“Si bien Pity Álvarez y Chano pertenecen a estratos sociales diferentes, la problemática del consumo de sustancias los alcanzó a los dos”

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“Si bien Pity Álvarez y Chano pertenecen a estratos sociales diferentes, la problemática del consumo de sustancias los alcanzó a los dos”

12 Septiembre 2021

Por Mariano Nieva |​ Foto: Patricio Vegezzi

Fabio Lacolla es psicólogo, músico y escritor. En conversación con AGENCIA PACO URONDO analizó los casos de Pity Álvarez, detenido por asesinato en 2018 en el Penal de Ezeiza y de Chano Charpentier, recluido por estos días en una clínica de salud mental luego de haber sido baleado en julio pasado por un efectivo de la policía bonaerense en un episodio que aún se está tratando de aclarar. Se refirió al tratamiento dispar que los medios de comunicación le dieron a estas historias atravesadas por la problemática del consumo de sustancias, a la necesidad de un espacio terapéutico para el tratamiento de las adicciones y a la actualidad del rock. También sobre cómo la irrupción del feminismo puso en crisis usos y costumbres de un género que se forjó con una lógica machista y el rol que el propio público se arroga con respecto a los/as artistas, entre muchos otros temas. “Lo bueno de la terapia es la posibilidad de ponerle nombre a un dolor” , explicó.

Los casos de Pity y Chano

AGENCIA PACO URONDO: Cuando nos enteramos de lo que había ocurrido con Chano, inmediatamente quise tener tu testimonio como psicólogo que trabaja con artistas y bandas de rock. ¿Cómo te pegó la noticia?

Fabio Lacolla: Lo de Chano trascendió porque es artista, pero es algo que también le pasa a la gente común. De todos modos era algo que se veía venir cuando te empezás a das cuenta que la carrera de un músico en este caso, tomó para otro lado y se alejó del arte estrictamente hablando. En lo personal, lo primero que me pasó fue indignarme por escuchar y leer lo que llamo un “diagnóstico popular” de una situación que en realidad se trata de un padecimiento. Desde hace muchos años se lucha para no estigmatizar a quien padece una enfermedad mental. Porque se puede observar que se usan los diagnósticos clínicos psicopatológicos para insultar y agraviar calificando de histéricos/as y mogólicos/as a las personas. Entonces, creo que tenemos que corrernos de manera urgente de ese lugar.

APU: ¿Qué nos podés decir acerca de cómo abordaron la noticia los medios de comunicación?

F.L.: Los medios de comunicación también apresuran el diagnóstico y hablan sin saber de excitación psicomotriz, delirio y un montón otras cosas. Por otra parte, las etiquetas no ayudan porque no hay que olvidar que los noticieros y los diarios usan como tinta la sangre de las personas. Mientras que los/as trabajadores/as de la salud mental tratamos de utilizar el pensamiento, el sentido común y la ciencia para abordar cada caso en particular. Entonces, para la prensa hubiera sido maravilloso que ese cuchillo que Chano empuñó contra el policía hubiera tenido un destino más certero y no que haya quedado tirado en el césped.

APU: ¿No creés que Chano no supo qué hacer con la exposición y con todas las puertas que le abrió la música?

F.L.: Mi hipótesis es que el/a músico/a no elige a la música sino que la música lo elige a él/ella. Por eso es que hay gente muy talentosa que la rompe pero sin embargo no puede llegar a trascender. Y en cambio hay otros/as que con poco les alcanza para subir a un escenario. Porque el carisma y la personalidad la gente y el periodismo lo perciben. Posiblemente a Chano la música lo haya elegido y él no ha sabido qué hacer con eso. Es como cuando alguien se enamora y a vos no te pasa nada con esa persona y terminás alejándola de la peor manera posible. De todos modos, Tan Biónica no es una banda que salió de un día para el otro, la peleó mucho y hubo en momento en que la música les dijo: “Son ustedes muchachos”. Y cuando sentís que no sabes qué hacer con la felicidad de sentir que lo tenés todo y no lo trabajaste en una terapia por ejemplo, te va a ir debilitando hasta que finalmente termine en hecatombe.

El rock del diván

APU: Decías de la importancia de la terapia para un/a artista que lo/a ayude a enfrentar ciertas situaciones que tal vez nunca antes había experimentado, el reconocimiento que te da una mayor exposición y también las críticas, por ejemplo. ¿Cuáles son otros motivos de consulta por parte de las bandas?

F.L.: Es que lo bueno de la terapia es la posibilidad de ponerle nombre a un dolor. Por eso, en general la gente cuando llega al consultorio viene angustiada pero sin saber por qué. Después, los motivos de consulta dependen de la época porque hoy por hoy los/as artistas que recibo están atravesados/as por cuestiones ligadas al coronavirus. Por eso mi intervención tiene que ver con cómo fueron llevando la pandemia sobre todo en las fases más críticas. Así como me acuerdo que hace unos años las consultas venían generalmente por el tema de los escraches que había por casos de abuso sexual.

APU: Otra de las cosas que quedaron en evidencia fue el modo distinto, que incluyó cuestiones de clase social, en que se trató el caso de Chano comparándolo por ejemplo con lo que ocurrió con Pity Álvarez.

F.L.: Es verdad, pero hay que saber que el consumo problemático alcanza cualquier clase social. Muchos/as creen erróneamente que el/la que fuma paco vive en el conurbano bonaerense y el/la que toma cocaína es de barrio Norte. Y ese es otro estigma que debemos eliminar porque básicamente el/la consumidor/a de sustancias lo hace y no importa si tiene guita o no. A veces también, se asocia la droga con la pobreza y la delincuencia y no siempre es así. Entonces en los dos casos que vos nombras, están presentes dos estratos sociales completamente diferentes entre sí pero que en definitiva tienen el mismo problema. Después el tema de que si son o no artistas es un valor agregado que no hace al meollo de la cuestión.

APU: ¿Y del rol del público qué nos podes decir? Hay un nivel de exigencia mucha veces para con los/as artistas que es demasiada.

F.L.: A veces el público es muy cruel, fíjate lo que pasó con Charlie Watts un tipo que tenía 80 años, siguió tocando hasta el final y conoció el mundo entero. Recuerdo que cuando se dijo que no iba a participar de la gira con The Rolling Stones por problemas de salud, la gente insólitamente le pedía que se sumara al tour de igual manera. Y finalmente el baterista falleció. Por eso hay que dejar tranquilos a nuestros/as artistas. ¿Qué les podemos exigir a Los Stones por ejemplo? Si ya nos dieron todo. Pareciera que el público goza con el/la músico/a que muere sobre el escenario. Por causa de esa idea morbosa y obscena que tiene de creerse el amo.

APU: El rock desde su comienzos fue un género, como tantos otros dominado por el machismo. ¿Cómo fuiste viendo los cambios que se fueron dando con respecto del avance saludable del feminismo?

F.L.: Desde hace unos años, el movimiento feminista fue marcándole a los rockeros hombres, cómo deconstruirse y de qué manera deben comportarse debajo del escenario. Del mismo modo que la tragedia de República de Cromañón enseñó a cómo hacer las cosas en relación a los riesgos que tiene determinado lugar para ir a tocar y convocar al público. Por otro lado, la ley de cupo femenino también influyó muchísimo para que los varones comprendamos que la escena del rock como nosotros/as la concebimos ha cambiado.

Soy rock

APU: ¿Cuán dificultoso es para un/a artista el tener que disociar la persona del personaje?

F.L.: A esa diferencia que vos planteás le agregaría también la que existe entre artista y músico/a, porque hay gente que puede ser un gran instrumentista o cantante pero no sabe ser artista. Como hay personas que no saben cómo manejar al personaje que muchas veces los termina fagocitando. Este tema yo lo trabajo mucho con los grupos. Asimismo hay muchos/as músicos/as que atiendo y que son gente simple como vos y como yo a las cuales les pasan cosas como a todos/as. Por eso digo que hay que saber subir y bajar de un escenario porque sucede a menudo que un buen número de artistas confunden su intimidad con lo público, dando testimonio de su vida privada o explicando que tal canción fue hecha por determinada tragedia, etc. Y en muchas ocasiones esa demostración al público no le importa mucho porque se quedan con la poesía y con la melodía.

APU: Según tu experiencia. ¿Se puede trazar, no digo un único, pero un cierto perfil del ser rockero/a?

F.L.: El perfil del/a rockero/a fue cambiando con las décadas, por eso es que deberíamos pensar primero en cómo está el rock a nivel local y mundial también atravesado por lo pandémico, que no es un dato menor. Por otro lado, artistas del género de 40 años hay un montón pero de 20 no son tantos, porque están haciendo otra música alcanzados/as por otros estilos. Entonces, lo que hacen es a veces tomar alguna referencia del pasado porque hoy no te queda otra que recurrir a la retromanía para saber de dónde salió y cómo fue concebido el rock ya que con el paso del tiempo entre todos/as nos encargamos de deformar el concepto rock and roll.

APU: Entonces y por lo que decís, estaríamos asistiendo a una crisis del rock por la falta de mensaje y de novedad.

F.L.: Es que ojalá aparezca alguien que rompa esquemas como en algún momento lo hicieron muchos/as músicos/as y siga asociándose al rock con la ruptura. Hoy por hoy siento que el rock es mas imitación que creación y por eso no seduce tanto sobre todo a los/as más jóvenes. Se la pasan copiando estereotipos. Por eso, corrientes como el trap y el hip hop lo que hacen es traer algo nuevo, porque lo viejo ya está en un museo. Al rock en estos momentos le falta interrogar sobre lo que está pasando. Muchas de las bandas del género hoy caen en el empobrecimiento conceptual mientras que hay otras que todavía mantienen un mensaje, se preocupan por trasmitirlo y son las que yo quiero.

APU: Existe un peligro que corren muchos grupos y es que a menudo terminan sonando igual a las influencias que los formaron.

F.L.: Totalmente, a eso lo llamo “la rockocopia”. Cuando apareció el rock sinfónico había 10 bandas del género en Argentina, cada una con su particularidad, con el progresivo pasó algo similar, con el heavy otro tanto. Es cierto que The Beatles empezaron haciendo covers emulando a los/as artistas que a ellos les gustaban y luego empezaron a componer para las chicas hasta que finalmente se convirtieron en los Fab Fours. A una banda hay que esperarla mucha veces hasta el cuarto o quinto disco porque es ahí cuando recién aparece un perfil propio ya que al principio todo es prueba y error. Por otro lado, hoy tienen más acceso para poder mostrarse “los/as hijos/as de” que los/as músicos/as talentosos/as  y si bien quizás siempre fue así, hoy me parece bastante obsceno eso.

APU: En 2017 el Indio Solari reunió a casi 400 mil personas en Olavarría. ¿Qué se le pasa por la cabeza a un artista cuando está parado frente a una multitud que llegó a un determinado lugar para verlo actuar?¿Se puede permanecer imperturbable ante este tipo de cosas?

F.L.: A mí me tocó estar en un escenario en algunos de estos shows hiper masivos y lo que ves es un mar de gente. Entonces, lo que realmente observás desde allí es una masa que no es lo mismo que ver público, el horizonte son sólo cabezas. Por eso, lo que genera en el/la artista la masa, es una despersonalización de las personas que lo/a están viendo, por lo cual no tiene mucha noción de lo que está ocurriendo y eso creo ayuda a sobrellevar lo impactante de enfrentarse a esa multitud.

APU: ¿Cómo trabajás con el/la músico/a lo que se conoce como éxito?

F.L.: Eso es relativo porque por ejemplo el/la que compone una canción lo hace muchas veces en la soledad de su cuarto o en su estudio, y el/la músico/a nunca sabés para dónde va a salir disparado ese tema Pienso que el problema con el éxito no es saber cómo llegar sino más bien cómo volver. Quiero decir, cuando tenés las herramientas para triunfar pero no sabés salir de allí. Y entonces, te terminás quedando solo ahí arriba perdiendo el rumbo y preguntándote: “¿Cómo hago para volver a ser quién realmente soy?”. Después está la predisposición mental y psíquica que cada uno/a tenga lo cual también es muy importante.

APU: ¿Qué quedó del Sexo, Droga y Rock & Roll?

F.L.: Alguna vez dije que esa tríada cambió con el tiempo por pornografía e ibuprofeno. Porque el rock se convirtió en un elemento pornográfico que se consume por medio de una pantalla y que se puede practicar solo/a. Haciendo un “como si” desde tu casa con un buen sistema de audio, por medio de un streaming y dando como resultado un porno rock similar a las películas triple X. Después, creo que el tema drogas ya pasó para muchos/as, aunque están los casos sobre los que estamos hablando.

Pero hoy hay muchos/as músicos/as rockeros/as de más de 40 años que se cuidan, hacen ejercicios físicos y tratan de comer sano. Y eso lo pude constatar en los camarines trabajando con las bandas al ver como en los caterings ya no hay tantas pizzas y en cambio encontrás más tartas de verdura. Y esto no se debe a que los /as artistas ahora sean todos/as veganos/as sino que buscan comidas más saludables. Hoy además, antes de tomarse un pase de merca, recurren a un ibuprofeno que los levante un poco antes de hacer un concierto. Por supuesto que no todos/as se convirtieron en monaguillos ya que el alcohol por ejemplo, sigue estando porque además está en el patrón alimentario y buscan en él a veces el efecto farmacológico.