Mercedes Halfon: “Gombrowicz es una vía de experimentación con el lenguaje y con los géneros"

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    Mercedes Halfon
    Foto: Catalina Bartolomé
ENTREVISTA LITERARIA

Mercedes Halfon: “Gombrowicz es una vía de experimentación con el lenguaje y con los géneros"

03 Septiembre 2023

Mercedes Halfon revisita los días argentinos de Witold Gombrowicz en su nuevo libro Extranjero en todas partes, un perfil del escritor polaco que entre 1939 y 1963 residió en Buenos Aires “omnibulado por la curiosidad que le producía esta nueva urbe”. El libro es parte de la colección Vidas Ajenas de la editorial chilena Universidad Diego Portales.

Gombrowicz llega a la Argentina junto a una comitiva de empresarios, diplomáticos y periodistas polacos días antes de que comience la segunda guerra mundial. Ese mismo evento será el que acelere el regreso de la delegación, aunque sin el escritor que, momentos antes de zarpar, decide quedarse y comienza una vida errante en un país con un idioma que desconoce y casi sin amistades. “Esa tarde al bajar del barco, con las dos valijas en la mano, mientras intentaba entender lo que acababa de hacer, dijo que se trataba del momento más trágico de su vida”, se lee en las primeras páginas del libro.

Sus días argentinos incluyen viajes y estadías por Tandil, Córdoba, Mendoza, Tigre, Santiago del Estero y también Uruguay. Argentina es para Gombrowicz “un país al que nunca se adaptó y por eso mismo ama tanto”, dice la autora de Diario pinchado y El trabajo de los ojos. “Gombrowicz es parte de ambas patrias (Argentina y Polonia) y de ninguna en sentido estricto”.

Halfon se apoya sobre todo en el Diario del dramaturgo polaco para contar sus devenires en suelo argentino, pero también realiza un repaso por la toda la obra del escritor e indaga en la compleja relación con los círculos literarios locales. La investigación también cuenta con aportes de Alán Pauls, César Aira, Luis Gusmán, Nicolás Hochman, entre otrxs, entrevistados para la elaboración del perfil.

El autor polaco ya había escrito Ferdydurke antes de embarcarse en el Chrobry, un crucero de lujo que lo trasladó durante veinte días a la capital porteña, pero será en Argentina donde escriba la mayor parte de sus libros, no sin dificultades —“o a pesar de ellas”— y con una recepción fría en el ambiente rioplatense. En las páginas de Extranjero en todas partes queda plasmada la búsqueda de Gombrowicz por escribir y publicar mientras en paralelo lucha por subsistir con diversos empleos y se muestra “en guerra” con la cultura. “Gombrowicz comanda, combate, actúa, empuja la literatura por fuera de lo escrito, lo leído, lo elaborado intelectualmente. Es un escritor en acción, que crea en un sentido gestual, cómico, muy suyo”, define Halfon. 

“Que tengo que hacer yo aquí, donde no se me lee ni se me edita ni se me reconoce”, dice Gombrowicz en una de las últimas entrevistas antes de marcharse nuevamente a Polonia. La publicación de Extranjero en todas partes coincide con la puesta en circulación de Los poseídos (Cuenco de Plata), novela que tiene su origen como folletín y que “Gombro” interrumpe al venir a Argentina y ahora se presenta por primera vez en traducción directa del polaco.

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Libro Extranjero en todas partes de Gombrowicz

 

APU: ¿Por qué este libro? ¿Qué te llevó a escribir sobre Gombrowicz?

Mercedes Halfon: El libro nace a partir de una convocatoria de la editorial. Me propusieron escribir un perfil para la colección de Vidas ajenas, y después de algunas vueltas, llegamos a la figura de Gombrowicz. No tenía una relación muy profunda con él antes de empezar el libro. Había leído sus obras de teatro y Diario argentino. Pero una vez que empecé con la investigación, obviamente me fleché.

APU: ¿Cuáles son los elementos que destacan de los días argentinos de Gombrowicz?

M.H.: Me interesa el modo en que Gombrowicz pudo enfrentar la adversidad de sus primeros años en Buenos Aires, sin dinero, ni demasiados conocidos y sin hablar el idioma. Hay poco escrito sobre ese período al que sin embargo él llama sus años poéticos. Me fascina cómo pudo iniciar una nueva vida, dejando atrás a su familia, amigos, costumbres. Hay un Gombrowicz que se inaugura cuando pisa suelo rioplatense. Esa capacidad de amar la adversidad, de hacerse uno con ella, de tomarlo de un modo bastante risueño, trágico pero a la vez bastante luminoso, me parece de lo más interesante de su tiempo en Argentina.

APU: ¿Cuál crees que es el lugar de Gombrowicz en la literatura argentina? ¿Cuál el legado o la impronta que deja?

M.H.: Es una pregunta que tiene muchas interpretaciones posibles. No es obvia la respuesta. Lo pregunté mucho mientras hacía la investigación y me han dicho cosas muy diversas. Mi impresión es que sí hubo una marca fuerte en una generación de escritores que empezaron a escribir en la década del setenta, sobre todo los vinculados con la revista Literal: Germán García, Luis Gusmán, Osvaldo Lamborghini y también César Aira. La leyenda de Gombrowicz estaba fresca cuando ellos se están formando. Incluso Ricardo Piglia lo nombra como una figura central de la novela argentina, un poco irónicamente, a partir de la anécdota de la traducción colectiva de Ferdydurke. Creo que Gombrowicz, con su literatura de ideas, bastante beligerante, bastante cómica, se les presenta como una alternativa, una especie de anticanon. La vía Gombrowicz es una vía de experimentación con el lenguaje, con los géneros, con una lengua muy afilada.   

APU: ¿Por qué el grupo de la revista Sur lo ignora? ¿Qué hace él con esa relación?

M.H.: Posiblemente porque era un polaco medio lumpen, porque no les rindió honores, porque era un excéntrico, un soberbio. Se cayeron mal mutuamente. Está muy bien expresado en Diario argentino, «¿Cuáles eran las posibilidades de comprensión entre esa Argentina intelectual, estetizante y filosofante y yo? A mí lo que me fascinaba del país era lo bajo, a ellos lo alto. A mí me hechizaba la oscuridad de Retiro, a ellos las luces de París».

“Creo que Gombrowicz, con su literatura de ideas, bastante beligerante, bastante cómica, se les presenta como una alternativa, una especie de anticanon”.

APU: Hacia el final del libro te preguntás "¿Quiénes son los seguidores de Gombrowicz?" ¿Tiene lectores en la actualidad? Más allá de que los tenga, ¿crees que sus temas, sus novelas, su estilo, tienen correspondencia con la época actual?

M.H.: No sé, por lo que veo en mi entorno, en mis alumnes, en mis amigues, no es un escritor demasiado leído, o afín con la época. Su literatura es muy compleja, es un escritor de vanguardia, y hoy lamentablemente pareciera que cuesta leer textos así, que imponen una dificultad. Por otro lado, es una literatura combativa en el sentido de que se tira en contra de lugares establecidos, pensamientos comunes de su época: el nacionalismo, el comunismo, el catolicismo, la entronización del arte. Todo eso lo va a discutir. Esta época, quizás, es una en la que las batallas que se dan en las artes son más suaves, más en voz baja, la corrección política impera, y Gombrowicz desafina aún más que en su momento. Por todo esto creo que más que nunca ¡Hay que leer a Gombrowicz!

APU: ¿Cuál es la relación de Gombrowicz con el teatro y con la poesía? ¿Qué lugar ocupan sus obras en el conjunto de su producción literaria?

M.H.: Gombrowicz es un dramaturgo fascinante que se adelantó al teatro del absurdo más de 10 años. Sus dramas tardaron muchos años en ser llevados a escena por su carácter vanguardista, recién en los 60 Jorge Lavelli pudo hacer justicia a sus planteos escénicos. En cuanto a poesía, está su conocido manifiesto “Contra los poetas”, que es un texto que debería leer cualquiera que quiera escribir versos, es una especie de alerta, de llamado de atención sobre aquello que no hay que hacer, que es fundamentalmente tomarla como una especie de religión.

APU: Estás trabajando un próximo libro ¿Algo que puedas comentar?

M.H.: Estoy cerrando una novela, que es una especie de saga familiar que tiene en el centro a mi padre. En estas semanas tengo que imprimirla y hacer las últimas correcciones. ¡Unos nervios!

*Por decisión del autor el artículo contiene lenguaje inclusivo.