Educación Sexual Integral: “La información es contención si uno sabe qué hacer”

  • Imagen

Educación Sexual Integral: “La información es contención si uno sabe qué hacer”

26 Febrero 2018

Por Melany Grunewald 

APU: El proyecto Educación Sexual Integral (ESI) que trabaja en la escuela Nerechea de Lanús ¿en qué consiste?

Gustavo Bussi: En este colegio secundario se hacen 24 talleres anuales. Es decir 4 talleres por curso. En mi proyecto pongo mi formación y capacitación permanente: voy a congresos, hago una jornada o un posgrado, con la ventaja de que la dueña del colegio me paga esa formación. Soy el coordinador del proyecto que está conformado por 6 profesores (tenemos la misma orientación política, lo cual facilita porque vamos todos hacia el mismo lado): la profe de educación física, la de lengua que es licenciada en letras, la profesora de construcción de la ciudadanía (es antropóloga), el director de la escuela que es profesor de historia (maestría en política) y una preceptora que está haciendo la licenciatura en educación. 

Trabajamos diferentes temáticas en función de los saberes de cada año. Muchas veces dicto los talleres, aunque también traigo invitados, profesionales a tratar diversos temas: violencia obstétrica, violencia en el noviazgo, homofobia, aborto, etc. De todas maneras, cada año pongo un tema central en función del cual hacemos todas las actividades. En 2017 fue “prevención de la violencia de género y la homofobia”. En 2016 fue “identidad de género”. 

APU: ¿Qué sentido le ve a la ESI? Contención, protección…

GB: La información es contención si uno sabe qué hacer. Y si uno sabe qué hacer, sabe a quién consultar. Lo que más engloba a ESI es el sentido de los derechos, del empoderamiento. Lo demás son contenidos conceptuales. Sin embargo, que egresen de 6to sin saber cuáles son sus derechos, es grave. No desde una mirada moralista o religiosa sino desde una perspectiva netamente científica.

En este colegio tenemos en los 6 años de secundaria un porcentaje de embarazo adolescente igual a cero. Es un dato importante. Los profesores del equipo, cada uno desde su materia, trabajan contenidos de ESI. Acá hay continuidad en el tema.

APU: ¿Qué crítica podría observar con respecto a la ley de ESI?

GB: Falta formación para los docentes. Ahora hay instituciones dedicadas a eso, como el profesorado del Joaquín V. González que tiene un posgrado (una de las últimas cosas del gobierno anterior). Creo que la asignatura pendiente es esa, lo que dificulta la instrumentalización de la implementación de la ley. Es una decisión política a nivel macro y micro. 

APU: ¿A partir de qué momento comienzan a aggiornarse con más fuerza las problemáticas de género con las políticas de ESI?

GB: Desde la formulación de la ley. Si vos ves el plan de Salud y Adolescencia se habla mucho de derechos, pasa que es posterior. La ley sale en 2006, el matrimonio igualitario en 2010, identidad de género en 2011. Es decir, vinieron después las leyes en función de los derechos en temática de sexualidad. Pero desde la formulación está planteado con esa orientación. Lo que pasa es que la realidad de los casos de violencia que se empiezan a masificar a través de los medios, el Ni Una Menos, hace que se ponga más foco sobre esa cuestión. Se le da más visibilidad.

APU: El proyecto de 2018 en Nerechea le va a tocar a una nueva generación. ¿Qué eje se va a tratar?

GB: Va a seguir siendo violencia de género. Lo que tratamos en 2017 fue tan bueno, generó tantas preguntas, interés y compromiso de parte de los pibes que nos parece que hay que seguirlo trabajando. No sólo con los chicos sino con las familias. Cuando vienen las familias, en general, hablo de otras cuestiones en donde necesito que ayuden desde sus casas, temas puntuales como la identidad de género. Vamos a trabajar prevención de la violencia en todas sus formas, especialmente de género y en discriminación por orientación sexual. Son, más allá del proyecto, mis ejes temáticos de vida y militancia.

APU: ¿Cómo se materializa el compromiso de los chicos?

GB: vienen a pedirme participar de los talleres. Un día llego a la escuela y en el patio había un cartel con un corazón pintado como la bandera del orgullo. Lo hicieron por su cuenta. No lo podía creer. Ahí te das cuenta que estamos haciendo las cosas bien porque surge de ellos. Incluso los chicos de 6to vinieron a ofrecerse para dar talleres de violencia y hasta lo continúan en sus carreras.