Opinión: cuando los radicales veían conveniente negociar con un dictador

  • Imagen

Opinión: cuando los radicales veían conveniente negociar con un dictador

22 Febrero 2013

Por Nicolás Adet Larcher I Voces de todos colores se expresaron acerca del memorando de entendimiento con Irán. El acuerdo genera una polémica que abre el debate acerca de si conviene o no recurrir a la vía diplomática para destrabar la causa AMIA.

En días pasados el canciller Héctor Timerman se había pronunciado en el Senado sobre las claves a debatir, las dudas y los aciertos del acuerdo firmado. Timerman declaro claramente sobre los elementos a saber para poder entender que se va a discutir y que es lo que va a suceder, o puede llegar a suceder, cuando ambas cámaras den el visto bueno al memorando y se impulse la causa nuevamente. La falta de aciertos en este caso se pudo observar del lado de la oposición.

Las preguntas de los opositores se reiteraban y se daba vueltas sobre lo mismo. El partido que más defenestro el acuerdo fue la Unión Cívica Radical con Morales y Sanz a la cabeza. La UCR, desde su página oficial y sus voceros, argumenta que es imposible acordar con un país que niega el Holocausto, que desprotege los derechos humanos y demás atrocidades. Textualmente el comunicado emitido dice:

“En el acuerdo con Irán convergen todos los vicios de un gobierno que luce cada vez más débil, (…) Juntaron incapacidad, incoherencia, desesperación y chantaje, le dieron crédito al homófono, negacionista y misógino gobierno iraní y firmaron este adefesio, que nos aleja de la verdad y entrega a la justicia. “

Habría que ver que es lo que entienden los radicales por “dar crédito” a un entendimiento entre dos países para que se realicen las indagatorias correspondientes a aquellos que poseen las Alertas de Interpol. Nadie está de acuerdo con Irán, con sus políticas y con su posición negacionista del holocausto, pero si los sospechosos son ciudadanos de Irán, ¿con quién más se dialogaría?

El radicalismo no negocia con el miserable estado de Irán, el estado “homófono, negacionista y misógino…”. Es una posición entendible, pero en la memoria de los radicales debería haber un lugar para ubicar lo sucedido en 1984 entre el Gobierno de Raúl Alfonsín y el Gobierno de Augusto Pinochet.

El “Tratado de Paz y Amistad” fue un acuerdo que se firmó entre Argentina y Chile para finalizar con los conflictos territoriales que Ambos países tenían por el canal de Beagle. En el momento que se firmó todavía se encontraba ejerciendo la presidencia de Chile uno de los genocidas más nefastos de la Historia como lo fue Pinochet. En nuestro país se hizo una consulta popular no vinculante, para saber la opinión del pueblo. Luego se derivó a Diputados, senadores, y se promulgó. El papa fue mediador en el conflicto entre una Democracia y una Dictadura. Supongo que en aquellos días ningún radical se quejaba por acordar con un genocida. El acuerdo fue un gran logro, dejo atrás un conflicto que en 1978 casi termina en guerra. Nada menos.

No se está tratando de decir que el fin justifica los medios. Se debe entender la situación en la que está estancada la causa del atentado a la AMIA, pero sobre todo se debe entender que no se puede tildar de asesinos a los sospechosos antes de la indagatoria ya que se estaría embistiendo contra la presunción de inocencia, pese a que tengan alerta roja de Interpol, solo el juez Canicoba Corral determinara las detenciones correspondientes en base a las pruebas. Desde la cancillería especifican que “Si los iraníes no entregan a quien decida el juez se librará una orden de captura, ahora ya avalada por un proceso judicial que los mismos iraníes firmaron y que tendrá la supervisión de una comisión internacional de juristas”. Incluso uno de los Iraníes que será interrogado será el Ministro de Defensa actual Ahmad Vahidi, algo que sería inusual ya que por el momento el mismo no se ampararía en sus fueros como ministro para no declarar. Si lo hace, no es seguro, Irán estaría incumpliendo con el acuerdo.

Incumplir con el Acuerdo sería un riesgo, peor sería nada. Varios apoyos clave al Memorando brindan un poco de esperanza y de independencia al no someterse a la Doctrina de Israel y EEUU como si lo hicieron varios miembros de la Oposición y de los medios dominantes. Entre las figuras destacadas que brindaron su apoyo se encuentran desde el Ministro de la Corte Suprema, Zaffaroni, familiares de Memoria Activa, la “Asociación de Familiares y amigos de las víctimas del Atentado” y Amnistía Internacional. Hasta Luis Moreno Ocampo ex fiscal de la Corte Penal Internacional de la Haya, con discrepancias mínimas, apoya el acuerdo. En entrevistas concedidas al Diario Clarín y Pagina/12 el domingo 17 de febrero, Ocampo planteaba:

“Se podría haber diferenciado más el rol de la Comisión y el de los jueces para evitar confusión, pero pareciera que uno de los objetivos del gobierno argentino fue facilitar la toma de declaraciones indagatorias. La doctora Diana Malamud, que expresa a uno de los grupos más escépticos, sin embargo dio la bienvenida a esa posibilidad durante el debate en el Congreso.”

Las opiniones no deben reducirse a la simpleza de la “Doctrina de la prevención”. Famosa doctrina aplicada por los EEUU luego del Atentado a las Torres Gemelas que incita a determinar públicamente la culpabilidad de un sujeto sin intención de un Juicio Justo. EEUU ejecuta a quienes considera “Terroristas” y alimenta a la opinión pública con prejuicios sobre los estados que necesita invadir. La Excusa del Terrorismo es la excusa del Comunismo en el pasado que fue la semilla del Plan Cóndor en nuestra Latinoamérica. Guiarse por las presiones de Estados Unidos e Israel es hacer caldo de cultivo a la violencia y los prejuicios. Generar miedo e incertidumbre desde la masividad mediática también contribuye. En un diario israelí se decía que la única justicia que habían tenido los familiares de la AMIA era un coche bomba que había volado en pedazos a uno de los sospechosos.

Si la “Justicia” se materializa en la muerte del otro y se opina más sobre la superficie que el fondo en los acuerdos entre las naciones, todo está perdido.