Teatro: “Cocinando con Elisa” o las metáforas de la violencia

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    Teatro Cocinando con Elisa
EN EL CELCIT

Teatro: “Cocinando con Elisa” o las metáforas de la violencia

11 Junio 2023

Cocinando con Elisa tiene una excelente puesta de Mariana Giovine sobre la obra de Lucía Larangione que explora distintas capas de la violencia en el marco de una cocina de estancia. APU conversó con la directora y con la autora de la obra.

AGENCIA PACO URONDO: Contame cómo tomas contacto con el texto de Cocinando con Elisa y qué emociones te disparó.

Mariana Giovine: Me llamó Gabriela Villalonga un día de tantos días que atravesamos en la pandemia, para proponerme dirigir Cocinando con Elisa. Cuando la leí me pareció un texto, en principio muy bien escrito, que conserva  la tensión de principio a fin y te dan ganas de saber qué pasa, cosa que me parece fundamental ya que considero que el teatro debe ser entretenido, y por otro lado me pareció un texto de mucha actualidad. Es una historia que aborda los vínculos de poder, las miserias, las pequeñas ventajas, el abuso entre pares, la mezquindad de proteger eso poquito que tenés, sin darte cuenta que cuando se comparte siempre hay más. Un poco de todo esto me resonó durante la pandemia, con el momento muy difícil que estábamos viviendo como sociedad, ese momento límite en donde afloró lo malo y en algunos pequeños gestos, lo bueno. Así, apareció la obra. Podemos decir que el horno lo prendimos en pandemia y todavía seguimos cocinando.

APU:¿Qué situaciones te convocan o disparan tu escritura?

Lucía Larangione: Diferentes situaciones despiertan en mí un interés intenso que suele representarse en imágenes. Puede ser algo que leo, que veo, que me cuentan y que despierta un deseo de exploración, de saber más y de traducir eso en imágenes, en una historia.

APU: ¿Cuál fue el eje de trabajo para la puesta?

M.G.: En principio, al ser una obra de dos personajes me interesó ver cómo funcionaban como dúo escénico. Este dúo lo construimos buscando los extremos, buscando incluso el dúo cómico, los opuestos: la buena y la mala; la sabia y la tonta; la joven y la vieja. Vimos dibujos animados que siempre tienden a los estereotipos, a los trazos más gruesos y que a mí me encantan. Creo que eso ayudó a encontrar ese eje de trabajo, esa hipótesis primera y luego fuimos profundizando en las complejidades, que son muchas y de estos personajes que están en escena y también de los personajes aludidos que la atraviesan constantemente y que por lo tanto también había que construir.

APU: Cocinando con Elisa tiene personajes potentes actuando en un medio interesante tal como una cocina. ¿De qué forma aparecen los personajes en vos?

L.L.: Aparecieron a través de una imagen auditiva. Fue en el taller de Mauricio Kartun, quién nos estimulaba a trabajar a partir de imágenes. Yo escuché una conversación de dos mujeres que se pasaban recetas de cocina y también supe, en ese mismo momento, que ahí se jugaba una relación de poder.

“Es una historia que aborda los vínculos de poder, las miserias, las pequeñas ventajas, el abuso entre pares, la mezquindad”.

APU: Hay una intención de grotesco en medio del terror de las escenas, ¿el humor ayuda a transitar el clima de tensión creciente de la historia?

M.G.: Si bien no es una obra que podamos definir como comedia, tiene a mi modo de ver, muchísimos rasgos de humor. Humor negro, quizás. Creo que se desprende del texto que por otro lado tiene muchísimo ritmo. Diría que vertiginoso, pasan muchas cosas, a los personajes les pasan muchas cosas y esta velocidad de sucesos también las convierte en torpes, en sufrientes. Y la torpeza y el sufrimiento en escena muchas veces, hace reír. La obra sola construye la tensión necesaria para que aparezca la risa por necesidad.

APU: La expresión de la violencia en la obra remite a la violencia de la dictadura genocida. ¿Quisiste hablar de esta violencia o el texto tiene una evolución propia que te lleva?

L.L.: El texto tuvo una evolución propia que me llevó, pero no puedo obviar que yo viví en la Argentina toda la dictadura. Recuerdo haber estado en Londres en 1981 con mi hijo de 12 años. Fui a ver, sola, el musical Evita y al día siguiente, recuerdo haberle contado llena de entusiasmo a mi hijo que uno de los personajes era el Che Guevara. Cuando él me preguntó: ¿Quién era el Che Guevara?, tomé conciencia del silencio al que había estado sometida.

APU: ¿Dónde ponés el acento cuando dirigís, qué aspecto te interesa resaltar?

M.G.: Primero pongo el acento en formar equipo, en que la pasemos bien. Siempre eso es lo fundamental. Me interesa que el aspecto creativo más potente de cada uno aparezca y para eso necesitamos estar a gusto. Después creo que lo que más me interesa de dirigir una obra y de lo teatral en general, es eso que se amasa entre todas las personas que integran ese grupo, ese imaginario colectivo que se va armando un poco inconscientemente, eso me fascina. No se sabe a ciencia cierta cómo se logra; simplemente se va haciendo y marca luego la identidad de ese colectivo creativo. Amo eso, es lo que más me gusta ver reflejado en una obra y poder crearlo, guiarlo casi sin que se note pero que aparezca frente a esa otra parte que es lo que nos da la vida, el público. 

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Teatro Cocinando con Elisa

 

APU: Abordaste la literatura de ficción en cuentos infantiles, en Amores que matan, también. ¿Qué relación tenés con el terror, hay distintas clases?

L.L.: El terror es uno. Las causas que lo generan son diferentes. El terror infundido por la dictadura era muy real. Terrorismo es causar terror. Del edificio donde yo vivía con mi hijo se llevaron una pareja: él era un periodista de La Opinión de nombre Conrado; ella era una escritora llamada Diana Guerrero. Pocos días antes de que se los llevaran me encontré en el centro de casualidad con él. Recuerdo que me comentó que había sabido de las horribles torturas que aplicaban a los detenidos desaparecidos. La desaparición de ellos me aterrorizó.

Por otra parte, pienso en los terrores de la infancia. Cuando era chica, yo tenía terror de quedarme ciega. Nunca supe por qué. Sí sé que leí en alguna parte que con la vejez vuelven los terrores de la infancia. En eso estoy.

Cocinando con Elisa se presenta en el CELCIT, Moreno 431, CABA, los domingos a las 20.30 horas hasta el 11/06. A partir del 18/06 y hasta el 30/07, a las 19.30 horas.