La Nueva Provincia: "Faltan pruebas de las supuestas atrocidades cometidas"
EDITORIAL Revancha
Conociendo los antecedentes ideológicos de los magistrados que integran el Tribunal Oral Federal número 1 de La Plata, cualquiera sabía cuál iba a ser su veredicto. Los imputados en la causa Camps serían condenados a cadena perpetua o a 25 años de prisión.
En casi todos los juicios que se han llevado a cabo en contra de quienes, hace más de 30 años, vencieron a la subversión marxista en la Argentina, lo que faltan son pruebas de las supuestas atrocidades cometidas y lo que sobran son acusaciones de los vencidos en aquella contienda despiadada.
Es cierto que existieron secuestros de bebes, torturas y asesinatos que han sido probados fehacientemente, y bien esta que, en esos casos, los culpables sean castigados. Pero resultaron la excepción y no la regla.
Aquí lo que se ha montado es una farsa jurídica con el solo objeto de tomarse revancha. Por eso, con arreglo a una visión antojadiza del derecho, se ha distinguido entre crímenes de lesa humanidad y crímenes --los del ERP y Montoneros-- que no lo son y, por lo tanto, han prescripto. Por eso también se han violado impunemente los principios de legalidad e irretroactividad de la ley penal, entre otros muchos.
El pecado de la mayoría de los militares y miembros de las fuerzas policiales y de seguridad, y ahora de un civil ejemplar, el doctor Jaime Smart, condenados en la Argentina, no fue haber violado derechos humanos sino haber ganado una guerra.