Llora, llora, llora la derecha, por Ana Natalucci

Llora, llora, llora la derecha, por Ana Natalucci

16 Agosto 2011

 

La traigo a colación porque esta mañana al leer los diarios efectivamente podía encontrarse que la derecha mediática lloraba, estaba anonadada con los resultados electorales de ayer y buscaba en la oposición la causa de su desgracia.

La Nación hizo un esfuerzo denodado por explicar el triunfo de CFK. Carlos Pagni denomina como un “llamativo resultado” el de las elecciones, para lo cual ensayó un argumento ya difundido: el fallecimiento del ex presidente le quitó a CFK la soga que no la dejaba gobernar, en un contexto internacional favorable para la exportación de materias primas y por la incapacidad de la oposición de proponer una oferta electoral tentadora. Joaquín Morales Solá tal vez fue el periodista más incisivo sobre las dificultades de la oposición y en qué medida esta contribuyó al triunfo K, lamentándose al recordar los comicios de 2009. Mientras Majul le advierte al gobierno que no use este resultado para volver a caer en sus errores, Bullrich aún guarda esperanzas que una catástrofe mundial libere a Argentina de otro período K. Catterberg tímidamente reconoce que la coherencia del oficialismo en términos de su ideología, historia reciente y proyecto político le jugó a favor.

Por su parte, el multimedio Clarín luego de la bochornosa cobertura del recuento de votos, donde innovó en el periodismo al pasar horas sin poder titular lo que estaba sucediendo, ensayó una respuesta a lo sucedido. Su cobertura de los hechos se orientó, por un lado, a señalar la falta de liderazgo de la oposición, y por otro, el armado K que esta vez supo hacer bien las cosas, como si las elecciones fueran parte de un diseño estratégico donde es posible programar los resultados. Aulicino se dedicó a señalar cuestiones personales entre los dirigentes de la oposición, Braslavsky -en un ejemplo de chatura significativa- se explayó sobre la utilización de la presidenta respecto de su hija al convocarla al escenario, mera excusa para traerlo a colación a Kirchner. Un sorprendente Kirschbaum admitió que el triunfo era mérito del oficialismo, ayudado por una oposición que no supo organizarse para luego extenderse en como aquel supo fortalecer un aparato clientelar que le garantizó el resultado electoral.

A grandes rasgos, estas son las lecturas que la derecha en su versión corporativa mediática realizó sobre el triunfo. Lo que es sorprendente que no se encuentre en estos análisis rasgos o características que hablan del desempeño de la gestión presidencial y que es en definitiva lo que se refrendó con el voto. Es decir, como si la estabilidad económica no fuera tal, la reducción de la pobreza, del achicamiento de la brecha entre los deciles que más y menos ganan, en el aumento presupuestario en materia educativa y sanitaria acompañada por una tremenda ampliación de derechos, como a la libertad de expresión y prensa, de elección sexual.

Tal vez el mayor aprendizaje del resultado de ayer, sea del que no pueden dar cuenta estos monopolios, como si alcanzara con tener una programación sucesiva que propone “Cristina es mala” mientras desfilan los posibles reemplazantes. Los medios, como bien indica la palabra, median entre la realidad y los sujetos, pero no son la única mediación que existe, máxime en un contexto de creciente politización y de participación en espacios lúdicos. El logro del gobierno fue haber entendido a posteriori de la derrota electoral de 2009 que lo único que garantiza ganar elecciones es profundizar un modelo de inclusión social y de democratización. (Agencia Paco Urondo)