“El Tratado Trans-Pacífico supera ampliamente al ALCA”

“El Tratado Trans-Pacífico supera ampliamente al ALCA”

20 Abril 2016

 

Por Cecilia Anigstein

En febrero de este año el Secretario de comercio, Miguel Braun, fue a conversar a Washington sobre eso de lo que no se habla en Argentina. Como expositor invitado en el think tank Atlantic Council manifestó la voluntad del gobierno de Mauricio Macri de ingresar en el Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (más conocido como TPP). El TPP es promovido fundamentalmente por Estados Unidos y fue recientemente suscripto por 11 países entre los cuales se cuentan México, Perú y Chile.

Sugestivamente, las negociaciones secretas iniciadas en 2010 llegaron a buen puerto al cumplirse 10 años del NO al ALCA. ¿Qué es el TPP? ¿Qué efectos puede tener su implementación en el proceso de integración regional plasmado en las experiencias de UNASUR y CELAC hoy amenazadas? ¿Cómo impactará en las economías del MERCOSUR? ¿Cómo podemos resistir esta nueva ofensiva liberal conservadora sobre los pueblos del Sur?

Viviana Barreto es miembro de REDES – Amigos de la Tierra de Uruguay (www.redes.org.uy), formó parte del colectivo que se movilizó en 2015 para que el gobierno uruguayo desestime la posibilidad de ingresar en el TISA y actualmente desarrolla un intenso activismo contra el TPP. Con ella conversamos sobre lo que se viene y lo que se está gestando para resistirlo.

APU: ¿Qué es el TPP?

Viviana Barreto: El TPP es uno de los instrumentos que constituye (junto con el TTIP, el TISA y el CETA) esta nueva generación de tratados de libre comercio llamados “megarregionales” en función de su vocación de cobertura de grandes conjuntos de países, representativos tanto en términos territoriales y demográficos como de magnitud económica. Representan el último nivel en la estrategia del centro del capitalismo occidental: los Estados del Norte - fundamentalmente Estados Unidos y la Unión Europea- y sus empresas transnacionales. Si bien se convoca bajo supuestos objetivos de negociación en materia de “libre comercio” se trata en realidad de un esquema para imponer nuevas reglas a un conjunto de actividades que van mucho más allá de los aspectos estrictamente comerciales: inversiones, servicios, empresas y monopolios del Estado, propiedad intelectual, compras estatales, reglamentación nacional, estructura financiera, publicidad de las medidas del Estado, entre otros aspectos.
Luego de cinco años de negociaciones el TPP se firmó el 4 de febrero de 2016 por parte de Australia, Brunei Darussalam, Canadá, Chile, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, Vietnam.

APU: Algunos analistas destacan que el TPP integra un grupo de acuerdos y tratados comerciales de nueva generación que superan el alcance de los ya existentes, inclusive del fallido ALCA rechazado por los países de la región en 2005, en Mar del Plata. ¿Qué distingue al TPP? ¿Cuáles son, a tu juicio, los aspectos más controversiales y preocupantes?

V B: Es bastante claro que el TPP, al igual que el resto de estos acuerdos megarregionales, pretenden promover un nuevo esquema de obligaciones para los Estados y derechos para las corporaciones que supera en varios aspectos los ya conocidos e impuestos en el ámbito de la OMC y por medio de la estrategia bilateralista de los TLC's.

La lista de aspectos más preocupantes es bastante larga pero me voy a concentrar en algunos de ellos:

En primer lugar es importante tener en cuenta que estos nuevos acuerdos tienen una prioridad fundamental por el desmantelamiento del Estado y la reducción de su capacidad de gobierno. El TPP contiene un capítulo especialmente dedicado a determinar cómo los Estados deben elaborar su normativa pública de forma que no afecte a los negocios internacionales. Este se completa con las obligaciones en materia de compras estatales -que elimina la capacidad de que los Estados usen sus compras como política pública para la promoción y desarrollo productivo- y de Empresas y Monopolios Estatales que busca asegurar que reduzcan su accionar y compitan en el mercado. El constreñimiento a los Estados se refuerza con la inclusión de cláusulas de arbitraje inversionista – Estado y el reconocimiento del CIADI. Esto fortalece el poder de las corporaciones y las habilita a enjuiciar a los Estados ante cualquier circunstancia que limite su capacidad de lucro.

El capítulo sobre propiedad intelectual es quizás uno de los que expresa más claramente la importante incidencia de los intereses de las corporaciones estadounidenses en los contenidos del Tratado. Las disposiciones en materia de derecho de autor y patentes de medicamentos dejan en claro que la prioridad es el derecho privado de la corporación sin importar que del otro lado esté el derecho a la educación, el acceso a la cultura o el derecho a la salud y la vida.

Finalmente, el TPP busca consolidar las condiciones de explotación del capitalismo contemporáneo condenando a los Estados latinoamericanos a su inserción periférica en la distribución internacional del trabajo y asegurando el libre acceso de las corporaciones transnacionales a las actividades primario extractivas y explotadoras de trabajadores y trabajadoras en el sur. El tratado desconoce las enormes diferencias en materia de desarrollo económico y social relativo entre los Estados firmantes e impone las mismas condiciones a todos, sin atenuantes.

APU: ¿Cómo impactará en América Latina?

V B: Para los países firmantes (Chile, México y Perú) significará en los hechos una re negociación de los TLC que ya tienen en vigencia con EEUU y la UE, por los que ya están pagando un altísimo costo, pero sólo para obtener condiciones aún más terribles. Tendrá fuertes costos en términos de autonomía y soberanía.
Para la región en su conjunto profundiza la tendencia a la fragmentación y dificulta que pensemos en proyectos regionales estratégicos en materias como las políticas energéticas, de infraestructura, de defensa, sanitarias, entre otras posibles.

APU: ¿Su implementación puede afectar a las economías nacionales que integran el MERCOSUR? ¿Por qué?

V B: Puede afectarlas por diversas vías. En primer lugar, acuerdos como el TPP negociados en contra de alianzas emergentes como la de los BRICS, pretenden imponer nuevos estándares para la negociación global. Estándares que van a procurar multilateralizar por diversas vías. Por lo pronto, es de esperar que la negociación MERCOSUR – UE se vea “contaminada” por cláusulas similares a las que detallamos aquí, también presentes en el TTIP. Lo mismo puede decirse de una eventual negociación con EEUU.

Por otra parte, la llegada de la derecha al gobierno en Argentina, la tendencia más aperturista y menos integracionista del actual gobierno de Uruguay y el Brasil en crisis política pueden hacernos pensar en riesgos ciertos de desintegración de la integración regional, con el crecimiento de visiones favorables a la integración a estos esquemas.

APU: En noviembre de 2015 distintos movimientos populares y sociales de la región se reunieron en La Habana para conmemorar los 10 años de la derrota del ALCA e iniciar un nuevo proceso de articulación continental para hacer frente a la actual ofensiva liberal conservadora. Los participantes del encuentro redactaron un documento donde manifiestan y reafirman su compromiso en la lucha contra el libre comercio y las trasnacionales, la profundización de los procesos democráticos, la defensa de las soberanías y la integración desde los pueblos. ¿Qué movimientos integran este nuevo espacio de articulación hemisférica? ¿Qué iniciativas y acciones promueve?

V B: Se trata de una iniciativa que pretende recuperar el espíritu unitario de la lucha continental que posibilitó la derrota al ALCA en un momento de realineamiento de la derecha política, las corporaciones y el poder imperial sobre América Latina. Está integrada por el más amplio espectro de organizaciones y movimientos sociales: trabajadoras/es, campesinos, mujeres, ambientalistas, de activistas contra las deudas odiosas, estudiantes, indígenas, comunicadores, religiosos, afrodescendientes, artistas, intelectuales.

Estamos articulados para reinstalar una agenda de lucha a nivel continental que identifica las siguientes líneas estratégicas de acción: contra el libre comercio y las transnacionales, por la defensa de la democracia y la soberanía y por la integración de los pueblos. Actualmente estamos trabajando en el desarrollo de una Jornada Continental contra el Libre Comercio y las Transnacionales que desarrollaremos en el mes de noviembre de 2016.

APU: Desde la perspectiva de una integración desde y para los pueblos ¿Cómo podrían (concretamente) los movimientos y organizaciones populares de Argentina sumarse a la construcción de una estrategia regional contra el libre comercio y las trasnacionales?

V B: Concretamente haciendo un fuerte esfuerzo para comprender que hoy en día la lucha no será efectiva si no es en clave internacional y aportando el empuje y la fuerza a la que nos tienen acostumbrados los movimientos populares argentinos.