El libro de la buena memoria

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El libro de la buena memoria

02 Junio 2019

Por Jorge Hardmeier

(…) un amor que permanece intacto

inexorablemente expuesto al aire…

(“Ventiscas de marzo”, LAS, Privé)

Luisito, libro de Jorge Kasparian con entrevistas al entorno de Luis Alberto Spinetta, se presentará el jueves 6 de junio a las 19:00h en la Cúpula del CCK. Del encuentro participará Juan Carlos Diez – autor de "Martropía", un libro de conversaciones con Spinetta publicado en 2006 -  quien dialogará con Ana Spinetta, Aníbal La Vieja Barrios, Héctor Pomo Lorenzo, Mario Pototo D’Alessandro – sí, el destinatario del famoso tema de Almendra -  Roberto Mouro y, claro, Jorge Kasparian. Este periodista cultural cordobés posee como sustento de vida la serigrafía y, entonces, sumando su admiración por Luis y el dolor por la pérdida, decidió, ese negro 8 de febrero de 2012 producir La Biblia spinettiana, doscientas cuarenta páginas impresas con tela, serigrafía y amor. Explica Kasparian: "Tengo cincuenta y un años  y hago serigrafía desde los quince, época del colegio secundario y, antes de La Biblia, ya había hecho un libro con la páginas de tela allá por el 96, que también se lo dedique a Luis Alberto: se llama “Superstición” que es la primera palabra de la canción número cuatro de “Artaud”, “Superchería”; hice cincuenta unidades y se las regalé a cincuenta personas amigas que quería que lo tengan. La Biblia se termina de cocinar el 8 de febrero del 2012 estando yo de vacaciones; hacía tiempo que quería hacer, desde mi oficio, algo contundente sobre la obra de Spinetta y ese día, a partir del inmenso dolor, terminó de cerrarme la cosa. Volví de vacaciones, casi que me llevé por delante “Superstición” y sentí que venía por ahí la cuestión y me largue nomás y de las cincuenta páginas originales pasaron a ser doscientas cuarenta repartidas en cuatro tomos y lo que iba a ser entregado mano a mano, sin fines comerciales, como lo fue, se convirtió en una especie de objeto de culto y de ahí surgió un programa de radio y un montón de cosas más. Mi admiración por El Flaco surge de manera contundente al final de Jade y con la aparición de “Privé”, ya que, si bien lo escuchaba mucho, ahí fue el quiebre total. El oficio de la serigrafía me lo enseño un tío, y me copó la idea de hacer mis propios afiches y también mis remeras y pasó que, con el tiempo, empecé a hacer algunos laburos chicos y con eso me alcanzaba para comprar discos, ir a los recitales y salir de joda; luego alquilé un pequeño local y me instalé de manera más formal y profesional y termino siendo mi medio de vida".

Spinettalandia

APU: Contame un poco como es tu llegada a Spinetta, en qué momento de tu vida y cómo fue ese derrotero spinetteano en cuanto a conciertos, investigaciones, etc.

Spinetta me atraviesa con “Privé”, en quinto año del colegio, ya que yo escuchaba mucho rock nacional. Ese año, más allá de la aparición del disco, que además tiene muchas particularidades, como que no hay baterista, ni bajista, excepto en una sola canción y por primera vez hay coros femeninos, un pibe más grande que yo que laburaba con mi viejo, me regala dos casettes TDK azules de 90 con canciones de rock nacional de todas las épocas, todo mezclado y en lugar de ponerle el nombre a cada tema, les puso número y me dijo: “escucha esto y marcame cuales son las canciones que más te gustan así te doy más de eso, te doy discos completos” y me gustaron “Postcrucifixion” y “Estado de coma” y a partir de ahí no hubo vuelta atrás. Con el tiempo, todo el mundo me regala objetos vinculados a Spinetta: afiches, grabaciones piratas, entradas, fotos.

APU: ¿Cómo comienza tu idea de entrevistar a músicos, amigos, parientes, etc. de Luis y cómo plasmaste ese trabajo, cómo fue el proceso, cómo te contactaste, que inconvenientes tuviste y qué sorpresas surgieron?

Después de la aparición de La Biblia, me hacen una nota en la radio y cuando salí del estudio, me cruza un tipo al que no conocía y me dice que tendría que hacer un programa de radio sobre Spinetta y le dije que no, ya que nunca había hecho radio; el tipo insistió y finalmente hicimos La Biblia Spinetteana Radio durante tres años y medio, una vez por semana en donde recorrimos discos, rarezas, shows en vivo, inéditos, historias, notas de revistas y por supuesto entrevistas a los protagonistas que rodearon a Luis Alberto. Los capítulos del programa tenían principio y fin y son atemporales y lo fui armando sobre la marcha ya que a medida que más me metía en el tema, mas contactos aparecían y muchos de los entrevistados se pusieron a la par mía y me dieron manos increíbles. Las maneras de contactarme fueron de todas las que te imagines: teléfono, whatsapp, mail, correspondencia, personalmente y hasta de casualidad en la calle. El mayor inconveniente fue que al principio no me creían, sobre todo con La Biblia. Imagínate que te hable por teléfono un desconocido y te diga que te quiere regalar un libro con las páginas de tela sobre la obra de Luis y que además te quiere hacer una nota. ¡Era una cosa de locos!

Mapa de tu amor

APU: ¿Podés contar que entrevistas quedaron afuera y cual fue tu criterio de selección de las mismas?

Quedaron afuera muchas y el criterio fue que de algún modo estuviesen representadas todas (o casi todas) sus épocas, iluminar personas que poca gente conoce, músicos que pasaron fugazmente por la vida musical de Luis Alberto, sabiendo de antemano que es imposible conformar a todos y que una selección como esta terminará siendo caprichosa y notablemente injusta. Corrimos ese riesgo con el editor y desde que salió el libro recibo sugerencias y reclamos; y también recibo mensajes emocionantes de lectores conmovidos. Agradezco y valoro ambas cosas.

APU: Hay unas ausencias que resaltan: la de los hijos e hijas de Luis, ¿fue una decisión o hubo otro motivo?

No estoy de acuerdo con que “hay ausencias que resaltan”, ya que para mí el único indispensable en todo este trabajo, que no abarca solo “Luisito”, sino todo el conjunto de cosas que hice y que sigo haciendo vinculado a la obra en sí, es Luis Alberto Spinetta. Mi decisión cuando comencé con el programa fue abordar la obra completa y eso se logró. La ausencia de los hijos de Luis Alberto en este libro, se debe a que prioricé a otros personajes menos conocidos y que sabía que podían aportar historias y una visión distinta desde otro lado.

APU: Otra ausencia: las mujeres que amaron y amó, ¿fue una decisión deliberada no entrevistarlas? En mi opinión una conversación con Patricia Salazar sería interesante para conocer la íntima cocina del Flaco.

Entiendo que tengo mucho camino por recorrer y en algún momento hubo que terminar el libro. De todos modos hay dos mujeres importantes, por diversos motivos, en el universo de Luis: Ana, su hermana y Grace, su vocal coach, quien, entre otras cosas, me hizo entender hasta cómo hizo Spinetta para cantar más de cinco horas en Las Bandas Eternas y que la voz estuviera intacta.

APU: Hay perlitas que surgen de las entrevistas, como su admiración por Bjork, ¿qué otros elementos te sorprendieron de la serie de entrevistas en cuanto a cuestiones que desconocías – teniendo vos tanta data – del universo spinetteano?

APU: Muchas cosas me sorprendieron: todos hablaban de Luisito, todos lo hacían en tiempo presente, muchos soñaban con él, se sensibilizaban y muchas veces las tuvimos que parar porque la emoción tanto del entrevistado como la mía estaban a flor de piel. Y cosas quizás impensadas como las de Bjork hubo montones, creo que cada entrevistado aporta algo, detalles musicales o extra musicales, como su pasión por los autos o la comida.

Color humano

APU: Hay un elemento recurrente en las entrevistas: el humor de Spinetta, ¿vos percibías eso previamente? Otra cuestión es su humanidad y generosidad, lo mismo; ¿te sorprendió o ya lo vislumbrabas?

Spinetta tiene mucho humor, si se observan sus letras, allí no solo hay poesía sino también humor. Lo que pasa es que su parte poética quizás está más reconocida que su veta humorística, tal vez porque se trata de un humor cercano al surrealismo. Honestamente estas entrevistas me confirmaron todo lo que yo de algún modo sospechaba “desde afuera”, como oyente de sus discos o espectador. Luis Alberto me domesticó, me hizo conocer el arte, me ofreció a través de su música un tipo de sensibilidad que creo que todos los spinetteamos de algún modo compartimos.

APU: Otro tema es como, en la mayoría de las entrevistas, todos/as dicen extrañar enormemente a Luis y que, a muchos/as se les aparece en sueños, ¿qué emociones te produjeron esas manifestaciones?

Sí, algo impresionante. No me extraña que sus amigos lo extrañen porque me pasa a mí también. Creo que todavía estamos asimilando la ausencia de Luis Alberto; a veces a la mañana me levanto pensado cuándo va a tocar de nuevo en Córdoba.

APU: No ahondás, creo que por respeto, en la etapa de enfermedad de Luis, ¿fue una decisión periodística?

No lo hago, ni lo haría, por respeto, porque fue muy doloroso, por su familia, y porque lo viví en carne propia tanto con mi viejo como con mi vieja. De todos modos hay varios entrevistados que en el libro se refieren a esos momentos, de una manera muy amorosa. Pototo, por ejemplo.

Pomo en años luz

APU: ¿Fue incomoda la entrevista con Pomo?

Pomo es un maestro. No sé en dónde advertís la incomodidad. Conseguí su dirección, le mandé una Biblia junto con una nota y mi teléfono; a las cuarenta y ocho horas una compañera de trabajo me dice: “me parece que hay alguien que se hace el gracioso porque pide hablar con vos y dice que se llama Pomo”. Yo no lo podía creer, el baterista de la mejor banda de la historia de la música que es Invisible, me estaba llamando. A Pomo le hice varias entrevistas y en el libro solo esta la primera. Merecería un libro para él solo, hablando de lo que él quiera. No es un baterista solamente, Pomo es un artista.

APU: Te lo preguntaba porque en la introducción a la nota escribís: hicimos esta entrevista absolutamente insatisfactoria…

Te explico: la palabra “insatisfactoria” es porque cuando le hago la entrevista a Pomo me doy cuenta de que era imposible, en una hora de radio, no abarcar toda la carrera o el vínculo que tenía con el Flaco, sino una gran parte al menos. Después hubo una segunda, una tercera, pero acordate que el libro está hecho en función a desgravaciones de programas de radio, no es una nota donde vos te sentás y estás cinco horas hablando. Entonces a partir de la insatisfacción mía armamos un cronograma de futuras entrevista, con el cual está de acuerdo. La insatisfacción fue mía, porque teniendo a semejante parte de la historia del rock, no poder aprovecharlo. Porque es una hora de radio semanal, en un programa de cincuenta y cinco minutos, en el cual tenés mitad música, mitad charla. Me pasó con varios, pero Pomo fue el primero.

El umbral

APU: Me gustaría saber tu visión de la trayectoria musical de Spinetta, cómo lo descubriste, qué opinas de cada uno de sus proyectos y grupos, de sus etapas musicales y del carácter de su público y, si es que allí estuviste, tu mirada sobre la noche de las Bandas Eternas.

Líneas arriba te conté como entré en el universo musical del Flaco. Para mí es muy complicado hablar de manera parcial, todo me parece de un nivel impresionante y así como te dije de Invisible, Jade me rompía la cabeza, y Almendra fue épico y Pescado ni hablar, que desemboca en “Artaud”. Cuando ya tenía todo para trabajar hizo Los Socios del Desierto, o sea, nunca paró. Hay pocos casos como él en el mundo. Y Las Bandas Eternas fue el regalo final, insuperable, el mejor concierto de la historia de la música popular argentina. Cuando terminó el show, sentí la tranquilidad de que lo había visto todo y la pregunta fue, qué venía después de esto y lo que vino fue que pasó lo que pasó y pasó que nos quedamos huérfanos.