Liliana Felipe: “Uno aprende con el animalismo a no tener una justicia selectiva”

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Liliana Felipe: “Uno aprende con el animalismo a no tener una justicia selectiva”

04 Febrero 2017

Por Paula Carrizo y Juan Manuel Ciucci

APU: Pensábamos arrancar hablando de tu obra, y fuimos rápidamente a lo político y social. ¿Cómo analizas esa relación?

LF: Mi obra simplemente trata de reflejar o de dejar testimonio de lo que vivo, de lo que respiro, de lo que pienso, de lo que leo, de lo que sufro, de lo que me alegra. Nada más, un simple testimonio de la parte de la historia que me ha tocado vivir. Eso es lo que siento que es mi obra, no aspira a nada más. No sé a qué podría aspirar una obra. ¿A qué, a ser qué?

APU: En algún momento, se pensaba a la canción de protesta en el marco de la agitación política…

LF: Nunca lo pensé así, la verdad. En un momento gran parte de lo que hice, por mis intereses personales, estaba y está dedicado a la lucha por los derechos humanos. Ahora que esa puerta se abrió hacia los animales, está dedicado hacia los animales. Y pienso que en esta me voy a quedar, en la lucha por los animales, que incluye por supuesto al tema de las mujeres. Me sigue sorprendiendo que todavía no se unan, en Perú hubo un intento muy bueno, la lucha feminista con la animalista, que es una misma. Es absolutamente la misma. Entonces, creo que en la lucha animalista he encontrado como dicen los antiguos mexicanos el lugar de mi quietud. Porque ahí siento que empiezan a unirse todas las cosas que he pensado, que he sentido, estudiado. Empiezan a encontrar cabida, empiezan a encontrar sentido.

Y además, porque siento que es un sitio de comodidad luchar por algo que pasa por las cosas que uno tiene que decidir. Siento que luchar por las mujeres, y ser parte actuante del maltrato a los animales, es no estar decidiendo lo que podes decidir. Con tus ganas de hacerlo nada más, ni siquiera se necesita mucha voluntad ni nada, simplemente ver el problema.

Me gustaría leerles una cartita que le escribí a una amiga que me dijo que estaba por la lucha de las mujeres, que su prioridad era esa: “Creo que decir eso es perder el foco, o querer perderlo para no enfrentarlo. Me parece que una lucha no quita a la otra, que no podes hacer un foco tan marcado. Porque a vos que te molesta que opriman a otros, que sean mujeres de la especie humana, no estás en contra de la injusticia, estás en contra de algo muy puntual. Estás en contra de lo que no ocupa parte de tu vida, pero lo que incumbe en tus elecciones es lo mismo por lo que luchás. Pedís justicia por una mujer cuando financias la industria que hace parir a hembras para robarles la leche. No vayas con carteles de justicia, porque no es lo que vos querés. Las luchas específicas que no cuestionan la propia construcción, son superficiales”.

Cuando entrás en el tema animalista, es muy difícil hablar con alguien sobre justicia, con el cadáver de un animal en el plato, por ejemplo. Eso empieza a ser imposible, porque entonces vos sabés que esa persona tiene una justicia selectiva. Y si hay algo que uno aprende con el animalismo es a no tener una justicia selectiva.

APU: Cuando se logra visibilizar el eslogan de Ni una menos, en seguida surge el de Nadie menos, existe la necesidad de hacer un recorte y decir vamos a pedir por este tema en un contexto en el que están matando a una mujer cada 30 horas.

LF: En México es cada 3 horas, pero tenés razón. Lo que pasa es que ese eslogan de Nadie menos es usado por los hombres, en ese caso lo considero que no viene al caso. Estamos hablando del problema de las mujeres, que les pediría que abran un poco la puerta. Y que empiecen a cuestionar lo que pueden desde ahí, desde el plato.

APU: Termina pasando por ejemplo que el Gobierno de la Ciudad está dando algunas respuestas en políticas públicas a la cuestión del maltrato animal, que terminan estando desfasadas a las respuestas que le dan a las mujeres…

LF: Cuando fue lo del Ni una menos recuerdo algunos comentarios de los hombres diciendo Nadie menos, y me parecían frívolos. Ese tipo de cosas oportunistas, de tipos que no tienen injerencia en general. Es el típico comentario que nos hacen a los animalistas de que habiendo tantos chicos pobres vos andás trabajando por los animales… Ese tipo de comentarios seguro lo hace alguien que no hace nada ni por ningún niño pobre, ni por ningún animal, ni por nadie. Es el típico comentario de este tipo de personalidad frívola, destructiva, egoísta, como que no lo está haciendo él pero tampoco quiere ver que lo hagan otras personas. No conozco a todos los animalistas, ni estoy en ninguna organización ni tengo la visión de todo, simplemente estoy tratando de informarme y tomar decisiones, de comunicar lo que estoy sintiendo. Pero siento que la gente que llega al tema animalista, es la gente sensibilizada para ver eso, el dolor de los niños… Ya no podés diferenciar entre un niño, un perro, una mujer, un hombre. No hay diferencia.

Una de las cosas que siento dedica mucha energía la oposición al animalismo es en esto, en cuestionar que hagamos más cosas por los perros que por los seres humanos, y yo creo que es una gran mentira. Es como decir que el veganismo es más caro, es otra gran mentira. Si te fijas el mundo está controlado por el patriarcado, está controlado por el dinero. Y toda la publicidad que ves en la televisión, no vas a ver mujeres luchando por sus derechos o que adopten animales y no los compren. De eso no vas a ver porque no genera dinero. El dinero lo hacen los lecheros, los ganaderos, la gente que testea en animales como Sedal… Tengo toda la lista de lo que podes ver en televisión y es aterrador: todo es veneno, todo lo que se promueve es veneno. Entonces obviamente todo está controlado por ellos: están controladas las universidades que forman los doctores, por eso los médicos te dicen que hay que comer carne. Y las mujeres siguen siendo para su uso exclusivo, y los animales también. Cuando no acabe lo de los animales no acabará nunca lo de las mujeres. Porque la violencia comienza con los animales, como algo normal. Cuando ya te normalizaron que ese pollo es una bandeja que te podés comer, y que te lo tenés que comer puesto que sos superior, ya cuando normalizaste esto normalizaste todo.

APU: Esto falta en la discusión política…

LF: Absolutamente, y siento que la izquierda…

APU: Está a años luz de pensar esto, y se lo critica como algo de la posmodernidad, desde una cierta vanguardia política. Posmoderno, individualista, falto de política. ¿Cómo analiza eso, qué cree que muestra esa visión? También la cuestión femenina le ha costado mucho a los partidos…

LF: Lo que sentí en mi experiencia personal, no me han formado como activista simplemente he sido yo o con Jesusa que hemos comenzado a ver esto, es que por un lado nos enfrentamos a esto que decís de la izquierda. Pero ahí también se ve lo hueco del planteamiento. Cuando vos te das cuenta, cuando decidís dejar de comer animales y empezás a darte cuenta de con qué estabas colaborando, cómo se empieza a desmoronar todo ese gran edificio construido por lo que acabamos de decir: los gobiernos impuestos por los ganaderos, lecheros, los de la pesca, granjas industriales, las farmacéuticas… Los ejércitos siempre los protegen a ellos, no nos protegen a nosotros.

Cuando ves que el discurso es que primero hay que darles de comer a los pobres. Ajá, ¿cómo? Entiendo que sea un discurso bueno, coherente, primero lo hiciste un inútil para poder resolver nada y no tener ni un limonero en su casa. Pero a lo que voy es: ¿vas a resolver el hambre de la gente pobre haciendo más dolor, haciendo más granjas industriales, haciendo más miserable la vida de otras personas que se llaman pollos, o puercos, o vacas? ¿Sí me explico? Para eso tenés que haber llegado antes a cuestionarte la plataforma donde estás parada. Donde te enseñaron a sentirte superior, a decir que me lo tengo que comer para sobrevivir. Si uno empieza a rascar es todo parte de la misma mentira.

APU: Estamos en un contexto donde se pierde la cuestión del reconocimiento como semejantes ya con otros seres humanos (llámese niños, mujeres, migrantes, vendedores ambulantes), en ese sentido nos resulta complejo pensar que pueda generarse esto…

LF: Creo que eso es parte de la estructura que te venden, que no podrías abarcar todo. Pero resulta que cuando dejas de comer animales, lo ves claramente. Y ves cómo eras una pieza, un engranaje, para seguir incluso con tu discurso de defensa de las mujeres. Pero no te lo puedo decir, porque cada quien toma un camino, no es una cosa marcada. He notado en mí cómo se desmorona un enorme edificio en el que estuve metida, y toda mi vida amaba a los animales. Pero me los comía. Y cómo empieza a entrar el tema de la violencia hacia las mujeres, de por qué se hace esa violencia, cómo está diseñado, empezás a verlo muy claramente cuando dejás de comer animales. Es muy raro para ustedes, quizás suena como una locura, pero está todo conectadísimo.

Voy a repetir algo que digo en el espectáculo: ¿Te preocupa la violencia? Qué bien, ¿y qué comés? ¿Te preocupa la lucha de las mujeres? Qué bien, ¿Y qué comés? Porque los que tienen a la mujer sojuzgada, violada, sin sus derechos, son la Suciedad Rural Argentina, los ganaderos, los criadores, los que violan vacas violan mujeres. Las vacas son violadas constantemente durante 5 años, después son llevadas al matadero. ¿Qué te preocupa, la contaminación ambiental? ¿Y qué comés? ¿El cáncer, la demencia, la diabetes? ¿Y qué comés? ¿Te preocupa el hambre de los niños, de la gente pobre? ¿Y qué comés? Aquí cerca hay un mural maravilloso, con un ejército de vacas y un niño arrodillado sin tener qué comer. ¿Bueno, es muy difícil verlo?

APU: Pensábamos cómo poder integrar este tema en la discusión política, de cara a volver y en un contexto tan difícil en el que perdimos muchas batallas culturales...

LF: Pero por eso yo digo, que si empezás a descolonizar tu panza podes avanzar en descolonizar lo demás. No creo que se pueda sin descolonizar tu panza. Por ejemplo: hay mucha gente trabajando en el tema de ecología, que no tocan el tema. Vos ves la película Cowspiracy y vas viendo cómo la gran mayoría de las ONG ecologistas y los que viven de eso, no tocan el verdadero problema que es la crianza de ganado intensiva. Porque a ellos les pagan los ganaderos para que sigan diciendo que no tires la bolsita de plástico, cuando el verdadero problema es la cría de ganado intensiva para consumo. Nunca tocan el tema de que si empezás a dejar de comer animales, vas a desmoronar este sistema. Lo mío no es dieta, es un tema de justicia elemental. Los animales, todos, tienen tanto derecho a estar, como yo. Y es facilísimo, dejás de comer animales y comes todo lo demás, es facilísimo. El problema es ver dónde estamos parados, eso es muy doloroso, de tener que respirar muy profundo muchas veces al día.

APU: Pensaríamos cuando este tema lo toca o trabaja sectores conservadores…

LF: Sí, me ha comentado una amiga que hay veganos racistas, eso no lo conozco, no conozco miles de veganos, pero los principios del veganismo no lo permitirían. Conozco algunos, y quizás no comparta tantas otras cosas de mi vida. Pero sí me llama la atención la batalla campal que se desarrolla contra los veganos con cosas muy puntuales, y la cantidad de energía que usa contra los veganos, pero no verse como el promotor o promotora de una ejército de asesinos de un matadero oculto que nunca descansa y al que damos vida. Eso no se toca, no se analiza, eso no es violencia, violentos son los que dejan de comer carne. Fanáticos, extremistas. En mi caso, hay una enorme desesperación por decirles que están metidos en una trampa. Me doy cuenta desde fuera, no es que fuera mejor o peor, me di cuenta, nada más. Y nadie me lo dijo, no tuve a nadie que me dijera “dejá de comer carne, no seas estúpida” (risas).

APU: Es interesante lo que decís, porque sería como pasar otro umbral de justicia…

LF: Es eso, por eso el veganismo no es ni dieta, ni comercio, ni moda, es solamente justicia. Y no estás dándole un lugar a algo que no se lo merece, es absoluta justicia. ¿Cuándo te vas a dar cuenta que esa vaca no es una tuerca? Cuando te des cuenta de eso, todo lo demás es más claro, los planteos de los compañeros, o el enorme error garrafal en que estamos metidos con la palabra cultura o tradiciones.

APU: Algo que se relaciona con tu obra, es que los temas que fuiste trabajando ahora son más socialmente discutidos, como los derechos humanos o los derechos de las mujeres. Este todavía parece lejano…

LF: Me parece que eso lleva una secuencia: Siglo XIX es la abolición de la esclavitud, esclavos sigue habiendo pero es ilegal; Siglo XX comienza la liberación de la mujer, nos pueden violar o matar pero es ilegal; comerse a los animales, esclavizarlos, hacerles pasar el infierno en la tierra es lo que les hacemos a los animales. No soy cristiana (risas) pero esa imagen puede servir. Todo el aparato de la Ley está hecho para los dueños, los esclavistas de los animales.

APU: En la constitución de Ecuador hay un comienzo de esto, pensando los derechos de la Pachamama. 

LF: En la nueva constitución de la Ciudad de México, los animales ya aparecen como seres sintientes. Es ya un avance, luego pasan años. Pienso que el Siglo XXI es el siglo de la liberación de los animales. Les quiero leer algo más, que me pareció muy interesante: “Para muchos el sufrimiento de los animales es más intolerable que el sufrimiento de los humanos. Porque con este último al menos se admite que el sufrimiento es maldad y que el humano que lo provoca es un criminal”. Que vendría siendo el caso de nuestros desaparecidos y de las torturas. “Pero miles de animales son inútilmente sacrificados cada día sin una sombra de remordimiento”. Esto lo dijo Romain Rolland, un filósofo francés del siglo pasado.

¿Sí me explico la importancia de lograr que pensemos esto? Quien opina que come carne porque le gusta, porque “así ha sido siempre”… esa es una de las frases más terroríficas de la civilización. Las tradiciones, la cultura… Torturar caballos en Jesús María, o el Festival de la Corvina, donde salen todos a matar peces, es aterrador. Siento que el hombre, el macho, debiera revisar un poco por qué se aburre tanto de sí mismo, por qué necesita salir a cazar, que eso lo divierta, que pescar lo divierta, que violar lo divierta. Es una cosa aterradora, de la que veo no sienten ninguna revisión, ni a izquierda ni a derecha. Y hablando de eso, a los animales les va exactamente igual de mal con la izquierda que con la derecha. A ellos siempre les va mal.

Lo que estamos comiendo es una dieta impuesta por la colonización. Acá se comía de otra manera, y hay muchas civilizaciones en el mundo que comen de otra manera. La proteína en México la tomaban de la unión del maíz con los frijoles. Y a veces insectos. Los españoles imponen la biblia y la dieta, esa es su dominación, y continuamos con eso.

APU: Existen ciertos planteos que parecen volver difícil que estos planteos se impongan en la discusión política…

LF: Pero también era muy difícil la discusión sobre el tema de las mujeres en los ámbitos políticos, y sigue siendo muy difícil si no vean lo que pasó con la Presidenta Cristina.

APU: Sería importante que sea una agenda que no tomen los sectores reaccionarios, por falta de políticas nuestras en el tema…

LF: Sí, siento que hay un ejército de gente que está luchando por esto. Y que justamente es una lucha en la que nunca vas a tener un agradecimiento de nadie (risas). Yo me rio sola, hice una canción que dice que no como conejos porque sería como comerme a mis amigos. Y en el campo los veo, y me digo que ellos sí me lo están agradeciendo (risas).

Primera parte: Liliana Felipe: “es muy duro el golpe que estamos recibiendo en el país”

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