“Hay pibes que ven que ni sus papás ni sus abuelos tuvieron nunca un trabajo en blanco”
Por Jorge Giordano
APU: En los medios masivos se habla de un sector de la juventud como “ni-ni”. Son varias las poblaciones que tienen problemas para acceder al trabajo, y sin embargo esta es la que más resuena en los medios. ¿Cómo se puede caracterizar a ese grupo?
Didier Oliva: A esta población le cuesta insertarse en el mercado laboral porque hay un otro que está definiendo que esa persona tiene ciertas características que van a hacer que su trabajo no sea el mismo que el de otro. Serían "los que no estudian ni trabajan". ¿No lo hacen por elección, será porque les gusta estar en su casa? Si son jóvenes el estigma es doble, porque además de que no trabajan ni estudian son pibes. Venimos de tres décadas de políticas neoliberales, nos decían que lo mejor que le podía pasar a los trabajadores y las empresas eran contratos de medio tiempo, contratos basura, larguísimos períodos de prueba, retiros voluntarios. Hay pibes que ven que ni sus papás ni sus abuelos tuvieron nunca un trabajo en blanco, o sea dos generaciones perdidas en cuanto a cultura del trabajo. ¿Cómo no entender que haya personas que no estudian ni trabajan?
La juventud está estigmatizada, discriminada, y muchas veces se le piden cosas que son contradictorias. Para acceder un trabajo, el empleador pide experiencia laboral, secundario completo, algún estudio universitario o terciario, computación e idiomas. Todo eso a los 20 años. Son los culpables de todos los males de la sociedad: los que delinquen, se drogan, se alcoholizan, no tienen proyecto de vida, y hacen todo eso "porque les gusta". Muchas veces estos grupos no llegan ni siquiera a una entrevista cara a cara. Hay personas que por su lugar de residencia no consiguen trabajo. Si vivís en una villa identificada a nivel mediático, estás complicado.
APU: ¿De qué manera se pueden hacer valer los conocimientos y experiencias que tienen esos jóvenes?
DO: Cuando me toca dar algún taller o entrevistarme con los chicos tengo que trabajar fuertemente lo que es la autoestima. Los valores que esos jóvenes tienen aparecen muy golpeados. Es frustrante ir a una entrevista y que no te contraten, dejar currículums y que no te llamen, que no llegue la plata a fin de mes. En una edad problemática como la adolescencia y la juventud se hace más complicado.
También existe una visión muy arraigada sobre qué trabajo es bueno y cuál no. Yo trabajo en La Matanza, en un Centro de Formación Profesional. Les pregunto a los chicos si tienen experiencia laboral, y dicen "no, estaba en negro", y lo dicen con vergüenza. La vergüenza debería tenerla el empresario, que no está registrando a las personas. Hay que valorar estar registrado. Pasa muchas veces que una vez que están registrados, aparece la oportunidad de un trabajo en negro y lo dejan porque se gana un poquito más, cosa que termina perjudicando a la persona. Cuando le pregunto a los chicos si tienen experiencia laboral, me dicen que no. Al rato, me doy cuenta de que sí, y no solo una experiencia, sino varias. Hay que empezar a desentrañar en qué es útil esa persona, inclusive los que ni siquiera hicieron una changa tienen conocimientos para aportar, o algún tipo de trabajo o ayuda a un familiar. Todos los saberes que una persona adquirió son válidos y fundamentales para poder acceder a un trabajo.
APU: Recientemente el Gobierno Nacional anunció un programa que trabaja sobre esta problemática, el PROEMPLEAR. ¿En qué consiste?
DO: El PROEMPLEAR de alguna manera es reimpulsar aquellos programas de empleo ya existentes. Lo primero que se hace es asesorar a las empresas para que efectivicen personas que actualmente están trabajando de manera informal, o que tienen una parte de su sueldo no registrado.
Hay una segunda parte en la que este programa sugiere a las empresas que contraten personas, de las cuales el Estado nacional se va a hacer cargo de una parte de su sueldo. Entre un 38 y un 50% de los primeros meses de los sueldos de esos trabajadores van a ser subsidiados por el Estado nacional. En el caso de las pymes, el subsidio puede ser inclusive más alto. Se va a contratar a aquellas personas que son beneficiarias de programas de empleo, no es que cualquier vecino se va a poder acercar porque quiere cambiar de trabajo. Se prioriza a las personas que están bajo programas como el PROGRESAR, el Jóvenes con Más y Mejor Trabajo, el Seguro de Capacitación y Empleo, y el Fondo de Desempleo. También pueden acceder al PROEMPLEAR aquellas personas que hayan pasado por un curso con salida laboral de los dictados y homologados por el Ministerio de Trabajo.
Otra línea del programa está relacionada con los entrenamientos laborales. Lo que se hace es fortalecer la contratación de las pasantías, o prácticas calificantes. Es para jóvenes que están dentro del programa Jóvenes o PROGRESAR, que van a trabajar con contratos de medio tiempo, entre 15 y 25 horas, y van a recibir un incentivo económico de 2000 pesos. Al ser de medio tiempo puede complementarse con un segundo trabajo o con la posibilidad de estudiar. Se prioriza que sean puestos donde las personas puedan aprender un oficio, una técnica.
El diálogo con empresas empezó hace muy poco y el programa está próximo a empezar. Vamos a empezar a ver personas dentro del PROEMPLEAR de acá a dos o tres meses. Primero las empresas deben enterarse, ver cuál es la demanda de personal, ubicar a las personas, y luego contratar. Esto lleva tiempo, y más en un programa a nivel nacional.
APU: El ex Ministro de Desarrollo Social bonaerense, Daniel Arroyo, habla de fomentar proyectos como el Envión, con un sistema de tutores que trabajen de una manera más cercana con los jóvenes. ¿Es necesaria la implementación de políticas de ese estilo?
DO: El Envión fue un programa que alcanzó a muchísimos jóvenes de entre 12 y 21 años y tuvo éxito en un período corto. Hoy en día es casi inexistente por falta de financiamiento, problemas con algunos municipios, y falta de definición política. Creo que es necesario un programa así. Tenemos un problema con qué hacer con esos chicos, que no van a la escuela porque la escuela en algunos casos no les da nada. En otros casos, a los que tienen mala conducta, es más fácil para las escuelas expulsarlos o dar el pase. Si le preguntás a un docente va a decir que no se formó para eso o que no tiene las herramientas. El chico después de los 12 se queda sin el club de fútbol, sin el comedor, que es destinado sobre todo para los niños. Las propuestas no son muchas, y el lugar termina siendo la esquina. La esquina no está mal, el problema es si la esquina es el único lugar donde ese pibe pasa todas sus horas. Hacen falta tutores, referentes barriales, otros pibes que hayan pasado por una experiencia similar y que pueden acercar al Estado a esa población. Hoy en día muchos programas de empleo se dan en sociedades de fomento, clubes de fútbol, en iglesias, en escuelas. Si no se suma la política al entramado barrial es muy difícil llegar a la gente.
No se solucionaría sólo con un programa como el Envión o una reforma educativa, sino con todas esas políticas juntas, y con tiempo. Hubo más de tres décadas donde la cultura del trabajo dejó de existir para algunos sectores y se desarticuló la escuela y el trabajo. ¿De qué trabaja tu papá? "Plan Jefes". Si creemos que con diez años de buena gestión se resuelve, es muy complicado. Hay que profundizar lo ya existente y tomar definiciones políticas.