El gobierno debe disciplinar a la AFA, por Horacio Bustingorry

El gobierno debe disciplinar a la AFA, por Horacio Bustingorry

07 Agosto 2011

Probablemente la amenaza latente de miles de hinchas protestando en la AFA llevó a Julio Grondona a abandonar la idea. Pese a que la convocatoria fue escuálida (como viene ocurriendo con todas las marchas a favor del regreso del público visitante) la sola posibilidad de que multitudes pidiesen la renuncia de Grondona debe haber forzado la decisión. El importante despliegue policial reunido el día de la protesta evidencia que los directivos de la AFA les temen a las multitudes en las calles. Los hinchas todavía no han sabido usar ese poder que tienen.

 

Julio Grondona, el estado del futbol y el rol del kirchnerismo.

La gestión de Grondona al frente de la AFA va en franco deterioro. A su siempre poco disimulado autoritarismo y actitudes cuasi-mafiosos, se le ha sumado en los últimos tiempos grandes desatinos en la gestión que no fueron característicos de los inicios de su mandato. La pérdida de rumbo en el manejo del seleccionado, el pobre nivel en que se encuentra el fútbol doméstico, la supeditación de la economía de los clubes a los ingresos de la televisión, las dificultades crecientes de los equipos del interior para afrontar los torneos argentinos, dan testimonio de ello.

Párrafo aparte merece la violencia ejercida contra los hinchas cuando concurren de visitante. Escasas entradas en primera y prohibición absoluta en el ascenso se complementan con el acatamiento de las decisiones sobre el ingreso de público en todo el país a un organismo incompetente como el Coprosede, sin jurisdicción fuera de la provincia de Buenos Aires. La obtención del título de Vélez a puertas cerradas conformó una postal inconfundible de este cuadro lamentable.

Aunque estas enumeraciones no siempre estén íntimamente interrelacionadas son una muestra del estado de decadencia del fútbol argentino. Todos esos elementos son suficientes para que kirchneristas y no kirchneristas tengan sobrados motivos para criticar la conducción de Julio Grondona al frente de la AFA.

Sin embargo Grondona es un aliado del gobierno en la disputa con el Grupo Clarín. La rescisión del contrato con T&C Sports permitió al kirchnerismo una de sus primeras victorias contra los grandes multimedios. El último fruto de esa alianza fue la rescisión del contrato que la AFA tenía con Trisa para la transmisión de la B Nacional. Sin embargo el Fútbol Para Todos conlleva algunas contradicciones que es necesario problematizar.

El Fútbol Para Todos y la TV.

La ampliación de derechos que supone la oferta del Fútbol Para Todos no debe impedirnos ver que la organización de los partidos queda supeditada a las necesidades de la televisión y no de los hinchas que van a la cancha. En una nota anterior planteábamos cómo ciertas lógicas que existían en la televisación de partidos realizada por T&C Sports fueron heredadas por el Fútbol Para Todos. Desde la programación en días y horarios restrictivos para los hinchas hasta la creciente práctica de reducir la venta de entradas a los visitantes o jugar sin público por cualquier motivo evidencian que lo único que no puede faltar cada fecha son los partidos por TV. Lo demás es accesorio.

En la nota citada planteábamos que la preeminencia de la tele por sobre el hincha en el estadio tenía un componente neoliberal.  Sin embargo, como bien nos fue señalado por el columnista y compañero de la agencia Quique de La Calle sería absurdo terminar con los partidos televisados como una manera de luchar contra ese supuesto neoliberalismo. Como bien afirma Quique la supremacía de las tecnologías de la comunicación se vuelve un dato que va más allá de un programa económico específico. Si aceptamos eso, sí vale la pena discutir cómo se distribuyen los bienes culturales, con qué lógicas y cuál será la discusión entre Estado y mercad (Ver artículo del autor: Discutiendo el Fútbol para todos)

Ahora bien cuando la televisión impone los días y horarios de partido y diagrama el torneo según sus requerimientos, se impone una lógica mediática por sobre las necesidades de los hinchas. En alguna medida es lo que Cherquis planteó cuando afirmó que el formato del nuevo torneo se debía a la necesidad del Futbol Para Todos de contar con River en primera. El brutal argumento esgrimido por el vocero de la AFA no entusiasmó ni a los más fanáticos del millonario y la indignación del conjunto de los hinchas de diferentes clubes fue casi total. La crítica apuntaba a que se imponga una lógica mediática y de negocios por sobre la pasión.

Con el avance de la Ley de Medios, AFA TV y la televisión digital la programación de los partidos podrá hacerse de una manera que no afecte tanto las necesidades de los hinchas. Los partidos podrán programarse en días y horarios más acordes a los laburantes. Quedará pendiente la recuperación de los derechos de los hinchas visitantes tan vapuleados en los últimos años. En un contexto reparatorio de los jubilados, desocupados, personas de diferente orientación sexual, la discriminación que vienen sufriendo los hinchas desde 2007 es incomprensible. Esa práctica tan nacional (y popular) de los viajes y las caravanas para ver al propio equipo en otras canchas debe recuperarse. Que ello no suceda responde en gran medida a la poca predisposición de Julio Grondona. Por eso no se puede establecer una ecuación mecánica en que la crítica a Grondona implique un alineamiento automático con Clarín en contra del gobierno El fútbol argentino bajo la conducción de Grondona está envuelto en un montón de problemáticas que deben ser abordadas.

¿Federalización del fútbol?

Algunos defensores del nuevo torneo argumentaban que iba a permitir una mayor federalización del campeonato. Este argumento es poco sostenible teniendo en cuenta los antecedentes sobre la materia de Julio Grondona y la no resolución de los problemas estructurales de los clubes del interior que el nuevo formato implicaba. Un torneo monstruo no resuelve las dificultades que tienen los equipos del interior en relación a los directamente afiliados. Tómese como ejemplo las distancias recorridas por Atlanta en la B Metropolitana y por Brown de Madryn en el Argentino A para ascender a la B Nacional y se obtendrá una muestra clara de ello.

Para federalizar el fútbol es indispensable facilitar los viajes de los clubes del interior. Las distancias recorridas en el Argentino A, B y C son siderales en comparación con los kilómetros recorridos en la B Metropolitana, C y D. Para suplir esas diferencias el dinero de la televisación debería ser repartido de otra manera. Las categorías del interior tienen más equipos que recorren más distancias en relación con los torneos equivalentes de los clubes directamente afiliados. Sin embargo las categorías paralelas reciben las mismas partidas.

El reparto del dinero de AFA tiene un criterio que consolida las desigualdades. Los clubes más poderosos reciben más fondos que los equipos más débiles. En ese aspecto se sigue reproduciendo la misma lógica que cuando el fútbol estaba a cargo de T&C con una distribución a la Hood Robin. Totalmente contraria a la que desde el 2003 viene llevando a cabo el kirchnerismo. El reparto de dinero se rige por la lógica neoliberal de dar más a quien más vende. Mientras Boca y River son los clubes que más fondos reciben, varios equipos de los Argentino B y C terminan abandonando el torneo por falta de presupuesto.

En el plano deportivo los clubes del interior podrían recibir mayores opciones de ascenso. Quizás dos equipos del Argentino A podrían acceder directamente a primera y otros dos a la B Nacional. Posibilidades hay muchísimas sin necesidad de incrementar el número de participantes en el campeonato de primera división. En el aspecto institucional también podrían realizarse mejoras. El frustrado proyecto del diputado kirchnerista Gerónimo Vargas Aignasse apuntaba a democratizar la AFA y que todos los clubes tuvieran derecho al voto. Eso implicaría una real democratización y federalización de las estructuras de AFA. Queda claro entonces que el argumente de que este torneo se hizo para federalizar el fútbol es una tomada de pelo para los casi 3000 equipos proveniente de las más de 200 ligas que hay en el interior del país y que sufren a diario las duras condiciones de participación en el fútbol argentino.

¿Qué debe hacer el gobierno ante este panorama?

Ante tan desolador escenario una opción posible es que el gobierno intervenga la AFA. Son conocidos los riesgos que acarrea y las sanciones que podría recibir el fútbol argentino de parte de la FIFA si ello ocurriese. Pero los problemas vigentes deben ser resueltos de alguna manera. El fútbol argentino debe recuperar su carácter popular y garantizar los hinchas en las canchas sin restricciones ni prohibiciones. Los torneos de AFA deben respetar una diagramación cuyo único criterio sea la sana competencia y buenas condiciones de acceso para los simpatizantes que van a la cancha. La AFA debería ser más democrática en su manejo y dar un apoyo económico diferencial a los clubes del interior y a los equipos más chicos del conurbanos bonaerense. Para que todas estas propuestas sean posibles, el gobierno debe disciplinar a la AFA.

(Agencia Paco Urondo)