El organismo internacional advirtió que los costos de la crisis que dejará la pandemia los pagarán los de “abajo”: países en desarrollo del hemisferio Sur. La UNCTAD, órgano de la ONU sobre Comercio y Desarrollo, propuso cuatro puntos urgentes para asistir a las naciones más desprotegidas.
Además de consolidar prejuicios, el coronavirus causó en el último mes pérdidas por 50 mil millones de dólares en la economía mundial. La merma en la actividad también demostró los grados de contaminación que conllevan las industrias y la fragilidad e inequidades de la globalización.
La epidemia vuelve a poner a los sistemas de salud de cara a sus limitaciones. La OMS convocó a un encuentro de especialistas para el 11 y 12 de este mes. “Estamos dando palos de ciego”, señaló uno de sus referentes. Se necesitarán 675 millones de dólares para enfrentar al virus, un número que por sí sólo habla de la desigualdad entre países en materia sanitaria.
El giro derechista regional y la salida de varios países de UNASUR paralizaron las actividades de su Red de Institutos e Instituciones Nacionales de Cáncer. Confrontar al cáncer cervicouterino en América Latina debe ser un objetivo esencial en el continente. De continuar las tendencias actuales, 300 mil mujeres morirán por esa causa en 2030 en el mundo.
La Justicia estadounidense ordenó a Monsanto indemnizar a un trabajador afectado por un cáncer producido por sus herbicidas. No es una realidad ajena a nuestro país. En Córdoba, vecinos autoconvocados recopilaron información sobre el uso de agrotóxicos y obtuvieron conclusiones alarmantes.
El ritmo actual de disminución del consumo de tabaco hace prever que no se cumplirán los objetivos de reducirlo en un 30 por ciento para 2025. 80 de cada 100 fumadores residen en países de ingreso bajo o medio. Las tabacaleras, lobos con piel de cordero.
El organismo internacional circuló 56 recomendaciones destinadas a reducir la injerencia médica en los partos, para respetar las decisiones de la mujer durante el nacimiento.
Unidas siempre por sus comunes prácticas de producción de cancerígenos, contaminantes y venenos usados en el genocidio nazi y Vietnam, la reciente fusión de Bayer y Monsanto anuncia además una realidad próxima: el monopolio de la producción mundial de alimentos.