Manfroni y nuestra simpatía por el diablo

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Manfroni y nuestra simpatía por el diablo

16 Diciembre 2015

Por Rodrigo Lugones

“Esos son los fantasmas de la gente que cree que un concepto estético es adoración del demonio, que una chica que masca chicle mientras está hablando está cometiendo un pecado, yo supongo que en nuestra sociedad anidan todo ese tipo de cosas. El discurso general del rock representa al mundo contemporáneo de las ideas, por eso es que es una cultura que ya tiene varios años y que hasta el principio del milenio todavía va a seguir determinando muchas cosas. Yo supongo que la gente más conservadora en su forma de vida ve en esto algún peligro para su manera de ver las cosas. El tiempo dirá, si esa cosmovisión tan conservadora y pacata es la que va a determinar nuestras vidas.”
Indio Solari

El domingo 13 de Diciembre, Página 12 publicó una nota de Horacio Verbitsky que llevaba por título “El mensaje del diablo”, en la que el periodista extractó algunas frases que escribiera Carlos Manfroni (quien fuera desginado por Patricia Bullrich como subsecretario de articulación legislativa del ministerio de seguridad), en la publicación ultra-reaccionaria “Cabildo”, durante los años 70. Luego de la nota, triste por no ser alcanzado por “los beneficios del olvido”, Manfroni rechazó la designación.
Aquí, apenas una muestra de lo que Manfroni pensaba, según él, hace 40 años:

- La “filosofía” del rock conduce al deseo desesperado de la muerte e induce al suicidio, como lo demuestran las letras de las canciones de Charly García, Spinetta y Moris. Ofrece la posibilidad de convertirse en un animal o un marica.

- El rock es anticristiano y transmite mensajes satánicos, que pueden escucharse cuando se pasan al revés ciertas canciones, como “Congratulations” de Pink Floyd. El mensaje secreto del diablo dice “comunícate con el viejo”.

No falta mención a nuestros héroes locales de la música (también hay un sitio, en la triste sesera de Manfroni, para Charly García, Moris y Spinetta), lo que provocó la ira de Charly que contestó, implacable, en una breve carta abierta que no hace más que explicitar el parecer del músico frente a semejante engendro del pensamiento:
“Yo compuse Los Dinosaurios, y luche contra la dictadura y UN PELOTUDO está en contra de la Revolución Francesa???? De John Lennon??? Del amor??
No cuenten conmigo, ignorantes. Siento que la lucha fue en vano, Pero aun así, estaremos presentes en nuestras letras. Todos nosotros...como en aquellas épocas negras.”

Que el macrismo haya tomado el poder político-institucional implica que toda una manera de entender el mundo, un sistema de ideas y creencias, una metodología (a veces inconsciente pero reconocible en las formas prácticas que asume) haya tomado posesión del Estado, reconfigurándolo. Así, según se ve, las ideas socialmente aceptadas (que sustentan la base de nuestras acciones diarias) comienzan a ser cuestionadas. Nos enfrentamos a un modelo de gobierno que se opone a todo lo que, los que estamos en la vereda de enfrente, vemos como razonable.

Resurge, por medio de una restauración conservadora, una cosmovisión neo-liberal. En última instancia, un Estado administrado por el PRO, es eso: La máquina estatal, los llamados “aparatos ideológicos del Estado”, utilizados para producir y reproducir una forma de ver, una forma de decir, una forma de entender el mundo, como “La” forma de entender el mundo, la única que, según parece, será posible (instalando un consenso asfixiante y cínico, que excluye toda diferencia, o disidencia posible).

Los conceptos arcaicos vertidos por Manfroni exponen, con toda claridad, una manera de ver, pensar y entender el mundo que ya no encontraba vías de expresión posibles en nuestro país (o al menos, si las encontraba, no eran aceptadas masivamente), porque éstas ideas habían sido superadas en el desarrollo mismo de las prácticas de la sociedad argentina. Ya no es posible imaginar, para cualquiera que sea mínimamente inteligente (no se trata acá de ser kirchnerista o anti-kirchnerista), que el rock vuelve “gay” a la gente (o, incluso, que ser “gay” sea una enfermedad).

El resurgimiento de la derecha en la argentina revitaliza perspectivas y lógicas que habían sido rechazadas socialmente a partir del despertar de una nueva conciencia popular que produjo la crisis del 2001. Lo que ya no se podía decir, permaneció guardado, hasta que, por fin (pareciera), encontró el momento para ser expuesto.
El rock and roll, en argentina (y a nivel mundial) disputó al sentido común conservador el sentido, valga la repetición, de la idea de normalidad o racionalidad, interpeló a las ideas dominantes de una época, relativizándolas, o comprendiendo su origen histórico, viendo en ellas la expresión de una tensión social no resuelta (aquello que era presentado como natural, aceptado, y transformado, así, en norma, fue puesto en tela de juicio por la lógica contra-cultural que el rock and roll instaló de los Beatles a esta parte). De esto habla el Indio Solari, en la cita con la que comienza éste artículo (un extracto de la histórica conferencia de prensa que Los Redondos dieron cuando fuera prohibido su show en la ciudad de Olavarría, durante los años 90).

Nosotros, que hemos formado nuestras ideas al calor del rock and roll de los años 90 y 2000, que vimos como la cultura rock fue el refugio para soportar el fuego del ataque de un Estado enemigo y nos deslumbramos cuando conocimos el origen, en el Verano del Amor de San Francisco, de este movimiento internacional que lucho por la paz, las libertades individuales, el amor libre, y el despertar de la conciencia desde una perspectiva humanista, siempre sentimos cierta simpatía por el diablo (si por diablo entendemos a todo aquello que cuestione lo que el Poder plantea como aceptable, lo que sostiene como unívoca e incuestionable lógica “razonable”). Está claro entonces que, para esta gente, somos el enemigo.

AGENCIA PACO URONDO se complace en dedicarle una canción y decirle: “encantados de conocerlo Manfroni, espero que sepa nuestro nombre”:

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