Proyecto etnográfico “Tu historia cuenta”: “Para que nos miren debemos mostrarnos”

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Proyecto etnográfico “Tu historia cuenta”: “Para que nos miren debemos mostrarnos”

28 Julio 2021

Por Enrique de la Calle

Liliana Urruti es editora de APU de temas vinculados con la discapacidad. En una extensa charla, se refirió al proyecto artístico “Tu historia cuenta” que busca convocar a personas con discapacidad o familiares de fallecidos por Covid-19 para que visualicen sus experiencias.

Agencia Paco Urondo (APU): ¿En qué consiste y cómo nace este proyecto?

Liliana Urruti (LU): Bueno, este proyecto abarca dos colectivos que parecen correr paralelos pero sin embargo están relacionados. Uno, tiene una historia que data del mismo nacimiento de la humanidad, es el del colectivo discapacidad. El otro nace a partir de la pandemia. La característica principal es que en el proyecto etnográfico el protagonista, el artista, es el que cuenta.

Hace tiempo vengo pensando que nuestro colectivo (discapacidad) tiene representantes que luchan por nuestros derechos, algunos muy honestos y con objetivos de representación que cumplen los propósitos, pero qué pasa con el relato, cuál es la historia que contamos acerca de nosotros mismos. ¿En qué momento nos ven? Todos necesitamos ser mirados más allá del reclamo, que tampoco logramos satisfacer. ¿Viste que el presidente Alberto Fernández hiciera un acto y hablara de la discapacidad? Y ojo que apoyo al movimiento. Desde ahí para abajo, incluyendo a la ANDIS (Agencia Nacional de discapacidad), que es un organismo incalificable, no le interesamos a nadie.

En este contexto, con la certeza de que el colectivo aumentará (éramos hace once años 5.100.00 personas con discapacidad no sabemos cuántas somos ahora) por las lesiones que dejará a muchos el covid-19, además, y porque los muertos no son un número ni un porcentaje, son personas con nombre, con apellido. El pedido es que nos miren porque si nos miran nos ven. Y para que nos miren debemos aparecer. Debemos salir del anonimato.

Yo perdí a mi hermano por covid, este año. Ahí comencé a pensar que del único nombre que recordaremos es el del primer muerto. Ni siquiera del segundo. Llegamos a los 100.000, pero cada uno de ellos tiene además al menos cuatro familiares que lo lloran. Y también están las familias que perdieron por otras causas un familiar querido, y no pudieron sepultarlos, por los protocolos.

Yo siento que a mi hermano y a todos nuestros muertos se los tragó la tierra. Un día se enfermaron, se internaron y otro día desaparecieron, sin más. En mi caso no pude hablar por meses. La muerte me deja sin palabras. Me pasó con mi mamá, con mi papá, con amigas, con mi hermano. Esta es una manera de romper el silencio.

APU: ¿Qué es un artista etnógrafo?

LU: Si tuviera que definirlo yo desde lo místico o religioso, sería aquello de “Dios habla a través de ti o te habla a ti a través de alrededor”. Desde la sabiduría popular el etnógrafo sería un canal de una inspiración mayor. No es el fabricante de las ideas que materializa. No hay una inspiración del artista. Como te decía antes, la discapacidad como grupo subalterno o minoritario no tiene un relato propio que le dé sentido, y también hay que pensar el por qué del lema que dice “Nada de nosotros sin nosotros”. La propuesta de Dani Zelko en Reunión sintetiza un procedimiento aplicable a otros proyectos de colectivos que no tienen voz. Pero lo etnográfico tampoco es el darle voz como dádiva o de manera vertical, es más bien mostrar esa voz. El colectivo LGTBIQ, ha logrado expresarse desde el arte, por ejemplo. Es hora que hagamos lo mismo.

APU: ¿Hay otras experiencias de estas características?

LU: Recomiendo lean Dani Zelko, Reunión Frontera Norte es una obra hermosa que da cuenta de otra forma de hacer arte. Trabaja con la palabra de los migrantes, y no es una denuncia panfletaria, que podría haberlo sido porque hay un hecho político en esa “reunión”. Ese sujeto de la historia que antes era el proletariado se puede transformar en sujeto de derechos a través de la literatura etnográfica, u otros procedimientos performáticos. Sara Gallardo, a través de su Eisejuaz, es otro ejemplo, o Algodoneros del periodista James Agee y el fotógrafo Walker Evans, un recorrido por las vidas de tres familias de arrendatarios en la región del algodón, que refleja de un modo directo, lo que genera la pobreza. Hay una forma de describirla: mirando adentro, en los objetos, que nadie mira, en las personas que a nadie interesan. El trabajo etnográfico es una forma de democratizar la literatura. Ni fanático de la concepción de la muerte del autor, como dice Barthes, ni pensar que el escritor es un genio favorecido por la inspiración.

APU: ¿Una pregunta que surge es si esta manera de hacer literatura a partir de una minoría impacta, y cuánto impacta?

LU: No hay tantos trabajos etnográficos como para deducir el impacto. En el caso de Reunión de Zelko, él mismo ideó una forma de difusión, toma los testimonios, los imprime en el momento y en una ronda de 10 personas hace que se lean, pero en el caso de Sara Gallardo, su obra no fue conocida hasta años después. Esto tampoco puede evaluarse desde la mentalidad de las grandes editoriales que estudian cuánto las favorece sacar o no un título. Hay pequeñas editoriales, por suerte, que podrían estar interesadas en este tipo de arte. Estamos hablando de una obra literaria no de una biografía no autorizada donde el vecino te habló del protagonista entonces eso conforma el párrafo del libro según convenga al objetivo perseguido. Eso en cuanto a difusión. En cuanto a acontecimiento social, antropológico, político, artístico el impacto puede ser enorme.

APU: ¿Está bien apropiarse de la voz del otro? ¿Lo que se publica es tal cual lo dijo el protagonista? ¿En qué creés que modifica o qué repercusión tiene en el entrevistado la obra?

LU: Muchas preguntas. Voy a tratar de responder sin tener todas las respuestas. La idea psicoanalítica de mostrar el trauma de Lacan es un componente de las obras que he citado, y pude ser del colectivo discapacidad y puede ser de quienes padecieron la muerte de un ser querido, en nuestro proyecto “Tu historia cuenta”. Hasta ahora la muestra del trauma, en el colectivo discapacidad ha sido propiedad de los abogados, de las leyes, de la Convención por los Derechos de las Personas con Discapacidad, y el dolor de los muertos por la pandemia se expresó a través de números y porcentajes. ¿Mostrar una balsa desbordada de personas cuyo horizonte es la orilla, o no, o mostrar una persona en silla de ruedas es mostrar el trauma o el trauma necesita además de palabras? Creo que ahí está el nudo. Ahora bien, es probable que con los testimonios se incursione en un sinnúmero de prácticas artísticas, eso puede marcar un esbozo de respuesta si tenemos a bien reconocer la “inutilidad del arte” (dicho por Oscar Wilde), por un lado, y por otro, lo importante es la producción de diferentes formas de visibilización. El proceso. Hal Foster, un crítico de arte e historiador norteamericano, dice sobre el etnógrafo “ni benefactores ni mecenas, ni sobre identificación, ni idealización, ni arrojarse la representación. No todas las personas con discapacidad son buena gente, no todos migrantes lo son, de manera que lo que se le exige al etnógrafo es honestidad intelectual. En este caso el proyecto surge por ser persona con discapacidad y familiar de un fallecido por covid-19, como la mayoría de las personas que me acompañan. No me arrojo la representación por eso de nadie. Esto de correr el ego también es una dificultad de los colectivos. Tampoco es apropiarse de la voz del otro. Es vehiculizarla. Y si la voz es del otro, no puede ser editada. El etnógrafo debe conservarla tal cual. Y creo además que la escritura es ya sanadora en sí misma. Tiene un efecto y residual, además. Eso que está ahí en palabras sos vos, es tu vida, tu historia, tu dolor, tus sueños.

APU: En una oportunidad escribiste sobre la película de Juan José Campanella “El limite infinito”, y decías que no era la realidad de las personas con discapacidad. ¿Por qué?

LU: Sigo pensando lo mismo. Creo que es la peor forma de presentar a la discapacidad. Michel Foucault habla de los egos del artista. En el caso de un etnógrafo hay que tener cuidado en cómo planta su ego y cómo lo dispone para la obra, lo cual habla de la posición del artista respecto del grupo subalterno. El caso de Campanella no es el de un etnógrafo. Solo presenta un protagonista millonario en silla de ruedas que se pasea por el mundo entrenándose para correr una maratón. No vi el final, pero seguramente gana. Representa la meritocracia, el triunfo del neoliberalismo en la concepción de la “mentalidad positiva”, el aprendizaje “a través del dolor”, el individualismo, la meritocracia. Ni esto es un testimonio representativo ni él hace lo que un etnógrafo. Para eso debería correrse de ser Campanella.

APU: ¿Se puede encontrar un objetivo común, una meta, o lo constitutivo del relato que se pretende puede transformarse en solo una queja?

LU: Nos falta la sistematización de Levi Strauss, encontrar como encontró el lo que nos une y sacar el foco de lo que nos separa. No podemos pensar en la cultura al interior de un colectivo (discapacidad) a menos que nos dispongamos, nos abramos a estudiada, a sistematizada. En el caso de Reunión de Dani Zelko podríamos decir que hay puntos en común que definen a los migrantes, un deseo que los impulsa, todos quieren lo mismo, llegar a destino, salir de vidas miserables. Pero cuáles son los lazos de unión y cuáles los de reunión de la discapacidad, hay que estudiarlos. Echando un vistazo ligero parece que hay tantos proyectos como personas con discapacidad. En el caso de familiares de fallecidos por Covid-19 parece ser más claro, hay un dolor, un trauma común, como decíamos antes.

APU: Y el objetivo del Proyecto Etnográfico es…

LU: Dani Zelko en Reunión hace estallar el género periodístico. Y así como él descubrió la poética en los migrantes será una tarea para nosotros descubrir la poética propia de la discapacidad y la poética de la pandemia. Descubrir el relato, minimizar lo más posible los riesgos de hacer mal el trabajo. Decidimos tomar el guante porque venimos hace años empapándonos tanto de lo diacrónico, dado que hay años de lucha – infructuosa, a veces, pero sostenida – y de lo sincrónico y no descartamos lo performático. Si se logra vencer las resistencias al interior del colectivo que suelo moverse con premisas y acciones de comunicación conservadoras, nos damos por satisfechos. El artista etnógrafo que se aboque a desenmarañar el funcionamiento y el alma del colectivo discapacidad debe dejarse tomar por la voz del grupo. Me gustaría citar un concepto de Benjamín que me parece remite a lo que quiero expresar, es el de “autor como obrero”, y cuando se pregunta en qué instancias productivas está inmerso el escritor dice: “no está en relación “con”, no está afuera. La relación es “en”, “hay que poner la literatura al servicio “de” (el habla de la revolución y del escritor marxista, pero vale el traslado). El compromiso no alcanza, debemos ser el escritor que informa, y toma la posta del escritor testigo, de actor, estar a la par, se sale del lugar burgués. Y eso lo podemos ver también Eisejuaz, o en Algodoneros. Todo indica que el etnógrafo produce acciones culturales transformadoras. Hay que salir de los tropos: lo bello, ni lo romántico, esto me lo merezco, la discapacidad o la muerte es una enseñanza y me hace más sabio. Basta de esas ideas individualistas. No hay transformación si prevalece lo individual.

APU: ¿Qué distingue entonces al método etnográfico y al proyecto que pusieron en marcha?

LU: La propuesta de Hal Foster es no salirse del lugar de artista. En todo caso la meta sería la bitransformación (si se me permite el término). No es transformación estética exclusivamente ni política exclusivamente. Es una transformación antropológica. El material se transformará en libro, en mural, en una obra de teatro, en un documental, a lo que la imaginación acceda.

Finalmente quería, si me permitís, convocar a quienes quieran ser parte como protagonistas por ser persona con discapacidad o familiares de fallecidos por Covid-19 a enviarnos su historia a proyectoetnografico@gmail.com. Estamos en Facebook: proyecto etnográfico – Tu historia cuenta y en Ig: proyecto.etnográfico.

Y agradecer a todos los que me acompañan en esta iniciativa especialmente a Noelia Velozo, una gran compañera en este camino, que sabe mucho sobre el tema, y a mis profesores de la UNA, que siendo ellos muy menores que yo, en edad, me enseñaron sobre el tema.