Cierra el bar Mordisquito

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Cierra el bar Mordisquito

05 Octubre 2016

Por Miguel Martínez Naón

El Bar Mordisquito está por cerrar sus puertas.

Para muchos amigos de la poesía y la música es un espacio entrañable. Cada uno de sus habitantes seguramente se llevará un recuerdo grato, no sin antes preguntarse: ¿por qué?

¿Por qué nos estamos quedando sin nuestra casa?

Bar Mordisquito se encuentra en el pasaje Enrique Santos Discépolo. Se ingresa por Avenida Corrientes o por Avenida Callao. En esa pequeña calle iluminada por luces de led, en el piso, hay un teatro (el Picadero se llama) hay departamentos donde nadie asoma sus narices y a los costados hay bancos de plaza para los vagabundos que duermen o se toman unas birras. Pero en el bar, en ese Mordisquito, siempre hay lugar para los sedientos, siempre hay sosiego, y hay una biblioteca de fondo, donde leer algo de nuestros clásicos, un Lorca, un Vallejo…

Mordisquito será recordado por ángeles hermosos que ya no están, como Inés Manzano o Diego Holzer quienes llegaron como inmigrantes a leer sus poemas en algún momento de esta larga noche.

Luego venimos los aprendices de poetas, los que siempre salimos lindos en la foto leyendo nuestros borradores. Mordisquito es el lugar donde nos consagramos.

Nosotros, los pequeños cazadores, barbudos y viejos ya, nos enteramos del cierre del bar por esta tarde, y yo sin perder tiempo me vine a conversar con una de sus pioneras: Claudia Rúmolo.

APU: ¿Qué significó el Bar Mordisquito durante todos estos años?

Claudia Rúmolo: Mordisquito es un bar cultural por donde pasan un montón de artistas plásticos, de músicos, de poetas, cada uno tuvo su lugar, su espacio, su tiempo, para mostrar lo que hacía y convocar su gente. Lamentablemente lo que va a pasar es que cierra, por temas de dinero, no por otra cosa. Pero la estructura de Bar Mordisquito se puede hacer en cualquier lado. No es que se cierra acá en el pasaje Discépolo y nos morimos todos, no. Esto se hizo durante cinco años, con todo el amor, con todo el cariño, con todos los artistas que pasaron. No conocidos, y muy conocidos. Gente que yo no conocía, como un día que me dijeron: che, este tipo fue durante cuarenta años el escenógrafo del teatro Colón, bueno…es eso.

APU: ¿Existe entonces la posibilidad de reabrirlo?

CR: Siempre está esa posibilidad. En un lugar más accesible, tal vez. Si se dan las cosas seguiremos, y si no, será un recuerdo, un recuerdo para todos.

APU: ¿Hace cúanto existe el Mordisquito?

CR: El Bar hace cinco años y medio que existe

APU: ¿Y Quién le puso ese nombre al Bar?

CR: Cuando yo vine ya tenía ese nombre, estábamos en el pasaje Discépolo. También hay una radio, que se llama “Mordisquito”, la radio del bar, que va a seguir funcionando, va a seguir en el aire.

APU: ¿Cómo continúan estos últimos días?

CR: Estos últimos días son difíciles. Difíciles en el sentido sentimental. Acá hay ciclos que están hace muchos años. Tanto los chicos de los Lunes que hacen tango como las chicas de la Serendipia, un ciclo de poetas.

También hay una pared para los artistas plásticos, eso es lo que más te hace sonar. Estamos hablando de las relaciones humanas.

APU: ¿Y cómo serán estos últimos días?

CR: Tenemos actividad hasta el 29 de Octubre, todos los días tenemos algo, como siempre. De lunes a sábado siempre hay algo en el Bar.

APU:Sabemos que ustedes han ayudado a algunos pibes de la calle, que los han contenido y les han dado trabajo…

CR: Sí, acá hay un chico que vivía en la calle y hace cinco años atrás nosotros (digo nosotros porque Mordisquito somos un quipo de laburo) entre todos ayudamos a este chico, para hacerle entender que se podía vivir de otra forma. Fue a la escuela, le conseguimos becas, y labura acá con nosotros. Ahora ya no duerme en el subte, ya no pide una moneda, tiene un oficio, es incondicional conmigo, es mi mano derecha, él es una parte más de toda esta historia.