“Pelear contra los nazis y los fachos de mierda”, canta Fito Páez en La ciudad liberada

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“Pelear contra los nazis y los fachos de mierda”, canta Fito Páez en La ciudad liberada

13 Enero 2018

Por Agustín Pisani

Me resulta muy jodido escribir sobre el disco porque Fito Páez es un precoz tatuaje que llevo en la escucha y no creo poder alcanzar a decir lo que siento. Pero fiel a mí, leal a él, entiendo que “no existen palabras si uno manda lo que siente”. Todo lo que sigue es desde mi más profundo reconocimiento, agradecimiento y admiración.

La ciudad liberada contiene 18 piezas musicales con una intertextualidad mayúscula y una capacidad de juego que parecería no solo no agotarse, sino además ser el motor de un artista clave en la historia de la música contemporánea. Esta banda amateur rompe con lo esperado y vuelve a ofrecer su corazón. Más allá de lo formal, es decir incluso dentro de la formalidad, avanza alegremente sobre un mundo en blanco y negro.

Fito tiene SIDA, toma anfetaminas y es un kuka caca que no le da la cara para seguir choreando con la música.Y allí va, parte del aire. Nadie puede detener la voz del músico probablemente más desprestigiado y atacado por el establishment mediático político e incluso judicial. 

Fito sabe que los satélites no alcanzaron. Nuestra casa se siente desaparecida y la ciudad de los pibes sin calma crece en cada rincón, porque la casa rosada cría cuervos. En el primer verano de gobierno macrista Fito hace subir al escenario a la murga "Los Auténticos Reyes del Ritmo", una agrupación que sufrió una brutal represión en manos de gendarmería mientras ensayaba el 29 de enero de 2016 en el Barrio Rivadavia. Entre los integrantes baleados se encontraban niñas y niños. El recital que brindó en parque Saavedra pidiendo justicia por los murgueritos e invitándolos a compartir el escenario para comenzar a visibilizar un avalancha de violencia imparable no formó parte de ninguna campaña del miedo, sino de un gesto más propio de la sensibilidad de Fito. El rosarino, emotivo y comprometido, advertía que si fueron capaces de meterse hasta con los chicos irían por todo. Un año más tarde, tristemente arrojó en pleno concierto: "¿dónde está el pibe Maldonado?"

El contraste entre un oficialismo y otro hace que la violencia se perciba más dolorosamente y sin embargo Fito sigue de pie, componiendo. Fiel a su discursividad, no lo vemos arrodillado. La lírica citada desprolijamente reza:

“Es 2017 y la navidad también es negra. Hay un fantasma volando entre las calles, la gente está re loca. Salvaje Buenos Aires”.

Fito cantó en su momento: “cambiar esta nuestra casa, cambiarla por cambiar no más”. Y en el nuevo trabajo señala: “Se terminó, se terminó. Cambiar por cambiar nomás, no resultó. Hoy volvió la policía con sus carros y tranvías, para a toda tu familia encarcelar. La neurociencia y el destino van a ser buenos amigos, en los campos de batalla del futuro del mundo”. 

El músico nunca deja de apostar al futuro, incluso hoy exhala un resiliente optimismo sobre esta realidad de mierda. Comparto a propósito un extracto de la canción "Islamabad": 

“Oíste hablar de los desaparecidos
No son fantasmas, ni zombies
Son gente cuyas familias, 
después de tanto tiempo, 
aún no saben donde están
Nunca serán beautiful people
En una fosa común en el fondo del río, 
sin una lápida se esfumarán
Oíste hablar a los miserables, están por todos lados
De la república y de la constitución
Los quiero ver cuando las balas les pasen cerca
Tendrán guapura, tendran valor”.

El ídolo nacional y popular sigue pintando y presagiando nuestra ciudad, nuestro país, nuestra cruda realidad. Cuando el mundo se pone oscuro, se pone lento, todo mal, por el mundo, Fito no se deja desanimar. En contra de tiempos egoístas y mezquinos, en donde los álbumes ya no se producen como antes, lanza 70 minutos de puro y claro Fito Páez. Claramente, El ataque de los gorilas lo nutre.

La ciudad liberada lleva en sus calles el perfume revolucionario del poeta Néstor Perlongher. Aquel agitador que avanzaba con la poesía y con la política en cada verso. Con la subversión de las minorías y con la búsqueda de la apertura. Perlongher combatió, entre otras cosas, a la normatividad heterosexual imperante. Desde ese espíritu agitador y profundo Fito construye y deconstruye nuestra patética y conservadora tradición machista. Las luchas de las minorías, y el feminismo particularmente, son el eje conceptual del disco.

No es algo que aparezca por moda. Ya podría citar: “Los hombres vamos de putas para sentirnos varones”. Otros dirán que a Claudia Puyó la maltrató y que le conviene quedar bien con el feminismo y por eso la foto de tapa, para nuevamente ser polémico y vender. Pero ya me he explayado respecto a cómo se intenta disminuir la figura de uno de los músicos más influyentes de nuestra era. Y en cualquier caso que correspondiera, no defenderé lo indefendible.

Respecto al arte de tapa señalo, como gusto propio, que hubiera preferido que su cuerpo no sea el de una mujer jóven y más cercano al del canon de belleza hegemónico, sino preferentemente un cuerpo de mujer más “normal” o por lo menos cercano en edad al de Fito.

Escuchar La ciudad liberada es escuchar a Fito, a Spinetta y a Charly entre otros. El álbum bordea ritmos, citas, e incita a sentir que lo que suena está en relación con algo más. El deseo de vivir en una ciudad liberada es analogable al del destape de los 80. A esa liberación tras una profunda y siniestra oscuridad. La rebeldía, la fragilidad de las instituciones y el hartazgo dialogan con la luminosidad que brota del deseo. Ese deseo por el que Perlongher militaba, el deseo por la revolución. Luego, tal como Perlongher desnudó, el sistema se encargó de hacer del deseo un vano negocio. 

Prefiero dejar la cháchara y recomendar enfáticamente escuchar, como en los viejos tiempos, el elepé entero. Es emocionante sentir cómo da la nota Fito, cómo abre el pecho aún en esta Tierra, donde el cielo cada vez es más chico.Todo lo que diga está de más. Hay que salir a pelear, hay que salir a luchar, hay que volver a encontrar todas las cosas divinas, defender el lugar. El arte es un arma cargada de futuro. 

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Ficha técnica del álbum:

Fito Páez: voz, piano, Hammond, MiniMoog, Juno 06, Rhodes.
Diego Olivero: guitarra eléctrica, guitarra acústica, programación, sintetizadores.
Gastón Baremberg: batería
Mariano Otero: bajo
Coros:
Juan Absatz, Fabiana Cantilo,  Carlos Vandera, Déborah Dixon: coros en 2
Flor Crocci: coros en 17

Voces flamencas y cajones de "Islamabad":
Antonio Carmona, Juan Carmona, Antonio Montoya, Fabián Gallardo: guitarra acústica en 3, coros en 17. Joaquín Carambula: solo de guitarra en 6, guitarra en 17: Ignacio Jeannot: programación en 9, fx en 7 y 16.

Fotos: Nora Lezano

Alejandro Ros: dirección de tapa