"Este gobierno le ha dado espacio tanto a la cultura popular como a las bellas artes"

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"Este gobierno le ha dado espacio tanto a la cultura popular como a las bellas artes"

08 Noviembre 2015

Por Boris Katunaric.

APU: ¿Cómo es su trabajo en el Ministerio de Cultura?

Emiliano Gareca: Tiene que ver con trabajar en el territorio, generar inclusión a través de la cultura. El Ministerio de Cultura no es más que la coronación de una serie de políticas públicas que viene desarrollando el Gobierno Nacional de 2003 a la fecha, y que se fueron engrosando y dando la posibilidad de crear la plataforma para un Ministerio.

Pensemos que los ministerios se crean, en este gobierno, después de que se alimenta la estructura de esas políticas. Por ejemplo, para crear el Ministerio de Industria primero se tuvo que recuperar la industria nacional, ponerle fichas, trabajar y después crear ese ministerio que nunca había existido. Para hacer un Ministerio de Ciencia y Tecnología primero había que repatriar a los científicos que Cavallo había mandado a lavar los platos; traerlos de vuelta, darles espacio, herramientas y recién ahí se corona con el Ministerio de Ciencia y Tecnología.

En el Ministerio de Cultura pasa lo mismo: este gobierno ha puesto la cultura en un eje central de sus políticas públicas generando leyes, contenidos y espacios, creando pluralidad, comunicación, abriendo los espacios que siempre estaban en manos de las corporaciones, los sectores empresarios. Este Ministerio viene a coronar todo ese trabajo que se viene haciendo desde 2003 con la Secretaría de Cultura y las herramientas que se fueron creando en los distintos ministerios.

No es casual que sea este el último ministerio que crea la Presidenta antes de finalizar su gestión, dejando en claro que este proyecto, más allá de ser político, económico y social, es profundamente cultural. Es un proyecto que ha creado una conciencia política irreversible y eso tiene que ver con la identidad nacional y la soberanía y con parte de nuestra propia identidad nacional y latinoamericana.

APU: En cuanto a la Subsecretaría de Promoción ¿Cuál es la función específica que cumple?

EG: Al crearse el Ministerio se genera una sobre demanda que hay que cubrir, hay que poner un cambio en el eje de cómo se venían trabajando determinadas políticas para poder profundizarlas. Eso tiene que ver con la cultura como un eje de transformación social, de inclusión. Muchas veces, incluso de algunos sectores progresistas, se cae en el error de pensar a la cultura como un ámbito de contención.

Cuántas veces hablamos sobre los pibes que están en la calle, la droga, los pibes que caen presos y decimos que hay que generar espacios de cultura para poder contenerlos. Nosotros queremos ir más allá, la cultura es eso pero no solo eso. También es espacio de creatividad, de expresión, es decir, la cultura tiene que ser la posibilidad de una usina para aquellos sectores que nunca tuvieron un lugar en la mesa grande de los medios de comunicación, nunca tuvieron dónde expresarse, cómo expresar su realidad, puedan hacerlo a través del Estado.

Néstor Kirchner decía muy claramente que allí donde el mercado excluye e invisibiliza, tiene que estar el Estado para generar articulaciones sociales de inclusión. El mercado organiza económicamente pero no socialmente. El Estado tiene que generar esos lazos sociales.

Eso es lo que tiene que hacer un Ministerio de Cultura y a eso apunta la Secretaría de Políticas Socioculturales y, sobre todo, la Subsecretaría a mi cargo. Tiene que ver con ir a los territorios, a la cultura de la cotidianeidad, ya no a la cultura del espectáculo, no la cultura de algunos sectores como los que representa Mauricio Macri, que la entienden solamente como el tiempo de ocio, los multitudinarios recitales y los fuegos artificiales; eso también es parte pero no es lo único. No se agota ahí, hay que ir al barrio para rescatar esa cultura cotidiana, la que hace el pueblo todos los días.

El pueblo resiste en su cultura, ha resistido los 90, ha resistido las dictaduras militares y el neoliberalismo, siempre refugiándose en su cultura, así como lo hicieron los pueblos originarios a través de los siglos y por eso hoy siguen estando presentes, sosteniendo su identidad. La diferencia es que algunas veces es más visible y otras no tanto.

Entonces, nuestra tarea en la Subsecretaría es simplemente identificar dónde está sucediendo la cultura y darles herramienta a la gente para que se exprese, para que muestren lo que están haciendo, lo que aprendieron de sus padres, de sus abuelos, es decir, para que puedan mostrar su realidad desde su punto de vista, mostrar su barrio, su música, y sobre todo, darle herramientas para que esa expresión pueda ser perfeccionada.

Es como en el fútbol, ¿por qué hay tantos buenos futbolistas en Argentina? porque hay semilleros por todos lados y, al haber tantos semilleros y tanto potrero, de miles que juegan y que tiene el mercado poniendo fuerza y guita ahí, alguno de esos salen y son los mejores. En la cultura es igual, hay mucha gente que toca la guitarra, pinta, que hace murga y demás, pero si el Estado no está mirando y dándole herramientas, eso no puede ser llevado al nivel que la cultura de élite sí genera para los espacios más reducidos.

APU: Sería como un lugar donde canalizar y poder aplicar esa energía en función de una actividad definida.

EG: Y también pensar la cultura como un trabajo, como un medio de vida. Generalmente se tiene esa concepción peyorativa de que aquel que se dedica a la cultura es un vago, no es productivo en términos mercantilistas; es esta idea capitalista de que lo que no genera un rédito económico inmediato debe ser descartado. No. La cultura también es un trabajo, también se puede perfeccionar, estudiar y no significa, bajo ningún punto de vista, que esos suceda solo en los conservatorios, en la academia, sino que hay que generar espacios a lo largo y ancho del país para encontrar esos talentos que tiene el pueblo y después generar las condiciones para que puedan perfeccionarse, estudiar, viajar al exterior.

Pero no es solo la cultura popular, este gobierno le ha dado espacio tanto a la cultura popular como a las bellas artes y tienen que tener un diálogo constante. Eso es el Centro Cultural Kirchner, el Museo de Bellas Artes, Tecnópolis, que está por encima de cualquier otra obra que se haya hecho a nivel tecnológico cultural en Latinoamérica.

APU: ¿Qué balance hace entre la gestión nacional y la de CABA en materia de cultura?

EG: Tiene que ver con un discusión más vieja que es cómo se ve la cultura desde un lugar nacional y popular, desde el peronismo y cómo la entienden las clases dominantes. Ese discusión ha generado, incluso, discusiones dentro del campo nacional y popular, donde se ha tratado de poner a las artes en una dicotomía falsa. ¿Quién creó la Sinfónica Nacional? Perón. Lo hizo junto con un programa que se llamaba "Música para el pueblo" dónde esa Sinfónica Nacional iba a tocar a los sectores populares, llevaba la música clásica a los barrios. Qué más peronista que eso cuando hay muchos compañeros que creen que la música clásica es solo de la oligarquía y a nosotros nos queda la cumbia y el cuarteto. Error, la música clásica también es peronista.

Hoy, con esas vueltas de la historia que no son casualidad -como dice Cristina: no es magia- la Sinfónica Nacional, después de 60 años de no tener reconocimiento del propio lugar, hoy cuenta con la Ballena Azul que es la casa central de la orquesta.

Ahí está un poco la discusión. Qué ha hecho el macrismo. Ha tratado de denostar el CCK, ha dicho que la cultura popular es berreta y no reconocen que desde el peronismo también sabemos trabajar con las bellas artes y el arte en todos los sentidos. En la política cultural de la ciudad se ve claramente: cerró centros culturales, todo lo contrario de lo que nosotros decimos que tiene que hacer el Estado, que es fomentar usinas, semilleros, potreros de la cultura; el PRO se dedicó a cerrarlos y generar una cultura de la gestión privada, una cultura del gerenciamiento. Lo ha hecho muy bien, cuando el PRO gerencia para los medios empresariales hace cosas piolas pero descuida, por no decir ataca, ese semillero de cultura popular que son los centros culturales donde el pueblo se reúne y hace cultura. La principal diferencia está en cómo el PRO entiende la inclusión como parte de la cultura.

*Entrevista realizada en Basta de zonceras (Versión radial de APU) por AM 740 Radio Rebelde  (Lunes a viernes de 11 a 12)