Estrella: "El deseo ya fue conquistado"

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Estrella: "El deseo ya fue conquistado"

05 Agosto 2018

Por Estrella Invitada

Estrella, la figura popular del cabaret teatral porteño, nos comparte el cuarto episodio de su diario íntimo. Una serie de cartas desde el exilio.
 

Carta cuarta

Querido diario:

Cuando era chica me gustaba jugar con fuego. Me encantaba esconderme en el baño de mi casa para hacer una fila de autitos en la bañera, mojarlos con alcohol y después los prendía con un fósforo. Mirar eso. Algo del olor a caca y fuego mezclados. Cada tanto mi mamá se enteraba y me dejaba varias horas encerrada como castigo. Pensá en lo que hiciste, me decía. Y yo pensaba que sólo lo hacía porque tenía ganas. Eso, ganas de hacerlo. Más cerca de la noche llegaba mi papá y sólo atinaba a gritar: Saquen a Estrellita del exilio.

La palabra deseo creo haberla escuchado por primera vez en alguna clase de catequesis del colegio. Siempre acompañada de otras palabras mágicas como pecado, infierno, culpa. Fue con los años que aprendí a incorporarla y a hacer el ejercicio sincero de preguntarme qué quiero, cuándo lo quiero, qué me implica, qué hago para obtener lo que quiero. Como si la vida se tratara de repetir la misma coreografía de los autitos. Juntarlos, ponerlos en fila, mojarlos con alcohol, prenderlos fuego, disfrutar. Una psicóloga que tuve dijo alguna vez que veía una línea directa entre ese acto y mi fascinación por las orgías, pero no me interesó indagar mucho más en eso. 

El deseo. La conexión lisa y llana entre una pulsión interna, gravitar hacia la concreción de algo y el resultado obtenido.

Hace meses que la discusión principal en el país es sobre la despenalización del aborto, sobre el proyecto que busca que las mujeres puedan interrumpir voluntariamente su embarazo no deseado. Que puedan elegir qué desean. 

En medio de todo el debate apareció un personaje oscurantista, ONGista, subsidiado por el macrismo y con exceso de saliva en la oratoria, llamado Albino, que esbozó:  "… la mujer es la pastora de la vida, un ser completo, el hontanar de la vida, el divino pedestal donde se alza al árbol enamorado del hombre".

Sic. 

Crecí pensando que nunca podía, que nunca pude y que nunca iba a poder accionar frente a mi deseo. Que eso no era algo accesible. Que mi condición de mujer, de cuerpo gestante, me dejaba afuera de desear. 

¿Cuántas veces tu mamá te dijo que no y te lo terminaste creyendo?

Muchas. Pero algo diferente sucedió. Ya no importan el desfile de personajes nefastos y embrutecidos paseando por los programas de televisión, ni escuchar a legisladores de la nación empobrecernos en el debate, ni siquiera la iglesia doblega nuestros rumbos como solía hacerlo. Algo cambió. Ya no tengo que recluirme en el baño a escondidas del resto para prenderme fuego. Las marchas se llenaron de pibas adolescentes, llenas de vida, colectivizadas, enalteciendo sus derechos y su capacidad de elegir, gritando a viva voz ABORTO LEGAL. 

Ahí está la victoria. En la calle, en los cuerpos, en la sangre. Será ley o no será nada, pero el deseo ya fue conquistado.

Estrella

 

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