Se me arrepintió la realidad, por Gerardo Fernández

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Se me arrepintió la realidad, por Gerardo Fernández

08 Julio 2013

 

En el blog del autor I El mundo de fantasía de los que habitan el poder mediático es peligroso, en la primera de cambio te embocan y quedaste culo pa' arriba. A Lanata no le bastó con movilizarse a Caracas para transmitir en directo una hipotética derrota de Hugo Chávez que ni siquiera Capriles esperaba. Tomó de su propia medicina, bebió el néctar del rumor intramediático sin preocuparse por eso que se llama realidad. Siguió como si nada, como va a seguir ahora, reincidiendo con la noción de que si la realidad lo desmiente, está cooptada. La única realidad es su show y su innegable capacidad de generar productos que cautiven, ora al progresismo de zapatitos blancos en tiempos de Menem, ora a quienes por entonces lo sospechaban zurdo.

Y ahora Lanata va a seguir como si tal cosa. Y los que se clavan frente a la pantalla del 13 en un acto de férrea militancia anti K, seguirán, inmutables, recibiendo la línea que les sirve para tirar por lo menos hasta el miércoles de la semana. Les preocupa casi nada que haya quedado demostrado el accionar ruin y miserable de su producción. No les importa. El fin justifica los medios y esto es política...

Nada va a cambiar de momento. Al fin y al cabo el rebote del bife que le metió Luis D'Elía anoche quedará bastante encorsetado dentro del mundillo de las redes sociales. Pero es una mano de esas que empiezan a doler cada vez más con el paso de los minutos la que recibió anoche el showman de la corpo. Lo más fuerte de este episodio es la ratificación de lo bien que D'Elía entendió la era de las redes sociales. Con un video colgado en youtube y un par de precisos estiletazos en Twitter en el momento justo, el show de Lanata se transformó en un dirigible que empezaba a perder peso preanunciando la caída ante la vista de miles de argentinos que recibían la noticia por Facebook, Twitter, Blogger, youtube, etc.

Algo cambió a partir de anoche, pese a que todavía no se vean sus consecuencias.