“Néstor surge de una época convulsionada, dónde los jóvenes tomaron la posta”

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“Néstor surge de una época convulsionada, dónde los jóvenes tomaron la posta”

17 Noviembre 2012

APU: Me imagino que estarás atosigada por los medios ¿No?

Paula de Luque: No atosigada pero sí dando muchas notas cómo es lógico con una película con un personaje de semejante envergadura, es así, es parte de mi trabajo.

APU: ¿Cómo analizás todas las lecturas que se están haciendo sobre la película, incluso, antes de su estreno?

PL: No leí los diarios todavía ¿Qué dicen los diarios?

APU: Por ejemplo en el diario La Nación titularon que la película iba a tener una utilización política.

PL: La de La Nación sí, la leí. Es linda la nota de La Nación, está bien. No puedo leer todo.

APU: Te preguntaba cómo pensás que va a ser la recepción.

PL: La recepción va a ser disímil como pasa con todas las películas. No existe el concepto de “el público” ni “la crítica”. Hay gente que compone el público cada uno con su subjetividad y diferentes críticos, no es la crítica o el público.

La crítica, creo que va a ser en diferentes casos, diferentes cosas. Supongo que el público más kirchnerista va a tomar  muy bien la película y el público no kirchnerista creo que también la puede tomar bien porque no es una película anti-nadie. Es una película que también habla de la historia del país, sobre nosotros donde el gran protagonista es Néstor pero que también habla de la historia del país de los últimos 30 años.

Néstor está puesto en perspectiva histórica, es decir, él como militante, como emergente de toda una generación que estuvo a la vanguardia, no por él, en ese momento que era una criatura militante, como muchos otros. Pero recordemos que en ese momento, los 60, 70 en todo el mundo la juventud estaba a la cabeza de las movidas políticas, artísticas. Está la magia del 68, lo más conocido por todos, está el Cordobazo, se estaba inventando el rock nacional, toda gente que hoy también tiene presencia en los jóvenes. Néstor es de la generación de Luis Alberto Espineta, por ejemplo, y Néstor sale de ahí, de esa etapa convulsionada donde los jóvenes llevaban la posta.

La película habla un poco de eso, tenemos un relato ahí, de dónde sale Néstor, quién es. Néstor no nace así porque sí, de un repollo, es una construcción como hombre y como político y entonces también su vida personal, muy íntima, su vida familiar, los primeros valores, sus penas más íntimas y de ahí, su formación y su proyección nacional e internacional como político.

APU: Han pasado dos años de su muerte. ¿Te parece que tenemos una distancia suficiente como para analizarlo en su dimensión histórica?

PL: Algunos tendrán distancias suficientes otros no, no lo sé, no soy politólogo, no estoy analista política, no soy historiadora, no sé bien si hay una distancia suficiente. A mí, en este  momento la distancia entre la muerte de Néstor y el momento en que hice la película, siento que todavía hay mucho de duelo. Eso me pasó a mí, no puedo opinar sobre cosas que no sé ni para las que no estudié  pero lo que me pasó a mi y a mí equipo es que la experiencia que hemos vivido muchísima emoción sin ninguna distancia, o sea, con mucho compromiso y con mucha emoción durante todo el proceso, una emoción fuerte. No sé si eso tiene que ver con el tiempo que transcurrió.

Igual no quiere decir que es una película sobre la muerte de Néstor. Es sobre la vida de Néstor, no es un obituario, no hace hincapié en la muerte.

APU: Al mismo tiempo te escuché hablando de ese 27 de octubre de 2010, de esa movilización que te había impactado muchísimo.

PL: Muchísimo me impactó. Soy kirchnerista desde el año 2003 y cuando Néstor fallece ya era recontra kirchnerista, me sentía como nos sentíamos muchos, solos, sueltos y victimizados. Cuando muere Néstor, en ocasión de un enorme dolor, pero siento que todos nos encontramos en la plaza y había otros, era mentira que éramos unos pocos, éramos un montón y fue llegando gente. Eso fue verdaderamente espontáneo.

A lo largo del día, tuve la posibilidad de estar en la Casa Rosada y vi la fila de horas que hacía todo el mundo, solamente para entrar un momento y decir “Gracias Néstor” y “Fuerza Cristina” que eran las frases que más se oían y sentí que eso era mucho más. Eran una sumatoria de agradecimientos personales, una especie de plesbicito, no había manera de sacar el espíritu y no había manera de que no estuviera.  Néstor murió, lo cual es terrible, pero al mismo tiempo, eso generó el tomar conciencia de la dimensión de lo que fue y de que estamos construyendo la historia.. Me pasó también con la película, la idea de que estábamos retratando nuestro tiempo.

Nunca te pasa en una película que estás hablando de tu propio tiempo, cuando hablas desde una perspectiva histórica. Si hablas de los demás, de perspectiva histórica de la sociedad y te encontrás a vos misma, como me pasó a mí, me encontré en los archivos, es muy fuerte. Es como especular con el propio tiempo. Por eso no sé si ha pasado el tiempo suficiente, para mí no, todavía.

APU:  Alguna vez, hablando con Tristán Bauer –que estuvo con una cámara ese 27- también decía lo fuerte que fue estéticamente lo que pasó ahí.

PL: Ese día no estaba para pensar en la estética. Estaba muy triste y lo pensaba más en términos dramáticos. “Esto es una pueblada”, “esto es una verdadera marcha espontánea”. Yo no llevé una cámara ese día. Después, cuando hice la película y vi todo el material de archivo, de adentro y de afuera de la Casa de Gobierno, me di cuenta que es increíble. Yo tenía la cámara en mis propios ojos, en un lugar, y afuera de la rosada estaban pasando tantas cosas también. Yo estaba adentro, recién ahora haciendo la película vi lo enorme que fue, que desde adentro se veía, pero no es lo mismo que verlo desde los archivos, es muy fuerte verlo en los archivos.