"El Gauchito Gil es el santo popular más importante de los últimos 20 ó 30 años"

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"El Gauchito Gil es el santo popular más importante de los últimos 20 ó 30 años"

10 Enero 2013

Por Enrique de la Calle y Nicolás Bondarovsky

AGENCIA PACO URONDO: Queríamos hablar sobre lo que ocurrió esta semana con esto del Gauchito Gil, en Corrientes, una fiesta popular que según los portales de noticias reunió una multitud de personas, incluso algunos hablan de medio millón de personas ¿Te sorprendió la multitud? ¿Cómo lo viste?

Pablo Seman: La verdad no me declararía sorprendido por las multitudes porque conozco esas fiestas. Conozco la procesión de la Virgen de Itatí, fui hace algunos años y siempre fue multitudinaria. Recuerdo que hace unos 15 años fui a la procesión de la Virgen y había 300 ó 400 mil personas. De todas maneras esta fiesta, porque la devoción al Gauchito Gil en estos últimos años, ha ido creciendo tanto en la provincia como en todo el país y siempre ha sido muy grande y esta vez ha sido más grande todavía.

Estas cosas no aparecen mediáticamente. No aparecen en Capital federal, no aparecen en la clase media blanca que hegemoniza los medios de comunicación pero estas cosas existen y desde hace mucho tiempo. Puede ser que sea un poco más grande pero estas cosas existen, hay un proceso de concentración alrededor de esta devoción que es otra cosa de la que se podría hablar pero en principio, no me sorprende.

APU: En términos conceptuales ¿El Gauchito Gil es un mito popular, una leyenda popular? ¿Cómo lo define la sociología?

PS: Es una devoción popular. Poner un nombre creo que no es tan importante como entender un poco que está debajo de proceso ¿No? Si te fijás en cualquier diccionario, el Gauchito Gil hace 30 ó 40 años era una devoción más entre tantas otras devociones hacia gauchos. Está Bairoleto, el gaucho Vega, una serie de gauchos santificados popularmente. Lo que habría que preguntarse esa por qué la devoción al Gauchito Gil creció tanto y pudo concentrar las masas de devotos que potencialmente estaban disponibles para otras devociones.

APU: ¿Cuándo ocurre ese crecimiento?

PS: Te diría que es el santo popular más importante de los últimos 20 ó 30 años, sustituyendo devociones importantes como eran la Difunta Correa, la Virgen del Valle, la propia Virgen de Luján, que cayó, pero la del Gauchito Gil fue creciendo. Son varios elementos, uno que es una devoción de penitenciarios, muy sufrida. Le da lugar a cierto tipo de expresiones populares a las que no todo el catolicismo les da lugar y el otro elemento importante es que, por una cuestión logística puede extenderse por la combinación de varios factores: el ritual de la devoción exige reconocer al santo, rendirle homenaje cada vez que uno pasa por sus lugares, encrucijadas de caminos por donde pasan los camioneros, las rutas del Mercosur que unen Paraguay, Brasil y Argentina.

En los años 90, con la extensión del transporte en camiones, la devoción fue creciendo muchísimo porque los camioneros que pasaban por Mercedes se hicieron devotos del Gauchito y llevaron la devoción hasta Ushuaia, San Luis. En Córdoba, en los mismos caminos donde antes se veían santuarios de la Difunta Correa, se empezaron a ver los del Gauchito Gil. Por un lado el tipo de creencia pero por el otro, también el tipo de logística por el cambio de la infraestructura material de la sociedad, hicieron que el tema del Gauchito Gil pudiera propagarse muy rápidamente y por el otro, la migración de correntinos, sobre todo al Gran Buenos Aires, que se armaban identitariamente y el Gauchito Gil era parte de ese proyecto.

APU: Si se hace un ranking de devoción de los mitos populares: ¿qué lugar ocupa el Gauchito Gil?

PS: No hay un ranking porque no hay censos, no hay encuestas pero, a través de mis investigaciones, te diría que en este momento, en los sectores populares, la del Gauchito es una de las devociones más fuertes. En el Conurbano, sin duda es una de las más fuertes, ni la Difunta Correa, ni la Virgen del Valle, ni Ceferino Namuncurá, ni San Expedito, ni la Virgen Desatanudos convocan tanto. En la Mesopotamia muchísimo menos y fue asombroso verlo extenderse desde hace diez años por todo el territorio, la Patagonia, el Noroeste, el centro del país, donde había otras devociones regionales empezó a crecer su figura.

Que es el que más se extendió no me cabe duda. También, la misma gente es devota de otros santos, hay superposición pero aún así es la devoción que más creció y probablemente la que más devotos tiene.

APU: Cuando uno pasa por los monumentos al Gauchito tiene que tocar bocina, esta congregación que vimos ayer: ¿Qué otras actividades convoca el Gauchito?

PS: Una de los rituales que te definen como devoto es levantar un santuario. Los ritos van cambiando, por ejemplo, uno de ellos es que si vos saludás al Gauchito, él te protege en el camino y en retribución a esa protección recibida se erige un santuario en la próxima parada. Es una devoción autorreproducida por sus propios contenidos. Esto es muy importante porque es parte del ritual y lo define y aparte, permite extender su expansión.

Esto en términos de logística, en términos de sensibilidad y de ideas, me parece que está muy alejada de la cosa más prescriptiva, normativa, aburrida del catolicismo y da logar a pedidos más paganos y a formas más festivas de celebración.

APU: Recién mencionabas al catolicismo: ¿qué opina la iglesia de un mito tan popular?

PS: Definía al catolicismo como aburrido, conservador, se puede hacer cualquier cosa pero no en cualquier momento ni en cualquier logar. La iglesia ha intentado orientar esta devoción, hay católicos que han hecho una pastoral del Gauchito Gil, el Padre Sini ha sido muy importante al respecto pero puedo ver por lo que hablo con la gente que la devoción va mucho más allá porque una parte del catolicismo tiende a respetar y expandir la devoción, lo que no significa que se expanda con el contenido que éste quiere darle y otra parte del catolicismo no quiere saber nada. Recuerdo que en una procesión de la Virgen de Itatí había 20 ó 30 sacerdotes bendiciendo imágenes que llevaba la gente y algunos no bendecían la imagen del Gauchito y otros sí. Ahora, las filas para los que sí lo hacían eran muchísimo más largas que las de los que se negaban.

El catolicismo se tiene que plegar un poco porque si no le da bola a esta devoción, pierde capacidad de contener a los fieles pero tiene sus conflictos internos porque los más conservadores por una cuestión más de clase que otra cosa, no transan con las devociones populares pero tampoco los sacerdotes de izquierda han sabido acomodarse siempre a las mismas. Los partidarios de la Teología de la Liberación de hace 40 años eran más bien condenatorios con respecto a las devociones populares.