"Tomando Estado": entrevista a Federico Sosa

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"Tomando Estado": entrevista a Federico Sosa

18 Octubre 2020

Por Gito Minore

Tomando Estado, narra la historia de Carlos y Nicola, dos trabajadores de una cooperativa eléctrica de un pueblo del interior, en plena crisis del 2001. A la par que Carlos, un viejo militante de los setenta, intenta mediar en un conflicto gremial, Nicola conoce a Victoria, una joven recién llegada de la Capital que viene a trabajar en una radio zonal. El filme, protagonizado por Germán de Silva, Sergio Podeley y Verónica Gérez, entre otros, es la cuarta producción de Federico Sosa. Pocos días antes del estreno, tuvimos la oportunidad de hablar con él sobre el filme, y de su pensamiento acerca de la actualidad del cine argentino.

AGENCIA PACO URONDO: En Tomando Estado, se narran los últimos días del gobierno radical de De La Rúa, previo al estallido del 2001.  A diferencia de otras películas o libros, en los que la acción está instalada en la ciudad de Buenos Aires, en tu filme los hechos ocurren en el interior de la provincia. ¿Qué te lleva a narrar desde ese lugar?

Federico Sosa: En este caso las condiciones de producción nos llevaron a elegir rodarla en un pueblo del interior porque contábamos con mejores posibilidades al concentrar la acción en un solo lugar: la cercanía de las locaciones, no perder tiempo en traslados y contar la historia sin dejar que la falta de guita haga perder calidad a la película. Ahora, esto trajo imágenes y escenas que no se si hubiera conseguido filmando donde la tenía pensado en el guión original. Uno se va adaptando siempre y vas viendo en los nuevos escenarios que se te presentan qué es funcional a la historia y qué no.

APU: Asimismo, a diferencia de otras producciones del cine nacional donde el campo o “las afueras” son presentados como espacios de liberación o indagación personal, libres de compromisos sociales, en tu obra precisamente el territorio es lo que está en conflicto, es el espacio de lucha ¿por qué plantear esa tensión que se suele soslayar?

F.S.: Creo que tiene que ver con las cosas que a uno le interesa contar entonces vas e investigás sobre eso. Al trasladar la historia estuvimos hablando con los integrantes de la cooperativa de Suipacha, que es donde filmamos la película, también yo había hablado con gente de la cooperativa de Maipú y también con amigos de Saladillo, que me contaron también como fue el conflicto del 2001 en el interior. Yo ese punto de vista no lo tenía y todo eso lo sumamos al guión. Yo hago cine documental y eso siempre requiere una investigación previa, hablar con la gente, buscar los protagonistas y demás. El cine de ficción a menos que hagas algo muy íntimo también requiere una investigación previa, y a mi me gusta siempre sumar cosas de la cultura popular, anécdotas, referencias para que el espectador se identifique y se reconozca adentro de la película.

APU: Tomando Estado, ya desde el título, es una película donde la ideología política está presente. Esta impronta, esta postura que vos tomás ¿cómo juegan a la hora de la producción y distribución de la cinta?

F.S.: Y supongo que es mas difícil que otras, pero eso no te lo planteás, porque uno intenta hacer el cine que quiere hacer sin importar el costo. En esta actividad el que especula está perdido, porque nunca se sabe donde va terminar la película, ni en que contexto se va a estrenar o quien la va a ver, si hay fórmulas más exitosas que otras. También pasa que lleva mucho esfuerzo hacer una película cuando tenés pocos recursos y muchas veces tenés que salir a laburar para terminar de pagar la posproducción o hacer otra película y meter tu sueldo entero para terminarla y cuando estás en la mala, lo último que querés tener es una película que no querés, entonces la variable ahí es el tiempo, querés que se vea bien entonces tardás más y todo eso se sostiene por el amor que le tenés a la película.

APU: En la película están incluidos diversos fragmentos de textos de autores contemporáneos (Saccomano, Incardona, Feinmann) ¿Cómo dialogan esos relatos con el tuyo?

F.S.: Es meter a la cultura del país y a la gente que uno admira en la película, meter frases, escritos de gente que hizo y le dedico su vida a la cultura, a la política, a sostener las ideas de un país mejor. De Feinmann agarré un monólogo de una obra que vi a principios de los 2000 y que fue el disparador para una de las escenas de la película; de Saccomano el prólogo de uno de sus libros; y de Juan Diego Incardona hasta pudimos lograr que esté en la película y contara sobre su libro Villa Celina. Incluso hay frases de Cacho el Kadri y de Luis Salinas que aparecen en Cazadores de utopías. Y también esta el cuadro de Oscar Smith.

Mis películas son como un gran guiso. Ahí está metido todo lo que uno va viviendo, las experiencias personales, la gente con la que uno se cruzó. El cine y el teatro que uno vio sobre todo de pibe, las cosas que vas escuchando, que vas leyendo, la literatura, la política, los diarios. Todo eso que esta ahí y uno va absorbiendo de alguna manera como una esponja, es después el material para las películas.

APU: El filme tiene fecha de estreno para el 15 y 17 de octubre en Cine.AR ¿Cómo sigue después la distribución? ¿Tenés pensado alguna presentación más adelante, estrenarlo en salas o algo por el estilo?

F.S.: Va estar una semana en la plataforma de Cinear play gratis a partir del viernes 16 de octubre y después va estar dos meses en Cinear estrenos. Esperamos que cuando pase la pandemia poder estrenarla en salas o en algún ciclo que permita que las películas que fueron directamente a Cinear TV se puedan disfrutar en la pantalla grande, pero como estamos en el medio de todo esto la verdad que no sabemos.

APU: Ya llevamos más de doscientos días de aislamiento social y preventivo ¿Cómo afectó esta “nueva normalidad” a tu trabajo como realizador?

F.S.: Al principio uno se las ve negras, después te vas adaptando porque no hay otra. Por mi parte me agarró trabajando en un documental sobre Norberto Galasso, así que bastante ocupado laburando en casa, y al mismo tiempo escribiendo un nuevo guión para que cuando todo esto pase poder volver a filmar.

APU: ¿Cómo creés que será el futuro del cine nacional después de esta pandemia y sus consecuencias?

F.S.: No tengo idea, creo que va ser más difícil, con los protocolos y todo eso, va salir mas caro filmar y también va depender de la guita que va haber en la calle. Esto ya hablando a un nivel social, si uno tiene para pagar el alquiler y los amigos con los que haces películas tienen laburo es más fácil, si no todo se vuelve más complicado.

El otro día acomodando unas revistas que compraban mis viejos en los 90, apareció La maga. Había un titular que decía “Crisis en el cine argentino”, es un encabezado que siempre se repite a través de la historia, hay un libro de Octavio Getino que habla de todo eso. De alguna manera uno va a seguir filmando, Aristarain hizo Tiempo de revancha en dictadura, Perrone filma películas independientes de todo desde hace 30 años Buena vida delivery, gran película argentina cuando estaba por filmar con la guita en el banco, salió el corralito. Así que referentes y experiencias de filmar en tiempos difíciles hay muchas.