La fuerza de nuestros ancestros

Por Griselda Manzoli

Qué difícil empezar a contar la historia de uno, siempre me gustó lo sencillo y lo directo, así que empiezo por presentarme: mi nombre es Griselda Manzoli, tengo 42 años, soy diseñadora gráfica, mamá y abuela. Soy de Córdoba Capital, criada en Barrio Bella Vista, antes Pueblo Güemes y en épocas de la colonia “El Abrojal”.

En las reuniones de mi familia, siempre se habló de mi bisabuelo con mucho orgullo, él había venido de Italia sin un centavo y acá pudo establecerse, abrir su propio negocio de ramos generales y criar a sus hijos. Pero durante estos relatos siempre se me venían a la cabeza las mismas preguntas: ¿Quién era su esposa? ¿Cómo tenía hijos sin que se mencionara ninguna presencia femenina? ¿Quién era mi bisabuela? Nunca se habló de ella.

Hace poco más de seis años, mi prima Claudia realizó un curso de raíces afro con un historiador de Córdoba, una de las tareas era indagar si había algún antepasado negro dentro de la familia. La hermana de mi papá, mi tía Nini, nos contó lo poco que recordaba de su abuela, lo primero que nos dijo fue: su nombre era Sabina Gordillo y era negra. Mediante sus relatos entendimos que puertas para afuera, ella era presentada como una especie de mucama, pero puertas adentro era la mujer de la casa, la esposa, la mamá de mi abuelo. Ella estaba condicionada por su color de piel a ocupar un lugar que no le correspondía.

El dolor que me causó esta historia fue inmenso, pensé en cómo debe haberse sentido ella ante los demás y ante su propia familia, pensé en cómo me sentiría yo si estuviera condicionada por mi color de piel, mis rasgos, mi pelo alborotado.

A partir de ese momento pude ponerle la última pieza al rompecabezas de mi identidad, me sentí completa, me miré al espejo con orgullo y con la tranquilidad de no haberme equivocado nunca cuando me veía y sentía negra.

Mi abuela Sabina me dio la fuerza para contar su historia, que también es la mía, a través de la Mesa Afro Córdoba, un grupo de afrodescendientes y no afrodescendientes que desde hace 6 años luchamos por la visibilizacion y el reconocimiento de los aportes afro, en la cultura e historia de Córdoba, Argentina y América.

A su vez pertenecemos a la Red Federal de Afroargentinos del Tronco Colonial, conformada por organizaciones iguales a la nuestra en diferentes provincias como Buenos Aires (Misibamba), Santa Fe (Casa de la Cultura Indo Afro Americana), Chaco (A. AFRO.CH , Entre Ríos (Entre Afros) y Sierras de Córdoba (Afrodescendientes del Valle de Punilla)

Por medio de Mesa Afro, el Concejo Deliberante de la Ciudad de Córdoba. el 23 de noviembre de 2017 y a través de la Ordenanza N.º 12735, instituyó el 27 de abril como el día de la Cultura Afrocordobesa. Esta fecha nos recuerda la primera venta de esclavizados (Pedro y Giomar, angolas) registrada en Córdoba allá por 1588.

En nuestro país el proceso de blanqueamiento se remonta al momento de la creación del Estado-Nación en el siglo XIX. En Córdoba, 6 de cada 10 cordobeses era hijo de africano o mestizo; sin embargo, mantener estas identidades y estas culturas no estaba dentro de los planes de las elites políticas y económicas que preferían un modelo más europeizado, más blanco.

En este proceso se le dio un sentido negativo a todo lo que tenía que ver con lo negro, a ocultar hábitos y costumbres culturales para adaptarse al modelo que proponía el Estado. Fíjense qué exitoso fue este blanqueamiento que hasta el día de hoy tenemos incorporadas frases como “negro de mierda” utilizada como insulto, “portación de rostro”, para acusar de un posible asalto o merodeo a una persona de piel oscura, o simplemente ocultamos nuestras motas y rulos con una planchita o tinturas.

Sabemos que son temas dolorosos en muchos casos y que deben hablarse en familia, pero es nuestra obligación desenterrarlos porque forman parte de cada uno de nosotros, no podemos negar nuestros ancestros porque ellos son la razón por la que estamos aquí, hoy y ahora. Somos los sobrevivientes de un exterminio racial, como el que planteaba hace un par de días el exconcejal de Capilla de Monte, Julio Carballo, quien deseaba que esta pandemia se llevara 5 o 6 millones de negros, vergonzoso y totalmente repudiable. Imagínense un par de siglos atrás a miles de personas con este tipo de pensamiento, ¿realmente deberíamos ocultarnos? ¿No les parece un milagro que años de discriminación no hayan podido callarnos? ¿Cómo no estar orgullosa de mi abuela y de la fuerza de su ancestralidad?

Ojalá estas palabras hagan que un domingo en algún almuerzo familiar, en alguna charla sin querer, puedan preguntarles a sus padres, abuelos o tíos si hay alguna historia como la mía dentro de sus familias. Las personas que nos rodean no son eternas y cuando se van físicamente, las historias se van con ellos. Tuve el orgullo de militar en la Mesa Afro junto a mi tía Nini, la perdí hace 3 años y con ella se fueron datos que estábamos recopilando. No pierdan la oportunidad de preguntar e indagar.

Todos los eventos, charlas y talleres realizados por la Mesa Afro generan un espacio de reflexión, investigación y discusión, tanto para el público en general como así también para niveles formativos y educativos. Creemos también que a través de nuestros testimonios podemos ayudar a más personas en el autorreconocimiento y la erradicación de todas las formas de discriminación racial y cultural. Los esperamos en nuestro.

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