Kike López: “Teatro Sanitario de Operaciones tiene una cuestión donde no hay moral a la hora de crear, todo vale”

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    Kike López
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APU ENTREVISTAS

Kike López: “Teatro Sanitario de Operaciones tiene una cuestión donde no hay moral a la hora de crear, todo vale”

28 Febrero 2024

Kike López, director y actor de Teatro Sanitario de Operaciones, conversó con Agencia Paco Urondo sobre Mantua, obra que replica la historia de Romeo y Julieta, pero desde el sueño de la hija de Capuleto. 

Agencia Paco Urondo: Teatro Sanitario de Operaciones (TSO) es una compañía que nace en 1996, yo los pude ver con Zamarra y con Piedad y no me los pude quitar de la cabeza, algo que le pasa a la mayoría que transita por ellos como público.

Kike López: El TSO viene desde el 96, tiene 27 años. Con pasaje de gente, con propuestas de espectáculos, de eventos, intervenciones, etcétera. Tiene una cuestión de impacto y se hace en espacios no convencionales. Entonces, todo es como muy pregnante a la hora de mirarlo y te queda como grabado en el recuerdo por mucho tiempo. Esta obra, Mantua, la que estamos presentando ahora, es una que hicimos en el 2001, la estrenamos en Cemento. Recorrió todo el país, estuvo en Brasil, en España, hizo giras por todos lados. Es una obra de las más fáciles para montar y hacer en distintos espacios. Tenemos otras, como Aparecido, que es para el puente de la Boca, son intervenciones urbanas para un sitio específico.  Esa es la propuesta, el deseo de trabajar en espacios no convencionales y tratar de hacer un tipo de teatro que tenga este impacto visual, pero que no se quede sólo en eso sino que tenga por detrás algún tipo de contenido o relato.

APU: Repasando un poco los espectáculos puede decir que la colonización estuvo presente, la dictadura militar, la lucha de clases: siempre hay un mensaje político.

K.L.: Zamarra era la conquista, la colonización. Es más, nos convocaron de España para hacerla. En Cádiz la hicimos, en el bastión de la Candelaria, un lugar emblemático. No podíamos creer. Después tenemos C.A.B.A. que habla sobre Derechos Humanos, igual Aparecido que es un emblema y homenaje a los desaparecidos. Tenemos obras que van a lo filosófico como es Cotidiana, que interpela qué somos como gente, personas, humanos, y qué hacemos en este mundo. También hacemos Cuatro invitaciones, sobre textos de Bertolt Brecht. Y Mantua, que es hacer una relectura de Shakespeare a nuestra forma, es una de las obras más rocker que tenemos. Hay fuego, agua, rock and roll hasta el final, es una historia de amor, en definitiva.

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APU: Los cuatro elementos. 

K.L.: También hay tierra. La historia la contamos desde el sueño que tuvo Julieta cuando tomó la pócima que la puso a dormir para escaparse con Romeo, cosa de la que nunca se entera y creyéndola muerta, se suicida. Ese sueño es lo que nosotros hacemos, Shakespeare nunca lo escribió, pero a nosotros nos dio paño para hacer lo que quisiéramos con Romeo y Julieta.

APU: Cuando uno descubre el TSO, inevitablemente piensa en La Negra o a la Fura dels Baus como lugares de inspiración ¿Encuentran elementos conceptuales de estas compañías en ustedes?

K.L.: Con respecto a la Organización Negra, salvo algunas intervenciones que eran más específicas, no trabajaban tanto un argumento, un contenido discursivo y sí el impacto visual y la imagen. O sea, era lo que le sucedía a la gente. Ese era el discurso que ellos habían apreciado cuando vieron por primera vez a la Fura dels Baus en Córdoba, en el año 86. Fueron replicando, a su forma, e hicieron U.O.R.C., en Cemento y después La tirolesa. Pero eran como imágenes, fue la misma línea que después, en el desprendimiento, siguió trabajando De la Guarda y hoy trabaja Fuerza Bruta en los shows. El TSO empezó como soporte de bandas de rock, antes de de las bandas que tocaban en Jekyll estábamos nosotros. Salíamos entre todos los funkies de esa época, era muy gracioso. Pero siempre tratamos de darle un hilo argumental. Hoy en día ya se entiende mucho más, porque el público es más asiduo a este tipo de relatos con imágenes donde el texto no es lo primordial para entender algo, sino qué van contando esas imágenes con música, con texto también, con soportes visuales. En esa conjunción de lenguajes se genera un argumento y en eso nos basamos el Teatro Sanitario de Operaciones. A su vez, está la cuestión de sanear espacios, esos no lugares que nosotros convertimos en espacios para contar algo que quedó en tu en tu cabeza o en tu corazón.

APU: El público también es parte, se borra el límite entre espectador/ actor y hace que comprendamos todavía más la obra,  como en Piedad, donde recuerdo que todos terminamos tirando cosas y participando de una lapidación colectiva.

K.L.: Fue reloco. Esa obra la produjo Lino Patalano y tenía un montón de producción, pero la parte más fuerte era esa, lo que le pasaba al público cuando entraba como un juego donde tiraban la pelotita y estaban apedreando, era una lapidación. Eso terminaba en un personaje crucificado y era entender un poco la realidad en que estamos sumergidos. Eso pasa hoy en día, terminamos haciendo cosas que no sé si son las que queremos hacer.

APU: Me das pie para traerlo a lo que sucedió en nuestras elecciones pasadas.

K.L.: Lo que sentimos hablando con el grupo en general, más allá de la política, fue todo un tema que se nos planteó en ese momento. Algunos proponían el cartel “no a Milei”, otros decían “no, porque está éste del otro lado”. Es un juego democrático, hay que respetarlo y llevarlo así porque nadie está fuera de la ley, aún. Real es a darnos cuenta que estamos sumamente manipulados, es difícil poder armar una idea propia, es todo repetición. Hay tal invasión mediática en el individuo que no te deja tiempo para aburrirte y para pensar. Es un poco lo que hago en el espectáculo: te introduzco, si quiero te hago tirar las pelotitas o ahora en Mantua, sabes que te voy a mover de un lado para el otro. Tiene que ver con la propuesta.  

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APU: Con respecto a la usina de ideas, de los guiones, conceptos ¿Es una cuestión colectiva o hay alguien que se encarga?

K.L: Muchos de los guiones los armo yo, pero no es que los pienso sino que muchos salen de los espacios. Por ejemplo, la última obra que hicimos fue Prohibido y la hacíamos en La Paternal, en un galpón que tenía 3 pisos. Salió la idea de hacer una escena por piso, como un negocio inmobiliario donde te están mostrando una propiedad. Sale una idea que, cuando la  vamos pasando, se le van haciendo improvisaciones, agregando cosas a partir de esta idea madre y yo, lo que voy haciendo, es rescatando y armando un guión de eso. Después se retoca, pero es un trabajo colectivo donde luego va una música, un sonido, luces, un montón de otros lenguajes que van aportando a ese guión. Teatro Sanitario de Operaciones tiene una cuestión donde no hay moral a la hora de crear, todo vale, por eso convivimos con el punk y con la cumbia.

APU: ¿Cuál es tu trayectoria como actor, cómo te fuiste formando hasta que llegaste a ese taller con la Fura que dio inicio a TSO.

K.L.: Empecé con Los Macocos. Tomé un curso con Daniel Casablanca, de clown, y enseguida empecé a trabajar con ellos porque me encantó. No venía del palo del teatro, venía más del periodismo, de la fotografía, de otro lado. Empecé de técnico en un show que se llamaba Macocos, mujeres y rock. Te hablo de la prehistoria. Luego empecé a trabajar en el teatro San Martín, en diferentes propuestas. Después entré en la parte de Organización Negra que, ya separada, había decidido seguir con Almas Examinadas y Argumentum Omithologicum. A continuación trabajé en una incisión de eso en una propuesta que montaron en la sala Cortázar, en el Centro Cultural Recoleta. Luego viene La Fura dels Baus a Buenos Aires (yo también era instructor de acrobacia) y estaban buscando como un personal trainer, pero de teatro, no uno deportivo. Me presenté y trabajé con ellos en lo que fue el seminario. A partir de ahí, con algunos de los que tomaban el seminario armamos lo que es el grupo. Soy guionista, docente y director de TSO. 

APU: ¿Cómo se va conformando el elenco? ¿La gente se va acercando, ustedes la buscan? ¿Hay alguna característica en especial?

K.L.: Nosotros lo que damos es un seminario o un taller de entrenamiento teatral de lo que es el Teatro Sanitario de Operaciones. Empecé entrenando yo y lo abrí a la gente. Empezaron a venir alumnos, exalumnos y gente en general. Lo que tiene el TSO es un lenguaje bastante propio. No es sólo actuar, no es las artes escénicas. El que lo integra tiene que hacer técnica, tiene que ser actor y saber de todo. En un punto, tiene bastante que ver con lo que es el circo sin su estética. Esta cuestión de trabajar entre el público necesita de eso, porque hay que tener mucho cuidado, cuando vos trabajás en un escenario el público está protegido, tiene su lugar y nosotros tenemos nuestro lugar y no nos tocamos. Pero cuando hay cercanía, movimientos, roce, hay que tener una mirada mucho más abarcativa de todo lo que sucede. No hacemos casting, a partir de esos seminarios o talleres de entrenamiento o de altura, vamos convocando a la gente que está interesada en trabajar en los espectáculos.

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Kike López
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APU: ¿Con qué plantilla de gente cuenta hoy el TSO?

K.L.: En el grupo de whatsapp, que es lo que tenemos hoy como planilla, creo que somos 35 personas, más o menos, entre técnicos, actores, gente que trabaja en difusión. Hacemos todo nosotros. Nos apasiona trabajar en este tipo de lenguaje y que salga de nosotros mismos. En algún momento, con esto de las redes, tratamos de meter gente que viniese afuera, pero no funcionaba porque esto tiene mucha identidad. Sólo el que vio al TSO empieza a comprender un poco. Si no, es difícil contarlo, los videos no lo muestran, es un acto, es un hecho en vivo, tiene mucho que ver con la performance.

APU: En esto de ocupar diferentes roles ¿Puede haber alguien actuando y en la función siguiente o en otro espectáculo, hacer la técnica?

K.L.: En Mantua, por ejemplo, hacemos una operación técnica que es de colgamiento y los mismos actores son los que concretan saliendo de escena o dentro de la escena, porque nosotros tenemos planos que son bien protagónicos y otros aledaños. En estos últimos están ellos, desde sus personajes operando esa acción. Sí hay algunos que en una función actúan y en la siguiente están exclusivamente de técnicos de altura y de luces. Nos vamos turnando en eso, tratamos de matar el tema de los egos. Lo que tratamos de enseñarle a la gente en los seminarios es, justamente, que esto es un trabajo en equipo. Está todo concadenado. Cuando ocurre un error, es un dominó porque empieza a caer todo, pero si anda todo bien, funciona.    APU: ¿Cómo es la relación con el público que lo que los va a ver?

K.L.: Con Prohibido salió un concepto que está bueno. Decimos “nuestro público es un público curioso”. No sé si busca algo nuevo, pero es curioso, ya desde la propuesta y el lugar. No sé si hoy en día la palabra es under, off o teatro inmersivo, pero realmente es una elección. Es todo un tema para el grupo porque todos hacemos la carrera como para trabajar de esto, vivir de esto, necesitas entrar en la industria. En un momento nos planteamos que entrar en todo eso es un poco matar la libertad que tenemos al hacer lo que hacemos. Por eso, en una nota, dijimos “nosotros somos millonarios, hacemos lo que queremos”. Nos bancamos nosotros y realmente la pasamos muy bien, no hay plata que te lo pague, eso no pasa por el dinero, en un punto. Sí hay producción, tenemos un montón de plata puesta, pero estoy hablando en otro sentido.

Yo trabajo en el teatro Maipo, todos tenemos laburos que tienen que ver con el teatro. El TSO tiene esa cosa de buscar lugares a descubrir, que a veces te dicen no voy ahí ni en pedo. La gente va a calle Corrientes, ahora Almagro, Villa Crespo, Palermo Hollywood, pero no a Barracas, no una fábrica, una gráfica. Tenés como toda una propuesta, una salida. ¿Qué público va a haber eso? Mirá, vino gente de La Nación hasta gente de Tiempo Argentino. Es público que busca algo nuevo, otra propuesta, que es más ávido de espectáculos y va a ver qué sucede.

APU: Hay un libro que recopila ideas, conceptos que toman ustedes para construir los guiones, contanos un poquito del mismo.

K.L.: Lo escribió una de las directoras que es Jacqueline Miller y habla justamente de todo lo que es el trabajo. El arte vivo es lo que va a quedar en pie, con la inteligencia artificial y todo eso. Las carreras para el futuro que recomiendan es que los hijos sean futbolistas o artistas, porque el resto va a ser fácilmente replicable. Pero hay cosas que tienen que ver con la empatía, el arte y con ciertas habilidades que no están pudiendo ser replicadas porque son totalmente inestables. No hay máquina que llegue a esa inestabilidad. El libro habla de eso, de poner el cuerpo en vivo. Cuando vos ves un cuerpo, podés poner la técnica que quieras por detrás, la pantalla más grande que quieras, pero tus ojos y tu atención va a ir a ese cuerpo. Es el que siempre llama la atención, esa irregularidad que tiene al moverse, esa espontaneidad que puede salir para cualquier lado. El libro se consigue, en la página del grupo en teatrosanitario.com.ar están todos los links. O en el Instagram o el Facebook. Ahí lo piden, nos ponemos de acuerdo y se lo acercamos o bien lo pasan a buscar.