Fuerte Apache: las políticas de urbanización de la Provincia
Agencia Paco Urondo: Estás trabajando en el tema recuperación en el barrio Ejército de los Andes.
Marcelo Olmedo: En el mal llamado Fuerte Apache. Hace dos años que está el Instituto ahí. La “bienvenida” de los vecinos fue lógicamente el reclamo de la ausencia de tantos años. Nos costó mucho la participación de los vecinos. Hoy funciona una mesa de gestión de 15 vecinos que son referentes de otros vecinos de cada sector. Es un barrio muy grande de 3600 viviendas, que está dividido en siete PHs –así está denominado en el Instituto-, que en realidad no funciona como debería funcionar. Ustedes saben que un edificio tiene un PH y todos pagan las expensas para hacer el mantenimiento de los edificios. Al no existir esta organización es donde se vienen abajo todos los edificios. Todos los edificios tienen problemas de pérdidas de agua, de filtraciones, eléctricos. Nosotros somos conscientes que falló justamente la presencia del Estado. La política del gobernador Daniel Scioli, de la ministra Cristina Álvarez Rodríguez fue que el Instituto tenía que trabajar ahí, con presencia y ocuparse de la recuperación de los consorcios. Cuando llegamos la gente no nos creía, no le veía sentido a organizar los consorcios cuando todo estaba roto.
APU: Venía de muy malas experiencias.
MO: Tenía toda la razón. Había que mostrarle algo positivo al vecino para que se contagie, que vea que hay una luz de esperanza. Y ahí caímos con obras. Y decíamos:
-“Señor, estamos arreglando la baranda desde el Instituto.”
-“No, no, no van a arreglar.”
-“¿Usted en qué escalera vive?”
-“En la 62.”
-“¿Pero no están arreglando la baranda?”
-“No, no están arreglando.”
-“Pero están arreglando. Venga, vamos.”
-“Sí, están ahí trabajando los muchachos, pero no la van a arreglar.”
O sea, la gente trabajando con los hierros y la pintura y no nos creían. Fue una lucha muy dura. Y hoy es una mesa de gestión que podemos decir que funciona casi sola. Nosotros seguimos apoyando con todo lo que tenemos.
APU: Una mesa armada con los mismos vecinos del barrio.
MO: Claro. Y justamente, antes de entrar al aire habíamos comentado sobre las cooperativas. Desde la mesa de gestión se están proyectando trabajos que nos gustaría que las cooperativas los lleven adelante. Queremos hacer jornadas de apoyo a las cooperativas y presentar proyectos de lo que los vecinos necesitan. No nos funcionó, por ejemplo, la impermeabilización de techos. Se intentó y la verdad fue un fracaso. La reparación de las escaleras tampoco funcionó porque en cuatro cooperativas había dos herreros, es muy lento el proceso. Entonces la cooperativa se dedicó a la pintura y a la limpieza, que sí funciona.
APU: Los trabajos a determinada altura no están cubiertos por el seguro que está tomado para las cooperativas de Argentina trabaja.
MO: Nosotros hinchamos tanto que lo logramos. Hay una cooperativa que tiene el seguro y pintaron ya dos edificios de casi 75 metros cada uno, que la verdad que fue un logro.
APU: ¿Cuántos consorcios son los que funcionan?
MO: Hay 7 consorcios formados desde el Instituto desde 1983, pero no funcionan en la práctica. Hay un desnivel muy alto entre la realidad y la legalidad.
APU: ¿Es un consorcio por edificio?
MO: No. De los 7 consorcios, el que menos tiene son 328 departamentos. Y el que más, tiene 875 departamentos. Es muy difícil lograr que hoy funcione como corresponde el consorcio y que tenga donde apoyarse legalmente, al no existir lo que te respalda (un edificio). Incluso ahí en el barrio todo el mundo le echaba la culpa a Instituto, al municipio, pero la realidad en lo legal el responsable único es el consorcio. El Instituto hoy tomó la iniciativa de apoyar a los consorcios y de reorganizarlos.
APU: Los consorcios son los propios vecinos los que los llevan adelante.
MO: Así debería, (pero) no está funcionando así. Nosotros trabajamos para a largo plazo lograr que los que vengan a formar parte de las mesas, sean los que conduzcan los consorcios que se van a formar. Porque en definitiva es lo que le falló al barrio en su momento. Si nosotros nos vamos hoy ya como está vuelve todo a lo mismo de antes. Y el vecino siempre tiende a echarle la culpa al otro vecino, al Instituto de la Vivienda o al municipio. Y muchas veces los que fuimos a trabajar ahí, no lo teníamos claro. Descubrí que el responsable es el vecino de de los espacios comunes.
APU: ¿Por qué es un número tan alto de departamentos por consorcio?
MO: Eso está armado desde 1983. Para cambiar eso necesitás que todos los vecinos voten y estén…
APU: Presentes.
MO: No presentes, sino que respaldan el departamento. Y tenés departamentos que no están escriturados, que los vendieron, que el dueño murió. Es muy irregular. Entonces, es imposible porque ya la documentación no está.
APU: ¿A través de toda una movida legal que regularice la realidad de cada propiedad?
MO: Es complicado. Mirá, en la gestión de Gustavo Aguilera (del Instituto de la Vivienda bonaerense) se escrituraron en un año lo que se hizo en 15. En el barrio iniciamos la escritura de mil departamentos, a 300 ya entregamos. Es un avance muy grande. Sin embargo, nosotros teníamos para que vengan a firmar las escrituras 1500 personas y vinieron mil. Así que ya hay 500 irregularidades. Más las que le faltan al barrio, que en total son 3 mil. Es muy complejo.
APU: Es muy duro reconstruir lo que llevó 30 y pico de años destruir. El otro día me decía un compañero: “Para construir una pared tardás una semana, y para tirarla abajo tardás cinco minutos.”
MO: Lo mismo pasó con este barrio. Yo creo que para recuperarlo necesitamos mucho tiempo, mucha colaboración de los vecinos, capacitación e inclusión. El vecino tiene que participar. Incluso estamos contentos, porque antes el vecino no nos atendían y hoy nos dicen “¿Cuándo van a venir a mi edificio?”. La queja es otra, pero está bueno porque ya hicimos un avance muy grande. Eso fue gracias a una decisión muy grande de la ministra Álvarez Rodríguez, que decidió arreglar un edificio completo de muestra. En este caso es el Nudo 1, que ya debe estar en un 60 % de obra. Era el peor y ahora es el mejor. Entonces nosotros decimos que el Nudo 1 se organizó, que estaba organizado y les dijimos “Mirá, está la posibilidad de arreglar un edificio. El que mejor esté organizado va a ser.” Y hoy desde la mesa queremos trabajar eso también, que decidan los vecinos qué obras se tienen que hacer y no la Ministra. La Ministra ya logró que el vecino esté interesado y que crea que la Provincia es capaz de recuperar un barrio tan importante como es Fuerte Apache. Hay 10 pesos para arreglar que da la provincia, bueno, con esos 10 pesos, ¿qué es lo más urgente? Estamos muy contentos con la mesa de gestión.
APU: ¿Cuántas personas viven en el barrio, más o menos?
MO: El último censo marcó 26 mil personas. En realidad no sabés bien.
APU: Los vecinos del barrio hablan de 50 mil.
MO: Los números que tenemos todos dicen 26 mil. Ahora, la cantidad de viviendas son 3.600, más Villa Matienzo que está pegadito, que son unas 500 casitas o 400 y pico. Entonces, cinco personas por departamento, pueden llegar a vivir 25 mil. Pero también está que hay gente que no se quiere censar, es un barrio complejo. Nosotros nos manejamos con el censo.
APU: Las organizaciones sociales del barrio, ¿responden?
MO: Cuando nosotros llegamos había muchos celos entre los referentes. Nosotros llegamos con el objetivo de recuperar los consorcios y eso nos obligó a meternos dentro de algunas estructuras, que por ahí a muchos no les gustaba. Y las organizaciones estaban antes de que nosotros llegáramos y están ahora. Yo dentro del barrio no respondo a ninguna organización social ni nada. Estoy representando al Instituto y desde ahí trabajamos y son bienvenidos todos los que quieran colaborar. Hay muchas que respondieron bien, otras que se hicieron las tontitas.
APU: En el municipio, ¿es la zona más conflictiva en cuanto a lo habitacional?
MO: Desde la provincia de Buenos Aires es uno de los más complicados, junto con Barrio Pepsi y otros de las mismas características. Imaginate para Tres de Febrero. Cuando el Instituto vino el municipio se puso 100 % a disposición. Las distintas áreas del Gobierno nacional también colaboraron. Estuvo muy presente Desarrollo Social de la Nación, encabezado por Carlos Montagna, que ya mandó un equipo de trabajo. Los tres niveles de Gobierno se hicieron presentes desde la llegada del Gobernador. Este programa de Tres de Febrero no fue solamente darle una vivienda digna a una familia, sino que colaboró mucho con la seguridad del distrito. Porque ya al darle acceso a un patrullero o a la entrada de una ambulancia, o a los bomberos a un barrio, ya eso…
APU: La propia seguridad de los que habitan.
MO: …cambia alrededor 100 %. Los vecinos se quejaban mucho, decían “Che, les dan casas a los villeros.” La realidad era darle un hogar a una familia que no pudo acceder. También mejorarle el entorno, porque la persona que quiso seguir viviendo en la villa, vendió su casa y se fue. Pero no quedó en el distrito, se fue a otro distrito, porque acá ya villas quedan pocas. Entonces es muy importante ver el proceso.
APU: Claro, se encarecen los barrios que están alrededor también. Para todos es beneficioso, no solamente para la villa en sí, sino que mejorando la villa se encarece la propiedad.
MO: Ya pasa el colectivo más cerca. Y los que escapan con autos, que era un lugar para guardarlo (la villa), no vienen más porque ya no está. Hubo gente que no quiso la casa y se fue a otro lado. Y hay gente que sí, que está viviendo y muy contenta. Vos pasás por el barrio La Esperanza y es un barrio hermoso. De lo que era, una entrada de calle de tierra con 18 pasillos chiquitos, hoy entrás y tenés ocho calles con luminaria, con bulevar. Cambia también alrededor. Hoy el vecino lo está entendiendo. Antes era “le están dando casa a los villeros”. Hoy ya no dice más nada, pero vive más tranquilo.
APU: Es una buena manera de enfocar el tema de la seguridad con tanto discurso fascista. Es que hay sectores, sobre todo los medios, que no entienden que seguridad y solidaridad van de la mano. La cuestión de la vivienda es fundamental. Es una problemática muy concreta de distintos sectores sociales. También los sectores medios tienen mucho conflicto para llegar a la vivienda propia, mucho alquiler. ¿Cómo se puede llegar a enfocar en estos años?
MO: Para nosotros es un área muy difícil. En la provincia estamos todos muy empujados a la Capital, entonces eso hace que sea más difícil para el Instituto solucionar los problemas de la villa. Cuando vos vas a los barrios y te piden vivienda porque viven en villas, nosotros les decimos que sí, pero a 200 km de la Capital. Dicen “no, yo tengo todo acá.” Y acá se complica, porque ya el valor de la tierra para el Instituto no se alcanza. A 200 km. de la Capital uno puede armar un mega proyecto de vivienda. Ahí es donde más tenemos el problema desde el Instituto. Con los municipios más aislados del tercer cordón se puede trabajar mucho más libre porque los terrenos son más baratos. En General Rodríguez se hicieron 2700 viviendas y la realidad es que volaron. El Instituto, más allá de recuperar los edificios históricos, tiene distintos programas para soluciones habitacionales. Uno es el programa Solidaridad, que trabaja con agrupaciones o con cooperativas o con gremios, donde les da la posibilidad a ellos de que vayan pagando en cuotas su vivienda. Para que no lo que pasa en Caseros: viene un emprendedor, hace un edificio, los vende, uno compra cinco y los alquila. Seguimos con el problema sin solución. Hace poquito, el Gobierno nacional junto con el Banco Nación, convenió un programa para los sindicatos, donde los trabajadores tienen que pagar el 10% de anticipo, el Gobierno le da un 35% de subsidio y el resto se lo financia el Banco. Empiezan a aparecer estos programas donde también pueden entrar las familias de clase media. No es que te la dan en cuotas desde cero, como los barrios de vivienda social.
APU: ¿Y cómo se puede llegar a interactuar con el boom inmobiliario que hay? Varios barrios crecen porque hay emprendedores. Pero de vuelta, se torna inaccesible.
MO: Yo creo que no hay que frenarlo porque la vivienda es una necesidad. Pero tenemos que encontrarle la solución para que no haya una persona que tenga varios departamentos. Hay que poner algún tipo de límite. Una de las simples condiciones que tiene una vivienda social es que para acceder a ella no tenés que tener otra vivienda. Tenemos que empezar a mirar para que no nos pase lo de Caseros, Villa Bosch y alrededores.
APU: Es un conflicto que tiene que ver con este crecimiento que está viviendo el país. Ese crecer genera que haya más demanda, que haya mucha gente que puede y quiere tener su propia casa.
MO: Además es inevitable que esto siga, porque la Argentina sigue creciendo.
APU: Y también la solidaridad con los pueblos latinoamericanos, que en otros años era un poco más excluyente. El tema de la vivienda es muy importante, así que dale.