Documental “Mapa de sueños latinoamericanos”: “Todos somos parte de un tejido”

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Documental “Mapa de sueños latinoamericanos”: “Todos somos parte de un tejido”

01 Agosto 2021

Por Analía Ávila 

Mapa de sueños latinoamericanos, ópera prima del artista multimedia argentino Martín Weber, se estrenó en la sala Malba Cine el 8 de julio, y reinauguró el mes pasado las funciones presenciales de ese espacio a casi un año de su cierre. El film ya está disponible en la plataforma de Cine.Ar 

El documental fue filmado en Argentina, Perú, Nicaragua, Cuba, Brasil, Colombia, Guatemala y México, y está basado en el libro homónimo del fotógrafo y director publicado en 2018 por Ediciones Lariviere. Entre 1992 y 2013, Weber recorrió Latinoamérica fotografiando en el camino a sus protagonistas, pidiéndoles que escribieran un deseo en una pequeña pizarra de madera. Años después y con esas fotografías como único mapa, Weber emprendió un nuevo viaje por esas mismas ciudades en busca de aquellas personas. ¿Qué fue de sus vidas? ¿Y qué fue de sus sueños? Los paisajes latinoamericanos se suceden y se confunden. En todos alguna forma de violencia parece haberse mantenido de algún modo, así como las miradas de esas personas sosteniendo entre las manos un deseo. Historias colectivas y privadas que se modifican mutuamente, en un viaje que exhibe la multiplicidad de colores de la región. 

Mapa de sueños latinoamericanos ganó el premio al Mejor Documental en Cinélatino /Rencontres de Toulouse 2020; al Mejor Documental en Seattle Latino Film Festival 2020; al Mejor Largometraje Documental Internacional/Festival Ícaro 2020, y obtuvo una Mención Honorífica en Brasilia International Film Festival/BIFF 2020.

APU dialogó con el director del documental. 

AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo nació el proyecto de publicación del libro con fotografías del primer viaje que emprendiste por Latinoamérica? ¿Surgió antes o después del viaje?

Martín Weber: El proceso se fue dando a medida que avanzaba el proyecto. El formato del libro estaba previsto y quizás anhelado tiempo antes. Lo central de la primera etapa fue el deconstruir la práctica documental en sí. Dejar de “tomar” fotografías y pasar a construirlas en colaboración. Una acción repetida en ocho países de Latinoamérica. Esa acción estaba dirigida a interrumpir la vida cotidiana con una pregunta: ¿puedes escribir un sueño o un deseo que tengas? Su respuesta se convertía en el guion mínimo de una puesta en escena. El registro fotográfico revelaba una construcción conjunta.

Luego de 20 años la idea del libro se cristalizó. Una ardua etapa de escritura, diseño y edición se expresa en su propia materialidad: el dorado de la cubierta y el plateado del prefacio invita a pensar en el espacio simbólico alrededor de los recursos materiales/minerales, y de una trágica historia de dominación. En ese proceso hay un repasar la historia personal y reflexionar sobre la colectiva. Darme cuenta que después de dos décadas yo había cambiado, y asumir que de la misma manera la vida de aquellos que habían compartido sus sueños y deseos lo habían hecho. Surgió la necesidad del regreso a dar testimonio de los cambios en Latinoamérica a través de sus vidas.

APU: ¿Cómo fue el proceso técnico del paso de la fotografía al documental y qué te impulsó a emprender esta ópera prima?

M.W.: Para mí es tan importante lo que sucede frente a cámara como la manera de registrarlo. Hay una vuelta al uso de una cámara de placas al estilo de las antiguas, montada sobre un trípode. Deliberadamente ralentar el tiempo del encuentro y despegarse del artefacto al momento del registro. Realizar mi labor a la vista de los retratados. Observar y ser observado simultáneamente. La elección del blanco y negro resuena con la fotografía humanista y documental a la que buscaba cuestionar. En el paso al film se suma el color, la imagen en movimiento y el sonido. En esa transición el derretir los momentos congelados de las fotografías toma la forma de las cámaras lentas en los momentos de transición entre un país y otro. Escenas que enmarcan los testimonios de los protagonistas. Hay un trabajo en el sonido que acompaña esa transición. Y la música de Gustavo Santaolalla es fundamental.

APU: ¿En qué te basaste para seleccionar los ocho países que están en el documental?

M.W.: Partí de la base de que no iba a poder cubrir a todos. Busqué aquellos que podían dar cuenta por otros, ya que compartían eventos en su historia que los unían. Argentina por ejemplo podía dar cuenta de las problemáticas de Uruguay y Chile. Así también elegí aquellos que se distinguían como Brasil, que se destaca por idioma, cultura y etnicidad. También elegí Cuba y Nicaragua, ambos con historias revolucionarias que contienen distintos desenlaces. En definitiva, cada pueblo y ciudad fueron elegidos por el valor que aportarían como contexto de historias que reflejaban la historia reciente de cada comunidad, país y el continente.

APU: ¿Podrías mencionar una o dos anécdotas o historias de vida que más te hayan conmovido, de cuando te reencontraste años después con tus fotografiados?

M.W.: Es muy difícil. Creo que todas contienen alguna. Desde ya todas están repletas de sorpresas. En el regreso a Colombia la información que teníamos del joven que había deseado morir podía no ser cierta. Nos habían dicho que su sueño se había cumplido seis meses luego de ese único encuentro. Se sembraba la duda. Fue conmovedor encontrar una resiliencia iluminadora, y una enorme capacidad de reflexionar sobre la propia historia. Hay frases que aún me ponen la piel de gallina.

APU: ¿Cómo fue la transformación en tu mirada personal de algún país o aspecto de Latinoamérica desde ese primer viaje hasta después del segundo?   

M.W.: Lo que cambian son los testimonios a los que me enfrento. Creo que es indudable un idealismo de juventud que se enfrenta a las experiencias en el tiempo. Hay un ajuste a descubrir la dureza que contienen muchas de estas historias. Asimismo pagar respeto a la resiliencia y fortaleza que ilumina el camino por delante. Hay una frase que encuentro en el film: “Cuidado con lo que sueñas”. Quizás el proceso fue un gran aprendizaje a reflexionar sobre esto, nuestro contexto y las condiciones, que si las replicamos, nos van a devolver resultados similares. Yo logré comprobar desde lo mínimo de mi propuesta, que la manera de hacer lo que hacemos, es parte fundamental de lo que hacemos. El resultado espero compartirlo: una gran invitación a escuchar y ponerse en el lugar de otros. Entender su contexto. Trabajar por los sueños de otros, es hacerlo por el propio. Todos somos parte de un tejido.

Ficha técnica
Mapa de sueños latinoamericanos
 Map of Latin American Dreams 
(Argentina, México, Noruega, EEUU, 91 min, 2020)
Calificación SAM 13 / Distribución APIMA

Escrita y dirigida por Martín Weber / Compañías productoras: Martín Weber Studio, Maravillacine, Ciencine, Lightsource Film Productions, Wandering Pictures, Avanti Pictures / Productores: Martín Weber, Paula Zyngierman (Argentina), Yadhira Mata, Julián Baños (México) / Coproductores: Arne Dahr & Finn McAlinden (Noruega), Jack Zagha & Yossy Zagha (México), Owen Smith (Estados Unidos) / Dirección de fotografía: Emiliano Villanueva AMC , Alejandro Arballo, Rodrigo Sandoval, Ivan Gierasinchuk ADF, Owen Smith, Martín Weber / Edición: Valeria Racioppi SAE & Martín Weber / Música: Gustavo Santaolalla / Testimonios: Delia Giovanola, Casimira Quispe, Danilo Rodríguez, Ivanilda da Silva Veloso, Hilda Rodríguez Aguilar, Cristian Castro Sosa, Lidia Cruz, Adriana Romu.

Trailer Mapa de sueños latinoamericanos 

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