideal. Yo quiero llevar a mi familia a la peña después de, o sea ver la película de noche ahí, al aire libre, estaría buenísimo, pero lo que pasé después  de la proyección quiero que ellos lo conozcan también.

 

Aire de chacarera se proyecta en el Cine Gaumont (Av. Rivadavia 1635) en dos funciones diarias: 13.55 hs y 21.35 hs. Entrada general: $8

Facebook: https://www.facebook.com/doc.airedechacarera