“Hay documentos firmados por Macri que dan cuenta que sabían del estado del Ara San Juan”

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“Hay documentos firmados por Macri que dan cuenta que sabían del estado del Ara San Juan”

30 Noviembre 2020

Por Branco Troiano

El abogado y padre de uno de los submarinistas del Ara San Juan, Luis Tagliapietra, conversó con AGENCIA PACO URONDO sobre las presuntas responsabilidades del Poder Ejecutivo durante la gestión del expresidente Mauricio Macri en el hundimiento del submarino Ara San Juan.

APU: En cada aparición pública, asevera que Mauricio Macri y Oscar Aguad son responsables del hundimiento del Ara San Juan. ¿Por qué?

LT: Es el análisis que surge de las pruebas, aunque falta mucho camino por recorrer para averiguar las razones concretas del hundimiento, hacen falta pericias. Ahora la Cámara Federal las ordenó, pero al menos, por lo que indica la cadena de mandos, dan cuenta que el superior es el responsable por acción u omisión. Hay documentos firmados por el propio ex presidente Macri e informes por la propia armada que dan cuenta que tenían un conocimiento tanto del estado de navegabilidad del submarino, como de la misión que les habían ordenado. En la contraposición de estas dos cosas surge una clara responsabilidad, por lo pronto, hasta los sucesos del 14 de noviembre. Después, nos sabemos bien qué pasó a partir de las 8:37 de la mañana del 15. De todos modos, toda actividad tiene un riesgo permitido. Cuando manejás tu auto estás poniendo en riesgo tu vida, y la de los demás. Pero ese riesgo es permitido en la medida en que cumplas con las normas. Se entiende que el submarino es un buque de guerra, con un riesgo intrínseco claro. Ahora bien, en estas circunstancias, que tenés demostrado que no estaba en condiciones de navegar, que además se le encomienda una misión que tiene un riesgo alto, y no solo no te importa, sino que no hacés nada para que no suceda, que directamente lo ordenás, esa responsabilidad es en torno al dolo eventual y no hay demasiada discusión. Por eso, el máximo responsable a nivel político es el ex presidente, seguido por su ministro Aguad.

APU: En ese sentido, ¿por qué considera que les convenía llevar a cabo un operativo de encubrimiento?

LT: Lamentablemente es un mecanismo que vemos asiduamente por quienes se creen culpables. En general, volviendo al ejemplo del auto, cuando una persona atropella a otra, la tendencia es tratar de escapar, de entorpecer la investigación, esconder el auto, mentir, hacer una falsa denuncia. Buscan hacerse de todos los medios para evadir esa responsabilidad. Lo bueno sería que se pongan a disposición de la Justicia, pero en general tienden a querer evadir. Y acá pasa eso.

APU: ¿Baraja la hipótesis de un ataque?

LT: Es una de las hipótesis que no se puede descartar, por eso pedimos todas las pericias. Tenemos al menos tres hipótesis que son factibles dadas las pruebas. Hay una, por supuesto, que aparece como la más probable por una conexidad respecto de los hechos que se fueron dando. Pero son hipótesis, la única manera de descartar alguna y confirmar fehacientemente otra es a través de las pericias que la jueza a cargo Marta Yañez se rehusó sistemáticamente a hacerlas, y que por suerte ahora la Cámara, en un fallo muy contundente, le ordena hacerlas y de manera amplia, que significa realizar toda tarea que corresponda a la averiguación de la verdad. Aclaran que debe permitir a todos los peritos de parte que correspondan. Todo esto hace que seguramente en los próximos meses podamos empezar a trabajar en este sentido. Hay que empezar por lo que se tiene, en un trabajo in situ. Extraer las piezas para trabajarlas en tierra.

APU: En este pedido a la jueza, ¿se incluye el registro de explosión de la CTBTO (Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares)?

LT. Sí, por supuesto, por eso habla de amplia pericia. La Cámara no es la que corresponde para determinar puntualmente qué pericias hacer. Por eso, lo primero que ordena es conformar un amplio equipo pericial para que esté integrado por expertos de distintas áreas, incluso invitar a internacionales. Para, a partir de ahí, elaborar un plan de trabajo. Hoy por hoy, sin dudas hay que comenzar con el material que ya tenemos.

APU: ¿Se encuentra en contacto con los demás familiares de los submarinistas? ¿Tienen una postura común de los hechos?

LT: Es como todo. Yo creo que la postura común es que queremos saber la verdad. Muchos familiares se dejan llevar por sus propias percepciones. Yo me obligo, porque además soy abogado, a mantener esta objetividad y a alejarme de lo emocional. Mis sentimientos preferirían pensar que ocurrió lo que dijo la Comisión Investigadora Interna del Ministerio de Defensa, una explosión interna, sorpresiva que los anuló a todos y que no se dieron cuenta de nada. Ojalá sea eso, pero yo no me quiero engañar. Hay familiares que están convencidos de que fue un ataque, y otros que piensan que, si bien el submarino está en el fondo, los chicos están en otro lado, secuestrados. Entonces son cuestiones que tienen que ver más con lo sentimental que con lo objetivo. Yo elijo no llevarme por esas cuestiones, porque nos aleja de la justicia. Por eso es la tan fuerte crítica a la jueza, porque se pone en una postura de decir que da por asegurado que sucedió una cosa, cuando no está demostrado, es de una enorme irresponsabilidad. Una mamá se puede dar el lujo de decir que los hundieron los ingleses, pero los operadores judiciales no podemos darnos ese lujo. Nos debemos a la verdad, y la verdad todavía está lejos.

APU: Más allá de lo estrictamente legal, y siendo que ha sido el padre con mayor exposición en los medios, ¿cómo sigue afrontando esta tragedia?

LT: Día a día. Hay días peores, otros mejores. Mejores entre comillas, digamos que son un poco más calmos. La realidad es que es muy difícil. Yo canalizo mucho… yo busco la verdad, la justicia de los chicos. Es difícil, pasan demasiadas cosas que no deberían pasar. Es difícil de explicarlo con palabras, es muy duro. Pero también es una lección. No voy a decir que nadie me obligó a nada, yo me sentí obligado. No me queda otra, pero me hubiera gustado, quizás, haber podido elegir no encarar esta lucha, pero siento que si no lo hacía yo, no lo hacía nadie. Muchos de los abogados que se han arrogado estar en busca de la verdad, no me han infundido ni respeto ni confianza. Hay mucha mezquindad, mucho interés personal, y cuando intenté delegar en una colega de Comodoro Rivadavia, la apretaron, la amenazaron, y terminó corriéndose.