Pakapaka: el poder de la imaginación

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Pakapaka: el poder de la imaginación

09 Diciembre 2012

Por Juliana Cuoco l Pakapaka es el primer canal para chicos de Argentina, y también de Latinoamérica. Pero no es un canal infantil como los que se acostumbraban a ver en los hogares con chicos donde se tenía el privilegio de acceder a la televisión por cable. Más bien, es todo lo contrario.

Es un canal libre y gratuito que puede verse a través de la televisión digital abierta, de la televisión satelital o de los cableoperadores de todo el país. Sólo el monopolio, en su apuesta por conservar las condiciones de exclusión que arruinaron a nuestro país durante medio siglo, se resiste a incluir en su grilla a la propuesta infantil más lograda e innovadora de la historia de la televisión argentina.

Los contenidos de Pakapaka son desarrollado por el Ministerio de Educación de la Nación y apuntan a entretener y educar a los chicos. La señal nació como un segmento de Canal Encuentro, hasta que se decidió por una cobertura más amplia con una programación que en la actualidad transmite las 24 horas del día. La programación está dividida en dos segmentos de edades: de 2 a 5 años y de 6 a 12, con programas adecuados a los desarrollos de cada etapa evolutiva de los chicos.

La propuesta de la señal es innovadora en nuestra televisión, desde la concepción, el contenido y hasta su formato. Los protagonistas son, en su mayoría, chicos. Chicos de todas las provincias argentinas que nos muestran sus escuelas, sus casas, sus barrios, nos cuentan de sus juegos favoritos y nos presentan a sus familias, como en el programa Amigos en ronda.  Chicos que leen autores argentinos y cantan canciones de ritmos autóctonos; como en Zamba, donde la historia argentina se canturrea junto a Fito Páez en el ‘Tema de la Independencia’ o a Horacio Fontova con su versión del ‘Candombe de Artigas’.

Los adultos aparecen como mediadores o divulgadores de información en ciertos programas como Biblioteca Infinita, que nos ponen en contacto con autores e ilustradores que nos cuentan sobre sus oficios, o en los recientemente estrenados Investigaciones animalísticas donde Ataulfo Tito presenta una serie de documentales sobre distintas familias de animales en su hábitat natural y Diario de viaje donde Alex Tremo retoma un viaje de aventuras que su abuelo registró en un diario, con notas de observaciones e investigaciones que hizo por todo nuestro país.

La programación está mayormente compuesta por producción nacional. Algo que conlleva un desarrollo extraordinario -e impensado hace algunos años- de toda una serie de profesiones y oficios que tenían una salida laboral bastante limitada. Pero además se emiten programas de otros países que están impecablemente adaptados.

Y en el vocabulario, nada de neutralidad. Aquí los dibujos animados hablan con los acentos de nuestro país y las palabras de uso cotidiano con las características propias de cada región.

Los niños son sujetos en desarrollo muy sensibles a las condiciones de su ambiente. Y la televisión se convirtió en un recurso muy habitual para ellos. ¿Pretendemos dejar la televisión de lado? Pakapaka nos propone que no, que la utilicemos como una herramienta más para seguir estimulándolos y enseñándoles acerca de la experiencia de ser niño en nuestro país. Un efecto que se multiplica con los contenidos del canal en su página web (http://www.pakapaka.gob.ar) y con las propuestas que ahí se presentan para docentes y padres.

Uno desea para todos los pibes, un mundo donde crezcan y se desarrollen libremente. Eso implica, entre otras cosas, libertad para elegir entre distintas opciones a la hora de entretenerse. Es tranquilizador saber que hay un canal que tiene una mirada diferente sobre nuestros pibes, empezando por pensarlos como Sujetos de Derechos y no como agentes de consumo: Pakapaka no tiene publicidad comercial.

“El poder de la imaginación” es el eslogan del canal. Naturalmente, asociamos la imaginación al mundo infantil. Me gusta pensar que los pibes de hoy serán adultos que no dejen de imaginar, que sueñen y sigan construyendo un país con proyectos inclusivos en los que se valoren nuestras raíces culturales y desde ahí, sólo desde esa valorización de nuestra cultura, puedan conocer y respetar los valores culturales del resto del mundo.