"Es importante que podamos vivir en una sociedad donde nunca más existan crímenes por razones de género”

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"Es importante que podamos vivir en una sociedad donde nunca más existan crímenes por razones de género”

25 Noviembre 2020

Por Josefina Figueroa | Foto Prensa de Estela Díaz

Estela Díaz, ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Provincia de Buenos Aires conversó con AGENCIA PACO URONDO en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

AGENCIA PACO URONDO: Es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, ¿Cree que en este contexto hay violencias que se han recrudecido particularmente? 

Estela Díaz: En el contexto de pandemia, claramente se ha recrudecido la violencia doméstica familiar, sobre todo en los dos primeros meses de aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO). Además, el único modo de atención era el remoto y nosotras tenemos la Línea 144 provincial, que tuvimos que reforzar. Hubo casos críticos y de alto riesgo en los que duplicamos la cantidad de personal que tenía con equipos interdisciplinarios, los dispositivos duales y se le colocan tobilleras a los varones. Todo eso tuvimos que reforzarlo muchísimo porque con la  violencia doméstica familiar, obviamente en el contexto de “quedarse en casa”, la casa es el lugar de inseguridad para las mujeres y esto lo vimos muy fuerte. Incluso en la provincia hubo un pico grande entre abril y mayo de crecimiento de los femicidios, que luego se estabilizó. Y cuando miramos los nueve meses completos, estamos en una cifra bastante similar al 2018 o 2019. Particularmente hay situaciones que responden también a aspectos que vemos en los últimos tiempos, que se agravan los niveles de crueldad que podés leer en las historias que se hacen visibles cuando se atiende a la violencia de género. Esto nos preocupa especialmente y el contexto de la pandemia lo hizo bastante visible. Las desigualdades sociales, las violencias de género y la sobrecarga en la tarea de cuidado, porque la casa se volvió como un panóptico en el que nos pudimos mirar como sociedad, y vimos cómo hay desigualdades muy presentes en la sociedad todavía.

APU: ¿Qué políticas e iniciativas se han llevado a cabo, en estos meses, para prevenir y revertir los diferentes tipos de violencia?

E.D.: Nosotras nos encontramos con mucha fragmentación, con pocos recursos para las políticas de las violencias, sobre todo pensando en una provincia de nuestras dimensiones: 135 municipios, 17 millones de habitantes, casi el 40% del país. Por un lado, reforzamos la Línea 144, le agregamos líneas de WhatsApp, fortalecimos los grupos que atienden los casos críticos y de alto riesgo. Se han atendido, hasta septiembre, más de 2200 casos de estas características que el equipo interdisciplinario articula con el Poder Judicial, con ministerio de Seguridad, con las áreas de género del Municipio. En fin, horas de trabajo hasta que se sale de la situación de riesgo, y en este sentido, nosotras decimos que esos son los casos donde se salvan vidas porque son verdaderamente situaciones de enorme riesgo. Además, se ha mejorado toda esta ruta crítica de intervención y se ha fortalecido mucho las mesas locales intersectoriales que tienen a todos los actores institucionales locales, provinciales y las organizaciones sociale. 
Por otro lado, están funcionando alrededor de 120 municipio/mesas, el Fondo Permanente Especial de Emergencia para la Violencia, que ya está en 127 municipios. Creamos el programa “Comunidades sin violencia”, que es una línea de apoyo económico a los municipios para fortalecer la atención de la violencia en tres líneas de trabajo. Una línea es la creación o fortalecimiento de equipos interdisciplinarios, incluyendo el tema de dispositivos para varones violentos y de los grupos de ayuda mutua para mujeres. La segunda línea es la refuncionalización de hogares o casas abiertas. Y la tercera línea son las salidas de la violencia. Esta línea, que es el acceso al trabajo, nos parece fundamental porque apunta a la construcción de autonomía para las mujeres en el proceso de la salida de la violencia. Junto con estas líneas, también están las redes de hogares. Está, asimismo, la línea de investigación en la cual hemos presentado informes e investigaciones como, por ejemplo, intentos de femicidios, que es muy útil para mirar el recorrido de las violencias, y qué operativos funcionan para que no se llegue a esa violencia más extrema, que es el femicidio. Estas herramientas nos dan pautas para pensar las políticas públicas. Lo mismo que la línea de varones, la línea “Hablemos”, que también es un dispositivo novedoso y está resultando una interesante herramienta de intervención. 

APU: Los femicidios son la manifestación más extrema de la violencia de género y sus causas son múltiples. ¿Qué es lo que podríamos transmitirle a la sociedad sobre esta problemática? ¿Es posible bajar esos números?

E.D.: Nosotras tenemos un enfoque en torno a la violencia de género, que es cambiar el paradigma desde el que se venía trabajando, que estaba muy ligado a la judicialización o a los temas de seguridad. Pensamos que hay que hacer un abordaje integral, que tiene que tener una fuerte vinculación interinstitucional y entre jurisdicciones. Esto es fundamental y hay que construir los mecanismos de respuesta en cada territorio, porque quien sufre la violencia vive en una localidad determinada y allí es donde debe llegar la respuesta integral. Esta respuesta y enfoque integral incluye también a los violentos, algo que antes quedaba fuera de la perspectiva de abordaje y análisis. Así que nosotras ahí hemos desarrollado una serie de dispositivos y mecanismos que vamos a seguir profundizando. 
Además, el otro camino que venimos recorriendo desde la Mesa Intersectorial Provincial de Violencia es trabajar planes y programas para todas las modalidades de la violencia. En general, y por más que la ley 26.485 es integral, nos lleva toda energía la atención de la violencia doméstica y familiar, muchas veces mal y poco porque no alcanza lo que se hace o lo que se hacía hasta el año pasado, al menos. Nosotras ahora estamos trabajando para construir planes y programas de todas las modalidades de la violencia, y esto lo estamos trabajando con cada ministerio que es cabecera o responsable del tipo de modalidad. Para poner un ejemplo, comunicación de la violencia mediática, salud de la violencia obstétrica y contra la libertad reproductiva, el Ministerio de Gobierno de la Violencia Política, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Violencia Institucional, el trabajo y la violencia laboral, etc. Todas y todos, mancomunadamente, articulamos para que nuestro plan sea integral en torno a todas las modalidades de las violencias de género. 
El día 25 de noviembre presentamos la reactualización del Sistema Integrado de Políticas Públicas para el Abordaje de las Violencias por Razones de Género, que tiene todo este conjunto de políticas y al que también le hemos incorporado un Programa integral de abordaje de los femicidios, que va en el camino de cómo se acompaña a las familias, de políticas de reparación, pero cómo también se construye investigación y dispositivos buscando que efectivamente se reduzca esta cifra, con el horizonte o la utopía puesta en pensar que podamos vivir en una sociedad donde nunca más existan crímenes de odio por razones de género ni de ningún otro tipo.

APU: En este contexto ¿Ha habido un trabajo conjunto con las diferentes áreas o ministerios del Gobierno? ¿Cómo ha resultado?

E.D.: Esta es una fuerte decisión planteada desde el propio Gobernador, pero que son características de la construcción del Ministerio. El decreto 45/2020, que crea nuestra estructura, genera cuatro áreas para la transversalización de género. Por un lado, un Consejo de Políticas Transversales con los municipios. Esto es, cómo llegamos a articular con cada territorio para que se fortalezcan las políticas de género en el lugar, en las distintas localidades.  Un segundo consejo es el de Transversalización de Género en la Administración Pública; el tercero que es la Mesa Interpoderes en la cual se sientan las principales autoridades del Poder Judicial, Legislativo y Ejecutivo. Por último, el Consejo de Sociedad Civil que lo organizamos a partir de una articulación muy fuerte con colectivos organizados, como por ejemplo, con el sindicalismo, los movimientos sociales, las redes feministas, las juventudes,etc.  
Fue muy intensa toda la política de articulación transversal y, en particular, con el conjunto de las áreas de gobierno. Lo hemos implementado, por un lado, para dar cumplimiento a la Ley Micaela, pero, por el otro lado, además de las reuniones plenarias, con mesas temáticas que vienen trabajando muchas líneas que hacen articulaciones entre distintos organismos. Hay una recepción muy grande, y el compromiso para que la perspectiva de género la impulse el conjunto del Gobierno de la provincia es enorme. Así que tenemos mucha tarea, pero se hace fácil porque tenemos interlocutoras e interlocutores institucionales muy perceptivos, con compromiso. Además, en todas las áreas, hay personas que vienen con trayectoria de la militancia o de la formación en géneros.

APU: ¿Qué desafíos y objetivos se tienen a futuro?

E. D.: Nosotras tenemos muchísimos desafíos. Primero pensamos que en el 2021, con la vacuna de COVID- 19, va a empezar a desarrollarse la gestión en otros aspectos. Algo que este año fue muy difícil. Por lo tanto, aquello que señala el gobernador, Axel Kicillof, siempre con claridad, que “el eje es el trabajo, la producción, poner a la provincia en marcha con inclusión e igualdad”. Esa es la tarea que viene. Hay un ambicioso programa de obras públicas, de suelo, vivienda y hábitat, para seguir mejorando el sistema de salud y educativo en la provincia. Todas estas iniciativas están miradas también desde la perspectiva de género y la reducción de las brechas de desigualdad no solo social, sino también las que afectan a las mujeres y a la diversidad sexual.
El gran desafío para nosotras es, además, profundizar todo lo que tiene que ver con una perspectiva de integralidad en relación a la atención de la violencia, pero hacerlo en conjunto con las políticas de promoción y de igualdad. Hay que ir hacia iniciativas que entren en los temas que hacen a las desigualdades estructurales de la sociedad, sino nunca vamos a erradicar las violencias, nunca vamos a ir de fondo a aquellas cuestiones que hacen de condiciones de posibilidad para que existan las violencias de género, así que ese es un enorme desafío a futuro.