Rvxafegen mapuce ka lien (El orfebre mapuce y la plata)

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Rvxafegen mapuce ka lien (El orfebre mapuce y la plata)

26 Julio 2020

Por Lic. Adriana Latashen

Gustavo Nawel, de identidad Mapuche, nació en Neuquén el 18 de Junio de 1987. Desarrolla su trabajo de orfebre en su ciudad natal, donde además ha sido condecorado como Ciudadano Destacado. Obtuvo el diploma de honor en reconocimiento al aporte en el Patrimonio Cultural Argentino entregado por el Senado de la Nación. 

AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo se llama tu profesión en tu idioma?

Gustavo Nawel:Mi oficio en mapuzugvn[1] se llama orfebre ince rvxafegen[2] . Persona que trabaja lien[3].

APU: ¿Cuándo comenzó tu trabajo con el metal?

G.N.: De la primera infancia recuerdo historias de mi abuela, mi mamá y mis tíos. Nuestra familia mapuce[4] se dedicaba a la platería - orfebrería, se identificaban como rvxafe. Ella contaba historias de sus padres y los abuelos de mi abuelo venían del norte, entre Buenos Aires y La Pampa hacia Neuquén. No lo nombraba como conquista del desierto ni un desplazamiento sino como un viaje de vida. Mientras se trasladaban y traían los objetos, los perdían. Mi abuela contaba que en casa de mi bisabuela tenían una tina o bañera de plata, la vajilla de plata. Objetos muy comunes porque se dedicaban a eso. Mis tíos, tías y mi abuela Mercedes… (aún vive, hace días cumplió 101 años) me transmitían esas historias, aunque no como un oficio. No se transmitió por muchas razones. Está correlacionado con la discriminación que llevaba a desvirtuar los valores culturales tradicionales. Mucho del trabajo, del oficio y del quehacer tradicional se fue reservando por temor a la discriminación. Tal vez las historias, el brillo de la plata pulida o el querer utilizar herramientas, fueron lo que me llevó a los metales, a trabajar de ellos. De pequeño jugaba con herramientas sin tener relación con la orfebrería ni con la joyería, jugaba, experimentaba. Y si bien tengo dos hermanos mayores, soy el único de mi familia portador de la tradición. Cuando empecé a aprender, no era mi intención, sentía la responsabilidad en esto: “vos venís de abuelos que fueron grandes joyeros mapuce, vas a ser un gran joyero”. Me repetían mis padres y mi abuela.

APU: ¿Cómo obtenés hoy el metal con el que trabajás y cómo lo conseguían antes (cuando el pueblo mapuce permanecía libre en su territorio)?

G.N.: Resulta importante no sacar del contexto de nuestra realidad el oficio de orfebrería y joyería. No salirme de la realidad tanto como mapuce, como trabajador y como orfebre que trata de revalorizar las tradiciones de la propia identidad que se desarrolla en el contexto actual. Sería muy difícil relacionarla con una mirada antropológica de cómo se ve la tradicionalidad sobre nuestra cultura. Porque tanto en aquella época como ahora se utiliza lo que está a disposición para conseguir el material a trabajar y luego desarrollarlo y ofrecerlo. Pasa ahora en esta situación de pandemia. Mi señora y yo somos los dos artesanos, en el lugar de vida, el espacio común, ella y yo tenemos armados nuestros talleres, aquí, en la misma pieza donde vivimos la vida cotidiana. Coincide todo en el mismo espacio.

En la vida de rexafe mapuce pasó y pasa lo mismo. La realidad de sobrevivencia desde el oficio, donde hay muchas historias de cómo se obtenía el material, no de forma natural, sí extraído con herramientas desde la tierra. Es posible que con diferentes técnicas de extracción. Se cuenta que también se obtenía por compra o por intercambio, del xafkintv[5], o del material de guerra, botines, botones, monedas, ajuares europeos que se conseguían después de la llegada de los europeos o conquista española en Chile y en la Argentina criolla, donde estaba la llegada del material y metales (zona de Carmen de Patagones). Esos elementos de metal se reconvertían en joyería rvxan mapuce, se aprovechaban. No hay una versión exacta de cómo se obtenía el metal, para ser concreto, sino distintas conjeturas. La plata, a diferencia del oro, no se consigue por medio de pepitas. No. El material se extrae de la tierra mezclado con otros minerales y por medio de un proceso químico hay que convertirlo en plata. De eso se consigue la plata, mezclado con otros metales como níquel y cobre.

APU: ¿Y vos cómo la usás?

G.N.: Tanto en aquella época como ahora depende del tipo de pieza que quiera lograr, y se van a diferenciar por la calidad de trabajo y valor. Al metal tengo la opción de hacerlo, compro granalla pura (plata metal) y luego puedo fundirla y laminarla con mis herramientas. O también comprar el metal fundido y laminado para ahorrar tiempo de trabajo. Depende de los costos. Tanto antes como ahora resulta mucho más caro preparar el metal. Hay que hacerlo sólo cuando es necesario y la pieza lo requiera. El material industrializado tiene un estándar de calidad que permite abaratar costos en la pieza finalizada. Aunque el hacerlo a mano puede ser más valorable y exige mayor destreza. Hay que ocupar tiempo, buscar el material puro, hacer las aleaciones, laminarlo, lleva una actividad más laboriosa. Son labores de la artesanía que actualmente no se tienen en cuenta por la industrialización y globalización. A veces no se logra comprender y dimensionar el total de un oficio y cómo se desarrolla.

APU: Observo que cada trabajo tuyo se revela como una pieza única de altísima calidad. Hace muchos años, veinte o treinta, en la ruka[6] había pu lamgen[7] que criticaban la mirada occidental sobre sus trabajos artísticos porque les decían artesanía para disminuir su valor. En cambio, algo mucho menos elaborado y con menor carga histórica milenaria en la cultura colonizadora ya se denominaba arte sin demasiados parámetros. Esos testimonios en la ruka notaban que desde el mundo impuesto diferenciaban entre arte occidental y artesanía para disminuir o menoscabar el arte mapuce. Entonces, ¿qué diferencia se marca, según tu criterio, entre arte y artesanía?

G.N.: Son categorizaciones diferentes, no de calidad. El oficio lleva artesanía desde lo laboral, desde la estructura material de cómo se elabora una pieza. Artesanía significa máxima calidad, destreza en el oficio. El arte, en cambio, quiere llevar desde la capacidad creativa un mensaje con un objetivo. Convertirlo en un objeto valorable no solo desde la técnica sino desde el sentimiento. Soy artesano y artista. Soy artesano desde la capacidad de poder producir objetos y artista porque llevo un mensaje con cada objeto que, aunque no sea de tanta calidad técnica, tiene que resultar significativo en su capacidad de producir mensajes. Sobre las piezas tradicionales, aunque cada reproducción parezca una pieza ya conocida, igual o parecida, sigue siendo única porque el trabajo para cada una es distinto, especial. Se establece una relación de definiciones y se van comprendiendo. Esto pasa mucho en el desarrollo cultural de una sociedad. A nivel internacional la definición de artesano es la máxima calidad en una técnica. Uno puede dedicarse a la joyería o ser orfebre. La calificación de artesano es muy importante. Un artesano tiene que dominar técnicas con destreza… Y cuando se manejan a plenitud, puede ser nombrado como artesano. La denominación funciona como un honor.

APU: Entre tu producción hay una enorme cantidad de piezas que enraízan en lo tradicional como en xailogko[8], etc. También hay otras piezas tuyas adaptadas a algo nuevo, ¿es posible eso?

G.N.: Sí, eso existe. Hace unos minutos conversamos sobre las categorizaciones del oficio. Lo que sucedió en Argentina y también en Neuquén durante una etapa fue que se desvirtuaba el significado del arte tradicional. En otros países les dicen arte folklórico como reminiscencia de un arte identitario en algún territorio, pueblo o zona. Aquí se lo denominaba platería desde la perspectiva desvalorizante. También se lo catalogaba como manualidad y no artesanía. Desvalorizaciones provenientes desde lo económico para no querer interpretar nuestra labor como un trabajo y todo lo que conlleva esto.

APU: ¿Y si te provoca placer tu trabajo, tiene también su ingrediente lúdico?

G.N.: En una época en donde la palabra trabajo se interpreta como un esfuerzo o sacrificio para obtener más o mejores recursos mientras se va relegando tiempo y vida, resulta difícil entender que nos podemos divertir con el trabajo, y que también nos puede generar satisfacción. Los oficios tienen mucho de eso, el dedicar tiempo a crear y experimentar con herramientas para que finalmente nos paguen por eso.

APU: ¿Qué otra formación tuviste hasta lograr tu técnica?

G.N.: Entre los 15 y 16 años busqué un curso de joyería digamos, occidental, porque me interesó. Lo hice sin la expectativa de trabajar, sólo para aprender un oficio. Comencé a los 16 años en un centro de formación profesional de Neuquén, un curso gratuito. En ese momento la discusión con mis papás era que siguiera la universidad una vez que terminara la escuela. Como en mi familia, más allá de los recuerdos, no había transmisión de oficio, mi intención consistía en aprender sobre técnicas y herramientas y en cómo lograr la mejor pieza de joyería. Luego, el oficio elige, y con los años me haría acercar a la ancestralidad cultural de mi familia. El ser mapuche me llevó a conocer más de mi cultura y estudiar sobre el valor identitario de las piezas que realizaba. Funcionó como mi compromiso de trabajo, y empezó a los años de trabajar como orfebre, cuando una señora me preguntó que significaba el arito que yo ofrecía. Ahí entendí que el hacer joyería mapuche acarreaba una responsabilidad más importante que sólo las técnicas. Comencé a ser un portavoz de una cultura milenaria. Además, encontré en mi diseño la posibilidad de comunicar sin desvirtuar el valor de nuestra identidad.

APU: ¿Cuándo empezaste con la cultura específica que las joyas transmiten? Una imagen propia que, al verlas, identificamos con el mundo mapuce.

G.N.: Mi propia identidad que me llevó a ser un rexafe mapuce, no se determinó en un tiempo específico. Además, no hubo una decisión o planificación para que comenzara con el oficio. Muchas veces pensé en dedicarme a otra cosa. Se dieron varias condiciones que hicieron que lograra establecerse como rexafe (orfebre). El oficio elige con las ganas y también por el cuerpo y por muchos otros parámetros.

APU: ¿Hacés docencia para transvasar tus conocimientos?

G.N.: Sí, trabajé varios años en docencia, como Maestro Orfebre en un centro de formación profesional de Neuquén. El programa consistía en formar nuevos trabajadores de joyería por medio de un curso gratuito y accesible a la comunidad. Se replicó en Lof Newen Mapu[9], con un gran esfuerzo para revalorizar este oficio y que surjan nuevos rexafe que expresen nuestra cultura.

APU: Con tu condición de portador y docente ¿has logrado personas que lo hayan asumido como su esencia y su ser? ¿alguien que se haya descubierto a sí mismo, como vos?

G.N.: Sí, he conocido personas con muchas expectativas y mucho interés que han triunfado y otras que lo todavía lo intentan. No sólo desde la pedagogía sino desde lo laboral. Hay personas a quienes su cuerpo les responde y no tienen interés. Por el contrario, hay personas interesadas que no tienen las condiciones y no pueden desarrollarla. Eso ayuda a encontrar la enseñanza. Lleva no sólo las técnicas sino todo lo que hay alrededor. Lo cultural desde la pasión, la determinación, desde la decisión y la definición de la vida, qué quiero ser, qué quiero hacer con mi vida. Lo importante de enseñar consiste en transmitir valores y como pueden convivir el trabajo con un estilo de vida. Transmitir un equilibro entre la vida personal y el oficio. En este tiempo de pandemia, elegir un oficio laboral como medio de vida ha sido trascendente, ya que hay quiebre social y cultural. La sociedad comenzó a revisar el significado de globalización y consumo. Estos oficios, tan antiguos con sus valores básicos pueden ser los que logren sostener una sociedad en quiebre, sea joyería o lo que sea.

APU: ¿Cuándo vos reaccionás de manera creativa a la tradición adquirida y la renovás? ¿Cómo es el proceso de creación de objetos que no te fueron dados y vos podés entregarlos?

G.N.: Para lograr eso hay que tener un amplio conocimiento de la técnica y una comprensión amplia del simbolismo del objeto para lograr modificar la pieza tradicional. Porque en la estructura de cada pieza el simbolismo va con un significado cosmológico, visión filosófica y política, dentro de lo tradicional del diseño. Una modificación en la estructura de una pieza tradicional sin tomar en cuenta sus parámetros puede convertirlo en inca y ya no es mapuce. Y ahí ya se discute. Los objetos que realizo pretendo que sean interpretados desde lo visual, sin llevar un texto que los interprete. Mi intención se centra en que la persona que lo mire lo identifique, lo descubra como objeto mapuce que se usa por ejemplo en el pecho o en la cabeza. Aunque entre cien observadores lo haga uno solo y que esa persona tenga el interés de descubrir su significado. En nuestra cultura milenaria hay una transcripción y modificación de la cultura propia relacionada a los cambios socioculturales. Cuando empezamos a estudiar el objeto y a buscar sus raíces, descubrimos que hay reminiscencia de la naturaleza y sobre esas formas se reelabora. Para concluir, quiero destacar el momento de pandemia, y a este como un cambio social y cultural, porque ahora nuestro arte mapuce va a volver a modificarse por este impacto. Van a tener una modificación para adaptarse y volver al curso natural de la vida. Los pueblos originarios como el mapuce hicimos un gran trabajo de construcción y adaptación hasta hoy. De esa construcción surge una nueva generación dedicada a la exploración y continuar así nuestra identidad y cultura viva, real, de un pueblo que existe, existimos.


[1] Mapu=tierra, zugvn=palabra, idioma. Idioma de la tierra.

[2]Rvxafe kvdau /pronunciación: retrau/=, fe=trabajador kvdau /pronunciación: k-dau/=trabajo kvdaufe=trabajador.

[3] Lien= plata, metal.

[4] Mapuce: ce /pronunciación che/: gente, humanidad. Gente de la tierra.

[5] Xafkintv (pronunciación: trafkint-): intercambio equitativo o comercialización de objetos.

[6] Ruka=casa. Aunque aquí se nombra un edificio que funciona como institución política, cultural y administrativa de la Confederación Mapuce de Neuquén. Cada ce, cada persona y cada familia puede tener su ruka. En este contexto se habla del edificio institucional que hacia adentro de la sociedad mapuce se denomina ‘la ruka’.

[7] Pu lamgen= /pronunciación: pu lamngen/ hermanas, compañeras. Pu funciona como pluralizador.

[8] Xailogko: /pronunciación: trailongko/ una joya que rodea la cabeza desde la frente hacia atrás. Como una vincha de metal con medallas, especie de corona.

[9] Comunidad mapuce urbana ubicada en la ciudad de Neuquén.