Leandro Díaz Romero: “El arte es el motor de las transformaciones”

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Leandro Díaz Romero: “El arte es el motor de las transformaciones”

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05 Julio 2020

Por Norman Petrich

Leandro Díaz Romero es un músico nacido en Tucumán. Entre 1998 y 2004 fue parte de Amanda, popular banda de funk y soul que transitó por el rock tucumano y dejó grabados dos discos de estudio. En 2006 emigró a Buenos Aires, ya con el primer disco editado del dúo pop José Miel, formado junto a su hermano Sebastián. Entre 2006 y 2017, los Díaz Romero editaron cuatro discos, lanzaron tres videoclips y se presentaron en distintos escenarios de toda la Argentina, como así también en países limítrofes y en la Ciudad de México. Agencia Paco Urondo charló con él sobre su primer disco solista, Canto al viento, integrado por ocho canciones originales con raíz en el folk-pop indie.

Agencia Paco Urondo: En un momento como este, donde hay que guardarse, sacaste tu primer disco, lo cual no es poca cosa. Además, se llama Canto al viento, toda una imagen inspiradora para los tiempos que corren. ¿Por qué el nombre?

Leandro Díaz Romero: La frase "canto al viento" es parte de la canción "Canto al viento", un tema que me gusta mucho en el disco. Habla un poco sobre dejarse llevar por la espontaneidad, pero dice que también es bueno pensar en el ahora, y que lo que está por venir puede ser bueno. No es la única idea que sobrevuela el álbum, pero es una de las principales. El disco ya estaba hecho antes de empezar la cuarentena; sí, quizás, fue una decisión editarlo en este contexto, con ciertas limitaciones sociales.

APU: Si bien tenés un largo trecho en la música, estrenás el rol de cantautor. ¿Cómo te resulta, tanto el hecho de interpretar tus propias letras y músicas, como el de ser "la voz cantante"?

L.D.R.: Interpretar canciones propias y cantarlas es una gran novedad, no así el hecho de editar un disco. La voz es el instrumento más personal y era una necesidad postergada de hace muchos años. También, el formato solista te permite participar de cualquier situación sin tener que empezar a coordinar con otras personas.

APU: La impronta del disco es en general despojada, intimista y luminosa. Pero hay una canción donde se habla de "gente que no quiere escuchar", de "vacío y oscuridad", aunque desde el título abre una puerta: “Espero”. Tanto en lo personal como en lo social, ¿creés que el arte tiene una función transformadora?

L.D.R.: Esta canción es bastante vieja y la encontré de casualidad. Me gustó porque estaba desvinculada de alguna época y no recuerdo que tenga un destinatario concreto, es más, creo haber tirado frases y después el inconsciente, quizás, aflora. El arte es el gran motor de las transformaciones. Así como la filosofía indaga y es más para ciertos ámbitos, la música es popular e inconsciente, lo cual la hace muy poderosa, donde podés filtrar un mensaje bueno o malo.

APU: En otra de las letras, decís que "la forma de tu alma alcanza", lo que podría sintetizar el eje conceptual de tu disco. Paradójicamente - o no - en el álbum Canto al viento invitaste a participar a varios amigos músicos. ¿Son dos ideas que se contraponen o se complementan?

L.D.R.: Decir "la forma de tu alma alcanza" no es conformarse, sino que a veces las respuestas pueden estar adentro de uno, en el autoconocimiento; no es una declaración de enamoramiento con uno mismo. Los discos son espacios para compartir con otros artistas, es más cálido cantar de a dos que regrabarse uno mismo el coro. Y también, en las invitaciones, puede aparecer eso que no buscabas, el misterio, y eso puede ser beneficioso.

APU: ¿La crisis inspira? ¿Te invita a tocar, a componer? ¿Cómo estás atravesando esta etapa inesperada? Más allá de las limitaciones que trajo, como el impedimento de tocar en vivo, ¿qué rescatás de este período de encierro?

L.D.R.: Las crisis no nos agarran a todos en el mismo lugar, con los mismos medios, por lo que lamentablemente, todos vamos a aprender algo, pero no lo mismo. En los lugares donde se liberan restricciones la gente vuelve a sus cosas como si no hubiera pasado nada. No aprendemos, eso no es muy esperanzador, por lo que dudo del "mundo mejor". También hay un discurso de productividad que hay que tomarlo con mucha calma. A cada cual le pega de diferente manera; no está mal quedarse en la cama o lo que sea, sí cuidar la salud, pero hay un mensaje de auto exigencia complicado. El tiempo no es dinero, eso te lo enseña el afuera de la ciudad, donde los trámites o la naturaleza te muestran que el tiempo no vale nada.