La veleta: una apuesta por la militancia artivista

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La veleta: una apuesta por la militancia artivista

19 Julio 2020

Por José Pintos y Yudith Pintos

A La Veleta la pensamos, discutimos y gestionamos entre José y Yudith Pintos, ambos, responsables del proyecto. Iniciamos nuestra actividad como centro cultural, espacio alternativo, artístico, de investigación, producción, formación y militancia artivista en noviembre del 2011. Bregamos por una educación no formal y por todas las instancias de laboratorio y experimentación procesual que La Veleta y quienes la habitan puedan vivenciar.

A este proyecto lo activan y potencian quienes transitan la casa: lxs artistas visuales, actores, directores, coreógrafxs, bailarines, cantantes, poetxs, fotógrafxs, colectivos sociales y militantes de los derechos humanos. Sin ellxs no existiría La Veleta.

Cuando inauguramos, hace 9 años lo hacíamos siguiendo un impulso por nuestras necesidades artísticas personales pero muy pronto esas necesidades dejaron de ser personales para ser compartidas, por lo que el espacio rápidamente pasó a formar parte del circuito cultural independiente de la comunidad de San Miguel de Tucumán.

Actualmente, La Veleta está emplazada en “El Bajo”, en las márgenes del microcentro tucumano que es una zona muy transitada y comercial durante el día, y en las noches deviene en “zona roja.”

Por medio de talleres, clases, ferias, exposiciones, obras de teatro, danza, conciertos y un sinfín de actividades, buscamos la participación de un público diverso con el objetivo de promover la inclusión, los intercambios, la difusión y la formación de y en las artes. Este engranaje que a diario se pone en funcionamiento bajo el techo de esta casa, esa complicidad amorosa entre hacedores del arte que trabajan a pulmón, busca el crecimiento constante de las personas que transitan por el lugar, generando un mejor vivir colectivo y la realización de los proyectos artísticos de nuestra sociedad. Los objetivos van creciendo a medida que aceitamos el desarrollo de las actividades y se acrecientan las posibilidades del espacio físico como campo para la producción artística en general.

La Veleta, (es muy loco mencionarla en tercera persona. Nos excede, nos trasciende, como algo que nació nuestrx y se hizo de todxs), durante días “normales” abre sus puertas desde la mañana y hasta las 23:00h.

De a poco, sin ningún guión, con una mudanza y varios tropiezos, logramos un sistema de retroalimentación económica, entonces, el dinero que ingresa se usa para mantener, mejorar y/o equipar los espacios para el desarrollo de las actividades, invirtiendo también en la producción de diferentes proyectos, sean éstos ajenos o propios, siempre colectivos. Todo esto que menciono se logra con traccióna sangre, a veces somos talleristas, técnicxs, o iluminadorxs o bien un día somos albañiles, electricistxs, jardinerxs, cocinerxs, maestranza y muchos etc. Hacemos lo que hacemos porque queremos hacerlo, ahí radica el principal hecho de ser independientes.

Estamos abiertos a la comunidad, nosotros gestionamos el espacio de manera permanente, pero cada personx que trabaja en el lugar puede sentirse parte del mismo rápidamente. Al menos eso intentamos concienzudamente, nos gusta pensarnos como casa que contiene y cobija. Buscamos generar un espacio confiable, seguro y contenedor; un espacio amigo que quiere ser un refugio para la comunidad en general y para la artística en particular.

En este tiempo logramos instalarnos como parte del circuito de los espacios culturales y también de las salas teatrales. Hemos participado de las últimas tres Fiestas Provinciales de Teatro, y tenemos ofertas teatrales tanto locales como de la región.

La integración de variadas disciplinas y lenguajes artísticos es nuestro sello. Los docentes dan clases en varios lugares, es decir que no tenemos exclusividad de ningún tipo, esto mismo genera un vínculo especial con otros espacios de gestión artística / cultural e interesantes cruces entre proyectos y espacios culturales.

En la cotidianidad, el flujo de gente es diverso tanto por la oferta de talleres como de los eventos, sin duda los fines de semana la actividad y el flujo de personas se diversifica e intensifica. Se suceden, ininterrumpidamente de jueves a domingos funciones de teatro, de danza, exposiciones de arte, ciclos de cine, recitales musicales y ferias.

Imposible mencionar La Veleta sin nombrar dos grupos que durante todo el año trabajan haciendo base permanente, el Grupo de Teatro-danza El Hervidero y el GIT (Grupo Intervencionista Tucumán) quienes desarrollan sus reuniones, ensayos, charlas, funciones, entre otros eventos, en nuestra casa.

Este año, por los motivos mundialmente conocidos, sólo llegamos a tener un mes álgido de producción y luego todo se interrumpió abruptamente. Ahora estamos escribiendo y analizando nuevas formas de accionar y abrazar en la virtualidad mientras el confinamiento social así lo requiera. De a poco vamos activando la casa y lxs cuerpxs mediante un protocolo para cuidarnos entre todxs.

En todo este panorama es esencial e indispensable la colaboración de Vale Cardillo, artista plástica y gestora que contiene a diario, de manera general las necesidades de cada evento particular.

La Veleta no recibe ni recibió ningún tipo de subsidio permanente pero recientemente quedamos seleccionados para el Fondo Desarrollar, impulsado por el gobierno nacional con quien estamos agradecidxs por las medidas urgentes para cultura, en esta situación de pandemia.

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