¿Por qué Atilra molesta tanto?

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¿Por qué Atilra molesta tanto?

04 Marzo 2018

Edición del discurso de Ponce, por Gerardo Iglesias. Publicado en Rel - UITA

“En su momento, y como sabíamos claramente que era una denuncia concreta, habíamos manifestado que este tipo de situaciones eran plausibles de suceder porque estamos en una función de defensa de los derechos de los trabajadores y las trabajadoras. Por otra parte, Atilra tiene una concepción filosófica que para aquellos que no son partidarios de la misma, pasa a ser una mala palabra.

Hay sectores reaccionarios de la sociedad a los que les molesta que los trabajadores y trabajadoras tengan sueldos dignos o tengan la capacidad de razonar que, además de formar parte de una plantilla, pueden formar parte de un proyecto que los contenga. Y hay gente que reniega de que la organización vaya más allá de negociar salarios y condiciones de trabajo. No le gusta que cumpla el rol para el que ha sido designada, que se involucre en ofrecer también salud, educación, cultura y que no sea únicamente para sus beneficiarios sino que se haga extensiva a toda la sociedad.

¿Pero cómo puede molestar esta función del sindicato? ¿Por qué resulta tan desagradable que podamos ofrecer alternativas que incidan positivamente en nuestras comunidades? Estas son algunas de las preguntas que nos hacemos a menudo.

También molesta que en este momento estemos importando una TomoTherapy, que revoluciona el tratamiento en radioterapia, algo tan importante para pacientes oncológicos. Existe solo uno de esos aparatos en América Latina, el segundo es el que estamos trayendo nosotros.

Si realmente esta gente nos conociera sabría que disfrutamos con las cosas que tienen los demás y en función de eso nos alegramos que a los productores les vaya bien pues conocemos del sacrificio que su gestión requiere, pero los sectores industriales intentan permanentemente confrontarnos con los compañeros productores tamberos.

Recordamos muy bien lo que este sector industrial dijo en su momento, que contaba con las herramientas necesarias para desestabilizar a nuestro gremio. Lo tomamos muy en serio entonces y lo tomamos así ahora.

Hay muchos jóvenes que quizá no conozcan parte de la historia de esta organización sindical, pero yo sí, y recuerdo que en 1977 al secretario general de Atilra, (Abelardo) el negro Arce, le inventaron una causa por estafa y lo llevaron preso durante cinco años. En 1982 lo largaron y restituyeron sus honores pero tuvo que pasar por la cárcel.

Con esto quiero decir que sé muy bien a lo que estamos expuestos, pero cuando uno asume la responsabilidad de defender los intereses de los trabajadores y trabajadoras, no interesa lo que nos pase a nivel personal y ese es un compromiso que todos los días formalizamos frente a nuestros afiliados.

Si piensan que poniéndome preso Atilra va a dejar de lado el objetivo que tiene como organización sindical bien parida, están muy equivocados.

Tenemos un sindicato que no depende de su secretario general sino de sus bases, de cada uno y cada una de los que la integran, de la comisión directiva de cada una de sus seccionales, de todos aquellos que la sostienen en la lucha cotidiana.

No vamos a retroceder por los peligros que nos acechan.

Si bien sabemos que son reales, hemos adoptado un desafío y lo vamos a soportar estoicamente porque sentimos orgullo de representar a los trabajadores y trabajadoras del sector lechero y vamos a hacer todo lo posible para estar a la altura de las circunstancias.

Con esto me refiero no sólo a lo que tiene que ver con la formación intelectual de su dirigencia sino también a tener la energía para soportar todos los embates que nos toque, inclusive el de la falta de libertad.

Quiero que se queden tranquilos que este Consejo Directivo Nacional ha asumido su compromiso y sabrá velar por él.

Vamos a tener que enfrentar etapas muy complicadas, pero Atilra ha demostrado a los diversos actores de esta cadena, tanto a empresarios, productores como al mismo gobierno, que es una organización que se ha puesto al hombro la actividad lechera, que es capaz de soportar cimbronazos, como lo hizo con el caso de SanCor y otras empresas del sector.

Y así actuamos en todos los sentidos.
Nadie nos regaló nada
¡Vamos a seguir luchando!

Tratamos de ser racionales, de tener en cuenta que dentro de la actividad hay un sinnúmero de intereses que no son únicamente los de los trabajadores.

Queremos que la actividad crezca para que después podamos discutir lo que le corresponde por derecho a la masa obrera.

Por esa razón los trabajadores y trabajadores de la industria lechera tienen los salarios que tienen y si bien sabemos que se lo ganan por mérito propio, una cosa es que se lo ganen y otra que se lo reconozcan y esto se logra solo a través de la organización sindical.

Es el gremio, la herramienta que tienen los obreros, hombres y mujeres, para que se les reconozca el valor de su trabajo.

Ningún empresario les da mejores salarios o condiciones laborales porque sí, lo que alcanzaron hasta ahora es el fruto de una larga y constante lucha sindical por conquistar aquello que consideran de derecho dentro de la estructura de la actividad.

Vamos a seguir trabajando, pase lo que pase y caiga quien caiga”.