Circus Dei: “La incomodidad es la madre de todos los cambios”

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Circus Dei: “La incomodidad es la madre de todos los cambios”

02 Septiembre 2018

Por Antonella Riso

 

Agencia Paco Urondo: ¿Qué les parece la línea? Teniendo en cuenta que en la tapa del disco la línea termina cubriendo los ojos de los personajes.

Circus Dei: Nosotros lo pensábamos así: cómo la publicidad y los espacios de poder te van marcando cierta forma de ser, te van enfilando hacia cierto lugar. En el anterior cd, Totem, la televisión era como objeto de veneración, lo veíamos como algo que en un futuro quizás ya no exista pero va a ser un objeto que antes te marcaba todo lo que hacías. Lo que tratamos de hacer es limpiar ese mensaje, la línea resalta y corta la tapa, puede ser que vos no la veas pero ahí está. No sólo como una bajada de línea maléfica, sino que es algo que quizás no puedas elegir todo el tiempo. Hoy voy a ser de izquierda, mañana de derecha, hay un contexto que te lleva a elegir, ahí está la línea ¿Quién la maneja? tampoco creemos que emerja de Macri, a él también lo atraviesa, el poder es raro. La tapa está inspirada en un negativo de los 60, después lo recreamos. Era una escena muy actual: una mujer que pasaba y un hombre se la quedaba observando. A nivel coyuntural, hablamos de hacer tu propia línea, tu propia voz. Siempre queremos dejar un poco de esperanza.

APU: ¿Y ustedes en qué lugar de la línea se encuentran? ¿Creen que están de un lado, del otro o que es algo transversal?

CD: Siempre estás de un lado, todos tenemos una cierta bajada de algo que nos atraviesa. Sería egoísta pensar que nosotros tenemos una línea que nos marca y a vos no. Nadie está exento. Lo que queremos mostrar es una visión, la banda se para en un lugar que sabiendo que esa línea existe, concientiza en eso, lo pasa en limpio.

APU: Teniendo en cuenta que la mirada del espectador es lo que le da cierre a la obra ¿qué piensan respecto a eso y cómo se ven en comparación a otras bandas?

CD: La relación que tienen con nuestra música es personal. Queríamos dejar lugar a mayor interpretación. Los otros discos eran con cambios muy saturados, muchas estéticas mezcladas. En este nos decidimos por una línea de instrumentación que deje al otro revisarlo. Lo laburamos muy personalmente, desde la preproducción hasta la post. Nos vemos como personales, autogestionados, con un equipo de amigos que nos ayuda a trasmitir cada vez más lo que queremos. Después de tantos años remándola, la gran diferencia de ahora es la cantidad de gente que nos apoya. Siempre nos costó igual, pensando en lo que suena, queremos innovar. Empezamos a usar recursos que nunca usamos, pero lo terminamos procesando por nosotros mismos para que queden impregnadas nuestras características propias y no meter el típico arreglo que usan todos.

APU: Más allá de lo musical y renovarse ¿qué quieren trasmitir conceptualmente?

CD: Circus está armado por cuatro personas que tienen cosas en común, pero que a su vez cada uno tiene sus riquezas. Hay una tensión constante que en el vivo se nota todo el tiempo. Todo el tiempo hay explosiones, vas para atrás, para adelante. Musicalmente queremos incitar esa tensión. No queremos que escuchen el disco y que quede bien parado. Sino que por algún lado tiene que pasarte algo, no sabemos qué le pasará a quien nos escuche, pero que algo pase, que encienda una mecha.

APU: Si pensáramos palabras claves de sus mensajes, teniendo en cuenta que a ustedes los influencian bandas que hacen replantearnos donde estamos parados, como Pink Floyd, Charly o Spinetta, más allá de lo músical ¿qué mencionarían?

CD: El mensaje siempre surge de la música, la mayoría de los temas salen improvisando. Esa cuestión de lo circunstancial es importante. Pensar en lo performático de los shows es parte del mensaje, sensaciones de algo melancólico que te hacen remitir a imágenes pasadas, con toda una actualidad que pasa. Ves como los pibes tienen una mentalidad diferente a lo que se venía estableciendo, el revisionismo de cosas que se repiten todo el tiempo, ojalá salte la ficha. Hay cosas que no cambian tan fácilmente, como con la música y la ropa de moda. No sé si tenemos una sola esencia de lo que queremos decir. La empatía es algo que venimos laburando, el encuentro con el otro. Si bien algunas canciones son más de protesta que otras, algunas son más personales, que podrían haber vivido muchos. Pero va por ese lado, lo musical acompaña eso. Todos los temas conectan en ese sentido.

APU: ¿Cómo vinculan la música en relación a la coyuntura, al contexto?

CD: Políticamente hablando, es un buen momento para ver donde estás parado, decir lo que te pasa. Lo que está pasando es una anestesia, pasan cosas heavy. También te quieren forzar a que vos pienses que “esto es así”, te sentís incómodo pero “es así”. Es una época donde los artistas y las personas en general que digan cómo se sienten, los van a premiar en un futuro. No es una boludez hablar antes que callar. No tiene que ver con salir con una remera del Che Guevara, tiene que ver con el poder de contagiar. Lo social es impregnante, qué decís, qué no. Desde la parte artística, las injusticias te hacen reaccionar. Hacerle abrir los ojos a la gente, hay que despertar ciertas cuestiones en algunos que están más dormidos. Otros no tanto, son más zombies, por ahí les da lo mismo. Nada da igual. O puede salir una respuesta de que “está todo bien, pero somos distintos”. Es otra vez pensar la empatía, qué quiero que le pase a él y qué no quiero que le pase. Uno se quiere poner del otro lado, somos una masa agitando pero no haciendo.

APU: Pensando en que hay que hacer cosas ¿ustedes cómo se sienten? ¿Hacer música para qué?

CD: Tenemos que hacer más. No esperar más cuatro años para sacar un disco. En las redes sociales tenés que decir algo. No nos paramos en un lugar de pensar que la tenemos re clara, que estamos del otro lado de la línea. Hacer música para decir cosas, para transformarse, para decir que también vos hagas. Nos interesa que a la gente le dé ganas. El arte tiene que ver con mover algo de adentro. Si solo sirve para que vayas a pegártela, todo bien, pero en algún momento te tiene que pasar algo, si no, no tiene sentido. O sí, sentido para los que no quieren que hagas algo. Es rara la alienación. Políticamente tenemos carácter, no nos es igual lo que pasa. Venimos hablando de eso desde los 15 años, tuvimos padres que fueron al colegio en dictadura. Hoy están tratando de anestesiarnos con la política, influye mucho más en tu vida de lo que parece.

APU: ¿Cuáles son sus convicciones? ¿Sienten que están en ese lugar?

CD: A nosotros el cartel amarillo no nos va a cambiar. También que hay mucha desigualdad, que se sabe pero tampoco se habla tanto, con esa onda de que la música es para pasarla bien. Pero, a su vez, estamos en este país. Uno visualiza situaciones de desigualdad también a través del arte. O cosas peores. Hubo bandas que estuvieron a la altura en un momento histórico para decirlo. Es un lugar difícil, sería un montón que la gente que te ve, más allá de que les gusta lo que haces, puedas representar las ideas. Muchas veces lo buscamos, tratamos de decirlo en las letras: “Movete, no llegues a los 60 años pensando lo mismo de cuando tenías 20”. No puede ser. Hay cosas que sostenés y otras que no. O doblas la apuesta, pero movete. Hay un poco de no pensar que llegaste al tope y sabes todo lo que te va a pasar, lo que te va a gustar o no, lo que te conviene o no. Desestructurarse, esa capacidad de jugar y estar en revisión propia. Eso es lo que te cambia, lo que te lleva para adelante. Es lo que hablamos también de tener empatía por el otro, incluso por alguien que puede ser abogado, pero que es un infeliz. Termina siendo un sorete porque está ahí. Fijate, si sos sorete, elegilo, pero no porque te llevó la marea y nunca te fijaste, porque “no tenés capacidad de revisión”.

¿Cómo los atravesó el feminismo teniendo en cuenta revisionismos?

CD: No somos mujeres pero no lo sentimos lejano. Hay cosas que siempre supimos o nos hacía ruido, pero es difícil ponerse en el lugar. Yendo a lo del movimiento, está buenísimo que aparezca para construir una nueva realidad social, es muy fuerte, nos hace ver una nueva forma de ver lo preestablecido. Lo que más nos gusta es eso. Las mujeres son quienes plantearon toda esta ruptura y estamos orgullosos de eso. El feminismo tiene una historia y plantean líneas que nos cuestionan, nos hace pensar de manera diferentes las cosas. A nivel artístico, es súper enriquecedor, generó mas apertura. Pensar que se esté charlando de la paridad entre las bandas de mujeres y varones para muchos es algo nuevo, para nosotros también. No sentimos que debemos poner pautas, sino ponerse a disposición, qué pelotudeces hicimos toda la vida y ahora reverlo. La deconstrucción también pasa por cuestionarse las convicciones, el formateo personal que la sociedad daba por naturalizado. Tenemos cierto pensamiento de izquierda y desde hace tiempo veníamos viendo muchos derechos que tienen que otorgarse, como el aborto, y no nos sorprendimos. Lo vemos como “Y sí, tenía que pasar”. Para los que estamos del lado de la ampliación de derechos pensamos “tu moral es una cagada”. Ahí empieza la revisión.

¿Qué adjetivos los definiría como grupo e individualmente?

Es difícil, nosotros buscamos revernos con las cosas que no nos hacen sentir cómodos, cómo nos paramos frente a los demás. Es un trabajo de ir laburando la comunicación, cómo nos movemos. Tocar sólo en Capital, en el conurbano, decir lo que pensás, capaz comiéndote una puteada. Es medio quimera, te salen cabezas de colores según el día, mutamos: diverso, de estar en constante transformación, intensos (risas). No estamos del lado de la norma de bajar garrote. Estar del lado de lo que nos conecta y ver lo que nos marca, como los espacios de poder. Hay una toma de posición: somos esto, la toma de posición es antirepresiva. El problema es la falta de flexibilidad, siempre el ataque a la educación, el asunto a largo plazo. Esos modos represivos para ajustar derechos. Lo que más conocemos es el argentino arraigado a lo conocido, sin tener un nivel apreciativo. Eso es lo que te bajan los espacios de poder. Lo que importa es seguir y plantear algo nuevo, sino perdimos vidas y momentos en vano. La incomodidad es la madre de los cambios, si querés algo diferente, probá algo diferente.

 

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