Algún desfasaje con la sociedad

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Algún desfasaje con la sociedad

12 Noviembre 2016

I. Ciencias Sociales

Subir las escaleras y atravesar la primera puerta. La facultad de la posporno, del “patio de M.T.”, de las paredes repletas de carteles pintados a mano, las asambleas nocturnas y personajes como “Héctor”: Sociales de la UBA.

Una carrera que extrañamente pudo sobrevivir a “las catacumbas”, las mudanzas, las intervenciones al gobierno de la carrera, porque como dice un viejo y sabio profesor de Sociología General “si estas acá algún desfasaje con la sociedad tenés que tener”: Sociología.

Sociales está envuelta en cientos de consignas políticas pertenecientes a más de 20 agrupaciones universitarias que se mecen entre la izquierda y la centro izquierda. Un dato de color fue la implementación, desde el año pasado, de la veda electoral: las agrupaciones dejaron de acompañar amablemente al elector hasta prácticamente la boca del sobre, una especie de cerco de protección para reflexionar acerca de una decisión (por supuesto ya tomada). Sociales micromundo.

En esta nota algunos de sus protagonistas estudiantiles se presentan, debaten (los hacemos debatir), proyectan desafíos y nos convencen que no hubiéramos podido pertenecer a una comunidad académica muy diferente a esta.

Indagaremos cómo ven al movimiento estudiantil y a sus propias organizaciones representantes de fuerzas políticas significativas de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. El movimiento que trazamos va de lo micro a lo macro, de las organizaciones y agrupaciones políticas universitarias a la estrategia de lucha por la educación pública en riesgo bajo la crudeza de un gobierno neoliberal anti-estatal; para volver luego de las reflexiones acerca de una unidad organizada en el universo de la política nacional, al terreno mundano universitario específico de los desacuerdos, alianzas y rupturas características de dicho ámbito.

Resabios de un 12 de mayo que unió cabos y que en una reflexión actual resulta más bien remoto. Un actor clave de la sociedad civil capaz de paralizar a un gobierno neoliberal; un movimiento estudiantil un tanto más complejo.

II. Diálogos cruzados

La pregunta es qué tipo de CECSO se está construyendo y proyectando bajo la era MM. Qué centro de estudiantes se dirime de cara al nuevo gobierno nacional.
Este año el resultado de las elecciones no obligatorias revalidó la conducción del Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales (CECSO) en manos de Proyecto Sociales, quienes arribaron en el año 2015 desplazando a la izquierda tradicional (FIT).

En primer lugar, significó la llegada a uno de los centros de estudiantes más importantes de la UBA una alianza entre un frente kirchnerista y la UES, una veterana organización estudiantil ligada a sectores directivos de la facultad. Mención aparte merece dar cuenta de que no ha sido posible acceder a una entrevista con algún compañero de la UES, elegimos pensar que el motivo fue la vorágine que la agrupación mantiene en la facultad construyendo una imagen de gestión pretendidamente despolitizada.

El impacto fue notorio, el kirchnerismo ganó en Sociales a la par que perdía el ejecutivo nacional. Hace pocas semanas volvió a confirmar su lugar de dirección del CECSO sacando el 48,5% de los votos.Durante la jornada electoral, se realizó un referéndum que consultaba por el “Sí o No” a la implementación de un estatuto y personería para el CECSO, el cual contó con más del 90% de aprobación. Su presidente y referente de La Cámpora Pablo Móbili, alias el Chango, nos cuenta sobre este objetivo: “creemos importante que nuestra herramienta gremial nuestro centro cuente con un estatuto que reglamente la dinámica propia del centro y que lo fortalezca. En estos momentos hay que fortalecer los espacios de organización como son los centros de estudiantes y los sindicatos.”

Resulta relevante que este frente vencedor, formado en su mayoría por agrupaciones peronistas y kirchneristas, haya mantenido la conducción y el importante rótulo de ser el único centro de estudiantes kirchnerista de toda la UBA, nada más y nada menos. El Chango nos cuenta que se proponen lograr para el CECSO diferentes desafíos de gestión, pero que también entienden que “un centro en este contexto que estamos atravesando como país no solo tenía que estar en las aulas sino también en las calles, defendiendo la educación pública y un proyecto de país inclusivo”, pero también ir por “un montón de cosas que quedaron inconclusas”, construyendo una agenda a futuro: “tenemos que ser capaces de discutir todo lo que nos faltó a nosotros como proyecto político”. El referente estudiantil realiza aquí una autocrítica generalmente inusual, y sobre la paradoja de su llegada a la conducción gremial estudiantil en la UBA luego de la pérdida del 22 de noviembre, sentencia: “para el kirchnerismo, para el peronismo fue reacio el ámbito universitario quizás por no encontrarle la vuelta de cómo traducir nuestro proyecto político en este ámbito, pero nosotros creemos que es fundamental dar la pelea en las universidades. Y no solo fue la victoria acá en la UBA sino en Mendoza, en Córdoba con distintos actores, también la FULP. Esta construcción que se ha logrado durante años se traduce también en victorias electorales que antes nos eran adversos.”

Santiago Feinmann, activo militante de La Mella, agrupación que salió segunda en las elecciones de este año con una diferencia porcentual de 20 puntos en relación al frente ganador, reflexiona sobre la fuerte presencia del radicalismo en la UBA, materializada en diferentes espacios de autoridades de gestión y también en su conducción de varios centros de estudiantes. En su lectura, disminuir este peso o lograr un retroceso del radicalismo, evitando el avance de Cambiemos en la Universidad, sólo puede alcanzarse articulando al conjunto de agrupaciones estudiantiles de la izquierda y del campo popular en general. Resulta interesante la propuesta de esta corriente para la FUBA, espacio en el cual mantienen su conducción: “hacer un armado que integre a todas las fuerzas de izquierda y el progresismo, es decir, haciendo un llamado a todas las experiencias de izquierda tradicional y popular, cerrar una lista en común, que el congreso tenga quórum y así revalidar las presidencias”. Esta propuesta concedía la vicepresidencia de la Federación para un sector del kirchnerismo, lo cual expresa para Santiago el crecimiento de este espacio político en la Universidad. Sin embargo, dicha estrategia no pudo llevarse a cabo tal como menciona el estudiante “por posiciones a nuestro criterio sectarias del PO. Pero ahí se vio en concreto las agrupaciones que defienden que la unidad en la práctica se puede concretar, más cuando el enemigo es tan claro y común, la Franja y Cambiemos adelante”. En la lectura de La Mella, el kirchnerismo en Sociales abona a una lógica hegemonizada por la UES, agrupación aliada al espacio del radicalismo y Cambiemos en el Rectorado de la UBA. A pesar del alto porcentaje que por separado sacaban ambos frentes hoy unidos en el CECSO, sólo una conjunción de estas fuerzas pudo alcanzar la conducción. Comparando la lectura crítica que realizan el FIT y La Mella, si bien esta esta última cuestiona al kirchnerismo por abonar a la lógica de la UES de administrar los conflictos y no profundizarlos y problematizarlos, evita homologar ambos espacios, mientras que el FIT se relaciona con ambos sin advertir matices.

Tuvimos la oportunidad de contar con la mirada de Leonel Deza, un integrante de la juventud del PTS, agrupación representante del FIT a nivel nacional. Su fuerza salió tercera sacando un porcentaje un tanto menor al consolidado por La Mella. Existe un retroceso de la representatividad de este frente en la UBA por lo cual actualmente solo conducen el centro de estudiantes de Filosofía y Letras, manteniendo un gran capital militante y simbólico de larga trayectoria en dicha unidad académica. En relación a las elecciones en Sociales Leo nos cuenta: “el año pasado una alianza entre el PJ que es Avanza la UES y el kirchnerismo con la Cámpora, Movimiento Evita, Nuevo Encuentro, etc. Venían con diferencias y no venían con listas en común, y el año pasado con el objetivo de correr a una conducción que no respondía a las autoridades [autorreferencia], y que se venía organizando se unieron”. Luego plantea como un debate necesario la cuestión de la autonomía del CECSO frente a las autoridades, defecto que acusa al resto, a la UES, al kirchnerismo, y al no muy lejano semikirchnerismo de La Mella (sic). Estas agrupaciones, en palabras de Leo, no están militando de la misma manera las propuestas y conflictos existentes: “las reivindicaciones son más amplias, el derecho a la educación es el boleto por un lado, pero también son los materiales de estudio, las becas, son todas las garantías que el Estado tendría que dar a un estudiante y a un docente, porque nuestro proyecto de boleto incluye a docentes, a no docentes, incluye a acompañantes para inicial o primaria porque es un boleto educativo más integral”.

Igual que al resto, le consultamos a Leo si observa un avance del kirchnerismo en los espacios universitarios. Esto dispara una perspectiva sobre el rol político que el kirchnerismo viene a cumplir en los espacios en donde se encuentra organizado. En sus palabras: “se empieza a clarificar el rol de las organizaciones ahora que el kirchnerismo pasó a no ser oficialismo nacional (... ) en todos los lugares donde el kirchnerismo tiene una responsabilidad política sea un centro de estudiantes o sean las gobernaciones, en un año no electoral el rol de garantizar la gobernabilidad que le viene dando el PJ en general al macrismo y el kirchnerismo en particular”. La lectura se repite para el caso de la facultad en la cual observa: “con el conflicto del cuatrimestre pasado retrasando asambleas, retrasando discusiones, tratando de contener un movimiento de lucha contra el macrismo.”.

SALIR DEL AGUJERO INTERIOR ESTUDIANTIL

Al interior de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA los anteriores referentes de espacios disímiles acuerdan en la importancia y el cariz del 12 de mayo, aquella gran movilización de toda la comunidad educativa a nivel nacional. Antes de remitirnos a interrogar por ese acontecimiento, nuestros tres entrevistados ya lo habían mencionado como un hito en la lucha estudiantil-docente de este año. Sin embargo, la realidad de todos los días lejos está de traducir esa experiencia de unidad a un plano más cotidiano. Las alianzas conformadas están más ligadas a objetivos electorales que a un plan a mediano plazo de cara a enfrentar al gobierno nacional que retrocede en políticas educativas progresivas y con proyectos privatizadores, un panorama que el anterior gobierno, con más o menos aciertos, había alejado del horizonte posible. La educación pública avizora su devenir en un instante, en una frase elocuente de MM “qué es esto de universidades por todos lados”.

En palabras de Leonel “Nunca viví algo así estudiando, sé que históricamente el movimiento estudiantil argentino fue muy potente y podemos ir a muchos ejemplos; para mi fue impresionante porque eran compañeros, docentes, familiares. Una de las primeras cosas que el PRO dijo ‘voy a avanzar por acá’ y fue una reacción impresionante, toda la comunidad educativa se le puso en contra directamente”. Entendiendo como al kirchnerismo igualado al PJ una especie de bloque homogéneo y cómplice/colaborador (sic) del macrismo en Legislatura y parte del Congreso, la estrategia de la izquierda del FIT está en la consolidación de su propio frente, sin mencionar un diálogo estratégico ni con la izquierda de La Mella a nivel nacional, ni con los sectores más progresistas del kirchnerismo. “(...)está el desafío de desenmascarar al kirchnerismo que posa de opositor pero después en lo estructural si tiene que votar fondos buitres lo vota (... ) Boleto educativo no es que no tuvimos con el PRO, no lo tuvimos con 12 años de kirchnerismo, por ejemplo, o presupuesto universitario tampoco mejoró sustancialmente”.

La voz del kirchnerismo en Sociales afirma que gracias al período anterior “el pueblo está alerta de cuando le tocan o recortan sus derechos está movilizado en las calles. Y después están en las organizaciones políticas y distintos gremios en saber interpretar las necesidades y ponerse a la cabeza de esas luchas y no ser cómplices de ese gobierno. De alguna manera el pueblo tiene que avanzar y conquistar esos derechos en la calle que es el único lugar donde se puede conseguir” sentencia el Chango.
La Mella, con una estrategia opuesta a la de Leonel y en voz de Santiago, brega por la posibilidad de confluir, de dar discusiones en torno a ampliar los marcos de unidad con el campo popular sumando allí a sectores kirchneristas. El camino para esta organización que se referencia a nivel nacional con Patria Grande, sería bajo esta coyuntura nacional, poder borrar más las líneas que los separan. “Para nosotros [con el cambio de gobierno] no hay un cambio de políticas sobre la base de una matriz común sino hay un cambio en el rol del Estado de cara a la sociedad, de cara a la intervención en la economía” es decir un cambio en la etapa política, asegura. El programa de ajuste que este año se vio muy cristalizado en la educación pública y en la propuesta del 0% de aumento que afectó a todos los estudiantes y docentes y, según Santiago, esto fue lo que “dividió aguas en relación al macrismo y antimacrismo, parte del balance que hacemos nosotros del 12 de mayo es que fue un movimiento heterogéneo, no hubo una capitalización de un signo político en particular” .

El componente de la unidad es lo que resaltan los tres referentes universitarios. La unidad ya sea consolidada por el espanto ante las políticas del gobierno, en palabras del Chango, empujó a una unión entre los estudiantes y entre los diversos gremios docentes; la unidad en los métodos, en las clases públicas y la movilización como fuerza . Pero en relación al movimiento estudiantil como aglutinador de otros sectores en lucha, sentencia Santiago que “es más complejo verlo a nivel nacional, la articulación del movimiento estudiantil a nivel nacional con el desarrollo de alguna lucha concreta. Pienso que con el desarrollo del movimiento universitario acá en Buenos Aires lamentablemente es que hoy no hay una primacía clara de la orientación política del movimiento estudiantil. Por un lado, tiene un sector no despreciable del trotskismo que a nuestro criterio viene en retroceso, pero sigue ocupando un lugar importante en el estudiantado, nosotros desde la Mella, por conducir la federación y dos centros de estudiantes, también ocupamos un lugar importante, y también están las fuerzas del kirchnerismo. Hay una situación de triple empate entonces no es claro que el movimiento estudiantil en nuestra ciudad tenga una orientación clara.”

A partir de la disputa del ballotage del 22 de noviembre de 2015 se presentó una situación de mayor confluencia entre esta izquierda popular no tradicional y el kirchnerismo universitario. De modo que “una hipótesis de trabajo puede ser que en la medida que sean exitosas las confluencias que nuestro sector pueda tener tanto con el kirchnerimso como con sectores de la izquierda que no se sienten representados por el FIT pero que saben que la tarea de la izquierda hoy es abonar a mayores márgenes de unidad, si todas aquellas organizaciones del campo popular abonamos a construir mayores consensos sobre la base de la estrategia que tiene el enemigo, yo creo que la orientación del movimiento estudiantil va a ir más por ese lado, pero en este momento yo entendería que todavía estamos un poco inmaduros, en una situación de impotencia” reflexiona Santiago.

III. La unidad inconclusa en debate

AL TIEMPO DE UN DOCE DE MAYO

Saber qué quieren, qué queremos para nuestra Universidad, nuestra facultad, para el CECSO, requiere, por otro lado, no hacer caso omiso al paisaje de Sociales, arriba, abajo, paredes y baños. Su complejidad deriva de su diversidad, mientras que los objetivos comunes son fuertemente simbólicos: “Construyendo la Universidad del pueblo liberado”; “Sigamos defendiendo la educación pública”; “Luchemos por más presupuesto. Sociales de pie”; “¡Qué se encienda el movimiento estudiantil! Defendamos la autonomía universitaria!”. El objetivo de las consignas comprenden una unidad latinoamericana heredera de los últimos tiempos. “Nos faltan 43. Todos somos Ayotzinapa”; por otro lado, Sociales se organiza de diferentes modos pero siempre en su horizontalidad: “sumate a la comisión de base de Ciencia Política”.

A poco de cumplirse un año de gobierno PRO-macrista se suscitan una serie de preguntas en relación a la resistencia y movilización popular frente a la parva de medidas antipopulares, regresivas-antiestatales y furiosas de un gobierno neoliberal revanchista, que no viene solo a profundizar la desigualdad social sino a revertir el avance en materia de derechos sociales y redistribución económica de los últimos años. Sin ahondar en un debate en torno a ello, el avance ceo-conservador atraviesa no sólo todo nuestro continente, sino en particular en nuestro país a toda la institucionalidad de gobierno, haciendo peligrar la estructura estatal como garante de derechos, como autor de políticas de Estado. El avasallamiento en materia de libertades y conquistas sociales va permeando las conciencias, de forma tal que la lucha por frenar tales atropellos se torna cuesta arriba en una sociedad auto-demonizada por sus propios medios informativos. Fraccionar la organización e invisibilizar la lucha popular pretenden ser estrategias claras para la pata comunicacional y mediática, bastión de poder real del actual gobierno. Pero aquellos que estamos del otro lado sabemos que recuperar aquellas expresiones de resistencia y organización conjunta resulta no sólo de significativa importancia para una memoria activa y un ejercicio reflexivo, sino un gesto ofensivo para seguir preguntándonos por la unidad de los sectores notoriamente perjudicados por las políticas regresivas, lamentablemente bien conocidas en nuestro país: “cambiamos futuro por pasado”.

El 12 de mayo de este año se realizó la primera gran marcha por el presupuesto universitario, movilizando a diferentes actores de la comunidad educativa a nivel nacional: las cinco centrales obreras docentes, estudiantes, trabajadores no docentes, trabajadores estatales en general (luego de los masivos despidos en dicho sector durante los primeros seis meses de gobierno) autoridades educativas y sindicatos adherentes. Los factores claves que la desataron fueron el aumento tarifario que hacía peligrar el sustento presupuestario asignado a la universidad y las dificultades transitadas en la paritaria docente emparentadas con las de otros sectores igualmente preocupados por los tristes aumentos ofrecidos. A causa de su masiva convocatoria, el 12 de mayo significó toda una puesta simbólica en torno a la lucha unida y organizada golpeando con un solo puño: el puño de la unidad fortalecida que no flaquea ante estigmatizaciones fragmentarias. Todos los gremios docentes y todas las agrupaciones estudiantiles presentes marcharon y enfrentaron al gobierno de Mauricio Macri por una clara causa en común.

Ahora bien, aquella convocatoria que parecía cimentar una unidad añorada y tal vez utópica, consolidando un frente mayor de disputa a un gobierno caracterizado por políticas antipopulares, no fue tal. O duró menos de lo deseado. Tal vez esta experiencia un tanto fugaz de unidad fue una imagen retórica de luchas heredadas que permanecen en la retina de nuestra memoria colectiva y simbólica, más que una fuerza real organizada y articulada frente al avance neoliberal. Sin embargo, no puede soslayarse su realización y consolidación como un antecedente que se suma a la histórica unidad entre trabajadores, docentes y estudiantes, y sobre todo, la fuerza popular que generó la defensa de la educación como un bien público, gratuito, de todos. Seguir alimentando esta tradición de lucha y actualizarla es nuestra tarea.

RELAMPAGOS. Ensayos crónicos en un instante de peligro. Selección y producción de textos: Negra Mala Testa Fotografías: M.A.F.I.A. (Movimiento Argentino de Fotógrafxs Independientes Autoconvocadxs)