Desmontando mitos: un estudio puso el foco en los jóvenes de la policía local de Quilmes

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ENTREVISTA APU

Desmontando mitos: un estudio puso el foco en los jóvenes de la policía local de Quilmes

19 Octubre 2023

La investigadora Ana Pasarelli dialogó con AGENCIA PACO URONDO sobre su libro "La Local: un estudio de jóvenes (y) policías en Quilmes". Se trata de una investigación realizada dentro de la policía local de Quilmes. "La gran mayoría de los jóvenes que ingresó a la policía local previamente tuvo otro trabajo. Trabajos precarios, informales, sin aportes jubilatorios, sin aguinaldo, sin vacaciones, sin reconocimiento de antigüedad, sin licencias por maternidad pagas y sin la posibilidad de crédito para garantizar el consumo", contó. 

AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo fue la elección del objeto de la escritura del libro: la policía local de Quilmes y los jóvenes?

Ana María Pasarelli: El libro es el resultado de la investigación que realicé para la tesis de maestría. La idea de trabajar con e investigar a la Policía Local surgió de otra investigación que veníamos realizando desde el Lesyc (Laboratorio de Estudios Sociales y Culturales sobre Violencias Urbanas, UNQ). En esa investigación anterior nos preguntamos por el hostigamiento policial, por la relación entre la policía y los jóvenes desde la mirada de los jóvenes. Luego de esa experiencia, donde “Los Pitufos” eran nombrados permanentemente por los jóvenes es que me interesó conocer un poco más sobre la Policía Local.

APU: ¿Incorporar la mirada de los policías le permitió entender nuevos elementos?

A.M.P.: Sí, claro. Partimos de entender a la institución policial como una institución formada por múltiples identidades y subjetividades. De modo que, incorporar la mirada de los policías, nos permitió alejarnos de la idea de la policía como un bloque unidimensional y uniforme.

Pudimos identificar que existe una tensión entre el estatus policial y el estatus juvenil de los policías a la hora de narrar su trayecto por la fuerza. Así, hay algunos/as policías para quienes el trabajo policial pesa más y entonces tienden a suspender u ocultar su estatus juvenil. Otros que trabajan de policía, pero que por fuera del horario laboral mantienen actividades y vínculos que no tienen relación con lo laboral. Son trabajadores policías que estudian una carrera universitaria, que salen los fines de semana, van al gimnasio, etc. En otras palabras, en sus relatos pesa más la vida civil que la policial. Y, finalmente, estan quienes van y vienen, que por momentos pesa más el estatus policial y por momentos el estatus juvenil.

APU: El ingreso a la policía es una de las formas de supervivencia de los jóvenes de barrios populares, señala usted en el libro. Podría desarrollar sobre qué características pudo encontrar en las entrevista esos agentes. ¿Cuáles son las características de la vida de algunas de estas personas?

A.M.P.: No sólo de los barrios populares, sino también de aquellos jóvenes a los cuales un trabajo con garantía de futuro/proyección les queda muy lejos. La gran mayoría de los jóvenes que ingresó a la policía local previamente tuvo otro trabajo. Trabajos precarios, informales, sin aportes jubilatorios, sin aguinaldo, sin vacaciones, sin reconocimiento de antigüedad, sin licencias por maternidad pagas y sin la posibilidad de crédito para garantizar el consumo. Es decir, nos encontramos con jóvenes que venían rotando por diferentes trabajos, que habían intentado ingresar a otras fuerzas de seguridad (Policía Bonaerense, Policía Federal, etc) y que la Policía Local se les presentó como una oportunidad de trabajo. Y, a diferencia de las otras fuerzas, el ingreso a la Local era más flexible y tenían la garantía de trabajar en el mismo lugar donde residían.

Acá aparece otro elemento que me interesa resaltar: la posibilidad de formarse y trabajar en la misma ciudad en la que viven. La certeza de trabajar en la localidad de residencia les asegura la proximidad con su familia y amistades. Y, también, continuar con otro tipo de actividades, como por ejemplo estudiar, como es el caso de Matías (31 años, primera camada) que quería ingresar a la Policía Federal o a la Bonaerense, pero estaba estudiando. Ingresar en una de esas dos fuerzas implicaba que tenía que dejar de estudiar para poder hacer el curso de formación inicial. De modo que eligió la Policía Local porque le permitía hacer ambas cosas.

APU: ¿Qué diferencias permitió la formación de la UNQ de la Policía Local frente la Policía Bonaerense? ¿Qué podría contar de esa experiencia?

A.M.P.: La experiencia de la formación de la Universidad duró poco. Se pretendía una formación diferente y diferenciable de la de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Por eso se convocó a las Universidades para que participen de la formación. Sin embargo, se produjo una desacreditación constante por parte de los instructores pertenecientes a la policía bonaerense hacia los docentes de la UNQ, además de la imposibilidad de intervenir en los contenidos. Por este motivo, la Universidad participó únicamente en la formación de la primera camada, al menos en la experiencia de Quilmes.

La policía local se presentó como una fuerza sin jerarquías, donde todos sus egresados eran oficiales. Lo que pudimos identificar es que al interior de las diferentes camadas de egresados hay un reconocimiento diferente hacia los de la primera camada. Ese reconocimiento está dado porque fueron los primeros que salieron a la calle sin experiencia y sin la infraestructura necesaria, pero también por haber sido formados por profesores de la UNQ. Es decir, la participación de la Universidad en la formación les otorgó un capital simbólico que les permitió a los de la primera camada diferenciarse del resto de sus compañeros.

APU: ¿Qué características pudo comprender en el estudio respecto a lo que implica ser policía y joven?

A.M.P-: Como comenté anteriormente, pudimos identificar diferentes modos de narrar el tránsito por la policía que nos permiten pensar la tensión existente entre el ser policía y el ser jóven. Una tensión que los policías la van resolviendo de diferentes maneras. Por momentos deciden ocultar que son policías y seguir haciendo actividades que no se encuentran vinculadas a la actividad policial. En otros, suspenden el estatus juvenil porque entienden que entra en contradicción con las prácticas y lo que debe hacer un policía. Y, en otros van pendulando entre uno y otro estado.

Lo que me gustaría remarcar es que hoy la policía y las policías se convirtieron en una bolsa de trabajo para aquellos jóvenes para los que insertarse en el mercado laboral formal es muy difícil. Tener en cuenta esto, nos permite pensar a la policía desde otro lugar. Atendiendo a las particularidades y las diversidades de los miembros que la componen.