Paula Maffía: “Las mujeres cuando son músicas están dando una demostración de poder”

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Paula Maffía: “Las mujeres cuando son músicas están dando una demostración de poder”

24 Febrero 2017

Por Agustín Pisani

APU: ¿Por qué te preguntan por qué en tus bandas son todas mujeres?

Paula Maffía: Porque todavía hay ciertas cosas que no se actualizaron y hay un par de cositas que todavía quedan como desde el 1500, 1600 posiblemente. Donde hay un grupo de mujeres es un tufo, es un gramaje, es una situación como: ¿Qué hacen tantas mujeres? ¿Por qué hay tantas mujeres juntas? ¿Dónde está el gallo que las va a organizar? ¿Qué, es una reunión de Tupperware? ¿Agarraron un espejo, están conociendo sus vaginas? ¿Son lesbianas? ¿Van a matar a un hombre? o ¿Se están sacando el cuero entre ellas porque son más malas que las arañas? No me parece mal que me pregunten por qué son todas mujeres si también se preguntaran por qué son todas blancas o por qué son todas de piel blanca pero de pelo morocho. Básicamente no me molestaría que me pregunten por qué son todas mujeres si a un grupo de varones les preguntaran por qué son todos varones.

No es la pregunta en sí lo que más me preocupa sino que hoy en día me cuestionen por juntarme con otras mujeres pero que no se cuestione al varón. Es la falta de exploración personal que tiene la pregunta en la persona que te pregunta. Yo te puedo responder por qué somos todas mujeres pero antes me tenés que responder vos por qué no le hacés esta pregunta a la Bersuit, a Los Auténticos Decadentes ¿Por qué para vos eso no es sospechoso y sí te genera pregunta que seamos mujeres?

APU: En lo que respecta a perspectiva de género, algo en lo que uno se forma constantemente ¿Cómo es tu camino personal de formación y cómo tomás el bombardeo mediático al respecto?

PM: Sí, hablan personas que no están calificadas. Me parece que antes los medios al ser casi exclusivamente los únicos medios, formatos de difusión, de opinión editorial y de bajada de línea política eran más respetados y todos los medios, independientemente de qué rol juegan en este house of cards, eran un poco más finos a la hora de generar opinión o a la de permitir quiénes iban a generar opinión. En la medida que se fueron abriendo las redes sociales todas las personas nos arrogamos esa capacidad de dar opiniones y básicamente lo que más ves ahora en facebook es a gente opinando. Cuando hago el scrolling, que es algo que me gusta mucho ver porque veo fechas, me entero de cosas, fulano tuvo un bebé, fulanita se cortó el pelo, antes era ponerme al día con mis amigos. Ahora es: yo opino que no sé qué, yo opino sobre lo que vos opinás tal cosa, #noséquébla. Todo el mundo está generando como una especie de polémica en el bar y sólo se puede hacer polémica cuando estás trabajando en un grupo reducido con pares o con gente que conocés. Yo genero muy buenos intercambios polémicos y profundos con otras feministas. Genero también muy buenos intercambios con varones disidentes a los cuales tengo una persona enfrente y podemos hablar puntualmente un caso. Cuando se vuelve un feministas vs varones heteropatriarcales, todos opinan cualquier cosa, una compañera que pone “los vamos a matar a todos”. Es como: “No, no, no chicas. No. No. No “. Es como: “Estoy perdida acá, en un mar de opiniones, esto es terrible”.

En este sentido y, esto es una de las cosas más antidemocráticas que van a salir ever de mi boca, yo estoy completamente en contra de los foros de los diarios. Me parece que ahí se hace una politiquería sucia, chota, no creo que sean limpios. Creo que están de alguna manera pagados, me parece que es asqueroso, que si fuese un espacio público sería donde la gente va a vomitarse bilis encima. Deshumanizás a la persona con la que estás hablando y también perdés la perspectiva de la situación. Es completamente caótico y dañino, como que va en contra de cualquier regla básica de intercambio de opiniones, aunque sean dos polos completamente opuestos, es una batalla. Nadie obtiene un rédito de estos comentarios pacatos tontos. Por ejemplo el hecho de que se le haya durante tantos años criticado la corrupción al kirchnerismo y que ahora, que en el macrismo hay una cuestión de opulencia y de corrupción te das cuenta que el problema es la doble moral. La gente no es que está en contra de que se robe, la gente está en contra de que se robe para los pobres o que se robe para gente que no es fina o que se robe para gente que es merza básicamente, activamente merza. Que alguien fino robe no importa. Hay algo clasista, una lógica pacata de la sociedad para mantener el dinero y el poder en un cierto circuito. Hay una cosa de preservar algo.

Ofenderse por el tetazo...nadie gana con eso. No es el privilegio de clase, es tonto. Estás generando un daño y no estás obteniendo nada a cambio. Esa es para mí mi definición de estupidez. Y no es solamente opinión política. Charly sacó un tema...el tema de charly yo ni lo escuché dije: “No voy a ser parte de esto”, lo voy a escuchar cuando pase, porque no quiero meterme en esta, no quiero tener que salir a defenderlo, no quiero tampoco sentir que de alguna manera comulgo con esos monstruos horribles que salen a decir que se muera de una vez este hijo de puta.

Yo no estoy a favor de idolizar a nadie porque nadie me parece que es buen sujeto de idolización. Lo estamos viendo ahora que se develan las personalidades notables del rock nacional. Charly justo me parece un tipo querido, me parece muy queer además. Salir a hacer un análisis de la obra con esos comentarios chotos... Además la persona con la que estás hablando está a un click de distancia. Yo sé que no te importa romperle el corazón a Charly, pero Charly posiblemente está viendo tu muro.

APU: ¿Cuál sentís que es tu función social e individual como mujer y cómo entendés a la organización de las mujeres a través de las redes sociales?

PM: Creo que se dio vuelta algo muy interesante que fue ese relegamiento al que se sitúa por lo general a la mujer que es, a la esfera privada. El mejor ejemplo de esto es, cómo nuestras madres que están entre los 50 y los 60 años, que hace diez estaban medio a la deriva como teniendo la crisis del nido vacío, lidiando con la menopausia, con esa cuestión de: “tengo 50 años, todavía tengo deseos y aspiraciones de mujer jóven, pero la sociedad no deja de refregarme en la cara que soy una anciana”. Ahora que existe el facebook nuestras mamás la están poniendo. Hablamos de una mina que se crió quizá muy pese a ella dentro del mundo privado. 

Salir a luchar dentro de un mundo que está dominado por hombres de 50 años que prefieren mujeres de veinte años menos, todo eso lo veo en la generación de nuestras madres que estaban todas achicharradas y ahora están: “Te mando un inbox, fijate que te mandé un shortcut a un no sé qué”. Están a full y son las que más usan las redes. Entonces que de pronto todo ese espacio, esa voluntad cesante, toda esa cosa de estar en casa relegad y de pronto el facebook es cómodo, está a mano, lo podés usar a las 4 de la mañana, a la hora que sea y siempre te vas a encontrar con algún galán de tu vida pasada; es genial, no falla.

En un mundo de hombres como reza aquella canción extraordinaria it´s a mans world, que las mujeres puedan generar tanto y organizarse es importante. Es hackear un poco el lugar en el que fuimos puestas. Por un lado seguimos reclamando nuestra necesidad y nuestro derecho de poder pertenecer ecualitariamente a la esfera pública y de pronto todo este lugar del ama de casa y de las mujeres es muy interesante porque ahora están al mando del teclado, de uno de los medios más importantes.

APU: Volviste de Perú, solés viajar tocando, ¿sentís que se replique esto en otras regiones?

PM: Sí. Creo que el movimiento ni una menos dio en la tecla. En el momento justo, en el lugar justo y logró ser replicado. Logró ser tomado en serio justamente por las consignas que pedía y porque hay algo muy complejo en la lucha de las mujeres y es que a nosotras nos une una condición. Cada una por dentro es un mundo muy personal. Entonces dentro de las marchas de mujeres vas a encontrar desde monjas que pueden estar a favor del aborto hasta cristianas que no lo están, pero están a favor de ciertas cosas puntuales. Cada una va y aporta desde su lugar personal. Puede no estar completamente de acuerdo con todo pero entiende que esto es algo mayor y urgente. Después van a empezar las fisuras, donde cada una se empieza a separar del movimiento, pero cuando ya esté bastante solucionado todo lo inmediato.

APU: ¿Qué ves cuando ves a una mujer música?

PM: No sé, me gusta. Es como cuando veo una chica en bicicleta. No hay nada más lindo que una chica en bicicleta. Me sale esa cosa como: “Ay qué linda con su bicicleta”. Me genera una cosa de belleza. Esto posiblemente lo que acabo de decir sea un comentario terrible dentro de un tiempo, pero me sale desde la honestidad del cuerpo y posiblemente en un año sea muy condenable lo que acabo de decir: “¿Por qué una mujer tiene que hacer un comentario sobre la mujeres de esa manera?”. El tren de pensamiento va llevando a un montón de lugares y si vos ahora leés sobre teoría feminista de los años 60 y leés de la actualidad es como que es muy conservadora una a la otra y hasta políticamente incorrecta. Cuando veo a una mujer tocando lo primero que siento es emoción y lo siguiente es mucho interés en escuchar su música. Después viene ya la mirada honesta, desde música. Yo no solamente voy a consumir música porque sea de mujeres. Voy a consumir música de mujeres buena, que a mí me guste. Me encanta sostener el movimiento e incentivar que todo el mundo haga música, pero el hecho de que alguien tenga la misma genitalidad que yo no va a hacer que su música me vuelva loca. Me gusta estar expuesta también a la música de varones para estar al día con qué está pasando y con qué se escucha. Sobre todo porque no me gusta dividir sexualmente la música, ni cualquier disciplina de ningún tipo. Estoy justamente luchando en contra de eso, de no generar ninguna división.

APU: No es lo mismo ver a una mujer música en una sociedad machista que ver a un hombre músico en la sociedad machista ¿Cómo desarmar una construcción tan vieja?

PM: Estoy en este lugar ambiguo donde me interesa pensar por qué estoy luchando. Me emociona ver a una mujer porque sé que tuvo que atravesar muchas montañas para llegar hasta ahí. Pero por otro lado no quiero darle un handicap porque me parece disminuirla, subestimarla. Las mujeres cuando son músicas están dando una demostración de poder ya muy grande. Por eso veo a una mujer con un instrumento o cantando y me emociona enormemente. No por eso quiero generar una especie de indulgencia con la música de las mujeres porque también está bueno que nos superemos como artistas y vayamos a lugares más geniales de nuestra obra, que expongamos toda nuestra potencialidad.

Si todo el mundo te dice: “Qué lindo, qué bien lo que hacés, bien cuchi cuchi…” No. No estoy sorteando trabas cognitivas, estoy sorteando una sociedad horrible, terriblemente horrible, pero lo estamos haciendo todos juntas y nos estamos organizando. No soy una persona ciega y sordomuda que tuvo que aprender a leer a través de impulsos...eso me parece heroico, me parece increíble. Que una mujer llegue a la música es algo urgente e insto a todas a que lleguen y una vez que lleguen; que no se duerman en los laureles porque tenemos que demostrar que es bueno lo que hacemos y que no alcanza con ser mujeres. Justamente esa es la base de nuestra lucha.

APU: ¿Como observadora participante, qué sentís que se espera de una mujer música en esta sociedad?

PM: Que sea linda, que sea linda haciendo música o que sea linda con un instrumento, que sea linda y que sea agradable.

APU: ¿Y esto lo ves en el circuito comercial más que nada o en el under también sucede?

PM: No, es algo general como de un comentario de señora: “¿Por qué se ponen las taradas si son todas lindas, si son todas inteligentes? Hay como una especie de crítica al feismo, como un horror al feismo. Yo no siento que con las taradas hacemos feismo y no me parece que sea feista el nombre las taradas, sino más bien me parece gracioso. Entonces básicamente cuando alguien me pregunta por qué se ponen las taradas, digo esta persona no tiene sentido del humor, pienso en mis adentros y paso a responder con mucho respeto.

A grandes rasgos la sociedad le exige a la mujer que sea graciosa en el sentido de que tenga virtudes femeninas. Y no es sólo dentro de la música. Ayer leí uno de los tweets que escribió un colega, reconocido (APU: Antonio Birabent) donde básicamente dice: “Mujeres: están insultando, les falta rascarse el sobaco y eructar ¿Esto es lo que estaba buscando como liberación?”

Tengo que ser linda para vos ¿No te das cuenta lo hermético, lo chato, lo obtuso de ese comentario? Una cosa es que alguien diga a tono personal, me gustan las mujeres delicadas ¿Por qué? Porque soy un pusilánime y porque si hay una mujer que se rasca los huevos más que yo me genera un poco de temor?

Tengo un montón de amigas que me dicen: “No, a mí no me gustan los chongos, me gustan los chicos bien delicaditos” y está bárbaro. La tenés clara, te diste cuenta que te gustan los nenes-nena. Bárbaro, te va a ir muy bien. Pero que un chabón diga que las mujeres no pueden ser así porque son grotescas, es una negación de que él es un individuo. Por eso le tengo tanto miedo a la masificación del ser mujer, porque uno empieza a creerse guiones que son mucho más universales.

El problema de este tipo es que sabe que está respaldado por toda una masculinidad. Él piensa que su manera de pensar es biológica, es natural, es como debe ser y está respaldada por un montón de otros chongos y muchas mujeres que le ponen: “yo te banco, totalmente, ¿Por qué vamos a ser asquerosas, por qué vamos a insultar?
Podés estar en contra de los insultos, a mí personalmente me encanta insultar. Me parece una manera genial de liberar tensiones, me parece que es gracioso, que es todo un arte insultar, que podés insultar a alguien sin que se dé cuenta de que lo estás insultando. Es una carrera universitaria, hay un montón de materias en el arte de insultar. Pero hay gente que no le gusta insultar y las respeto. Frente a esas personas trato de no ser soez.

APU: Otros rockeros como Aldana, Cordera, Pity fueron protagonistas de hechos aberrantes, ¿Tenés ganas de reflexionar contar qué te pasa con estos casos que salen a la luz?

PM: Me parece increíble que se empiece a derrumbar justamente este sistema solar de los músicos del rock. Que eso es algo que se dio específicamente en el ambiente del rock y acá en Argentina se cristalizó y es muy típico de una época y de una cultura. Yo no quiero más ídolos, yo no quiero más Rock Stars. Me parece bobo que un tipo se suba a un escenario y se ponga anteojos negros en un lugar cerrado para quedar canchero. Es terrible que alguien se arrogue derechos y poderes sobre otras personas desde ese lugar.

El sistema solar es algo que fue inducido por la industria discográfica, por el mainstream, por toda la sociedad básicamente. Hemos llenado estadios de ídolos y estos ídolos completamente enceguecidos han hecho cosas de muchas índoles y muchas veces esas cosas llevaron a que se creyeran con el poder de poder someter a otra persona. Lo cual es de una megalomanía insólita. Todo el sistema del rock de alguna manera giraba en todo lo incuestionable que eran estas figuras y en una cuestión también incuestionable del lugar que tiene que ocupar el hombre en la música.

Muy pocos músicos importantes de acá se animaron a tener con ellos una mujer sobre el escenario. Pienso en Andrea Álvarez junto a Soda Stereo, pienso en Gabriela Epumer junto a Charly pero siempre como que preferían tenerlas en el lugar más de pedestal de belleza por esta cosa de: “No, a mí me encantan las mujeres y las respeto un montón porque son hermosas y porque son como ángeles…” No, no somos ángeles, no somos hermosas, algunas somos bastante feas. Es mucha presión tener que estar a la altura de tus estándares, prefiero hacer la mía.

No puedo creer que un ser humano pueda creer que tenga derecho a someter a otro. La lucha por la liberación de las mujeres es una de las tantas luchas donde los humanos están planteando sus límites de hasta dónde llegás vos y hasta dónde llego yo. Siempre hay gente que cree que tiene potestad sobre los demás y por lo general suele ser el hombre blanco que está capitalizando todo el poder. Nosotras, desde la lucha de mujeres, no queremos tener el poder del hombre blanco, no queremos acceder a los lugares a los que él accedió. Posiblemente porque no nos interesan esas cruzadas de poder que justamente son de abusos.

Nosotras no envidiamos no poder violar a un hombre o a otra mujer. No son ese tipo de conquistas las que queremos. Queremos que nos dejen en paz. Queremos no tener que dar explicaciones, queremos poder caminar por la calle y que el hecho de ser mujer no nos vuelva aún más vulnerables que a cualquier otra persona.

APU: ¿Y qué cosas construye el movimiento femenino o cómo se empezó a resquebrajar este falócrata sistema solar?

PM: Es que se dejó de satelizar o de pensar a la mujer en el mundo de la música como un satélite alrededor de un astro o una musa. Eras o musa o eras la corista de. Siempre como la mujer de. Soy de las que creen fielmente que la música es una expresión de la cultura oral y tanto la cultura oral como el canto y el ritual en torno al fogón son algo puramente femeninos. O sea, los comienzos de la sociedad se dieron de esa manera y mientras el hombre salía a cazar, la mujer criaba, tejía y cocinaba. Hay una división sexual originaria en la que por una cuestión de supremacía física el hombre salía a cazar y la mujer se quedaba con sus cosas. No hay evidencia de que fuera estrictamente así, además muchas mujeres cazaban y muchos hombres recolectaban raíces, entonces estoy segura de que se pegaban garrotazos por otros motivos. Pero esta cosa de vos no podés venir a cazar o lo que sea, no la sabemos.

Todas las sociedades tienen límites y prohibiciones claras. Dentro del mundo de los hombres, dentro del mundo de las mujeres y entre ellas. Todo lo que se corra un poco de eso suele ser aberrante, pero también estamos hablando de sociedades que por qué compararnos con eso. Estamos en un mundo en donde vos podés asumir tu verdadera identidad con la que creas que te sentís representado sexualmente, sea cambiando de género o siendo ínter, o lo que sea.

Estamos en una sociedad que dependemos de la tecnología, donde hay niños que sobreviven porque viven cinco meses en una incubadora. Si este es nuestro estándar dejémonos de joder con compararnos con sociedades antiguas, no voy a romantizar otras épocas de nuestra sociedad. Me preocupa el aquí y el ahora y por supuesto, todo lo del pasado se puede estudiar para complejizar las cuestiones.

La música es algo que acompañó a la sociedad desde siempre y las representantes principales fueron las mujeres. Desde que comienza la música popular vas a ver grandes mujeres, pasa que nuevamente fueron ocultadas. Joséphine Baker y un montón de directoras de orquesta, no sólo de música culta sino también popular, cantantes, compositoras, autoras, tantas que tuvieron que publicar bajo seudónimo masculino para tener libertad. Sólo un nombre, sólo un título. Es como el título de blancura que compraban algunos mestizos. Es ridículo.

Lo que sí está pasando ahora con esta proliferación o visibilización, no es que tampoco hay muchísimas más mujeres, sino que se están viendo más mujeres. Están pasando otras cosas: Uno, que hoy por hoy vos podés ser una instrumentista mujer y posiblemente nadie piense que por eso vas a estar disminuida en condiciones. Quizá hace 10 años se iban a probar una guitarrista y un guitarrista y se pensaba: “Bueno, ¿Te quedaste con el guitarrista no?” Hoy se puede tocar bien y ser mujer.

Hay más autoras que pueden hablar desde su experiencia de mujer, por lo tanto llegan más canciones desde una experiencia femenina. Eso es muy importante. Y por otro lado cuando vos sos una niña y te fascinas con la música, no ver a ninguna mujer genera un mensaje oculto que es que estás como en Narnia. Esto no va a suceder, no vas a ingresar un día acá. Entonces ver mujeres es generar un mensaje de posibilidad, de yo puedo...

Segunda parte

Paula Maffia: “El punk es más progre que el rock”