La Nación celebró el debate sobre medios en TN pero ignoró a una de las participantes
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El diario La Nación dedicó un artículo al debate que ayer tuvo lugar en TN, señal de cable del Grupo Clarín. El título de la nota fue "Lanata: 'Estoy en contra del periodismo militante'". En contra del espíritu del programa de anoche, que buscó reflexionar sobre la situación de los medios en Argentina atendiendo "todas las voces", el matutino prefirió una mirada marcadamente sesgada. Esa que La Nación atribuye a los "medios k".
Para comenzar, se eligió como título la reflexión de uno de los participantes, el más crítico con el Gobierno Nacional. Sin embargo, la bajada de la nota fue más elocuente: "El periodista participó de un debate sobre medios y poder político junto con el filósofo Tomás Abraham y Florencia Saintout, decana de la facultad de Periodismo de La Plata; duras críticas al oficialismo". Una de las conclusiones del intercambio de anoche fue la necesidad de reconstruir algún tipo de objetividad, que supere la tensión kirchnerismo/antikirchnerismo. A La Nación poco le importó: en la nota prefirió quitar a uno de los participantes, la intelectual María Pía López. Y optó por destacar las "duras críticas" al kirchnerismo obviando cuestionamientos muy fuertes al sistema privado de medios. ¿Habrá visto el programa quien redactó el artículo?
El debate tuvo lugar en el programa A dos voces, de TN. Sumaron sus opiniones el periodista Jorge Lanata, el filósofo Tomás Abraham, la decana de la Facultad de Periodismo de La Plata, Florencia Saintout, y la intelectual María Pía López. Durante media hora, intercambiaron pareceres sobre la situación de los medios en la Argentina, a partir de un documental crítico con los gobiernos de Ecuador y Venezuela. Lanata y Abraham argumentaron otra vez sobre la existencia de la censura en la Argentina. Lo hicieron en un programa de uno de los principales grupos comunicacionales del país, en hora pico. Por lo visto, la censura presenta algunas grietas.
Lanata argumentó también contra los monopolios, privados o estatales: "Nadie va a estar de acuerdo con un monopolio, ningún periodista sensato, nacimos peleando con eso y fuimos victimas de eso. No quiero que un monopolio privado sea reemplazado por uno estatal". Abraham insistió con un clisé de los opositores al kirchnerismo: "Hay una intención desde el Gobierno de callar o silenciar a todo aquel que piense diferente". Pía López replicó al respecto: "Eso ocurre con la oposición. Cuando salió Carta Abierta se nos dijo que escribíamos pagados por el Gobierno. En todo caso, no se trata de descubrir las operaciones en cada medio, se trata de pensar una nueva objetividad, con todos los problemas que ello implica". La Nación pudo dar cuenta de esta última afirmación, que complejizaba la discusión, si no hubiera ninguneado a la ensayista, como sugiere Abraham que hace "el kirchnerismo". Si Lanata y Abraham aceptaran discutir con honestidad deberían incluir en el interesante debate, por ejemplo, la propia cobertura realizada por La Nación. Ambos escriben para Perfil, tal vez lo hagan en próximas entregas.
De cualquier modo, la discusión se inscribe en un proceso más amplio que desde hace un tiempo se da en el país en torno a los medios de comunicación, el periodismo y la intervención estatal en la materia (entre otros tópicos). Que de por sí contradice cualquier mirada reduccionista que pretende centrar el análisis en la censura y el silenciamiento. Abraham, en una de sus infinitas contradicciones, señaló que "los nichos de independencia son cada vez más amplio, estos conflictos (los que se dan en Ecuador o Venezuela) no los veo en la Argentina, no porque no tenga confianza en el Gobierno en que quiera cooptar a todo el mundo sino porque la gente, la sociedad no lo va a aceptar". ¿En qué quedamos?
La discusión en las aulas de la academia durante los noventa, la emergencia de un amplio colectivo de organizaciones (Coalición por una Radiodifusión Democrática), la rebeldía de muchos trabajadores de prensa que una y otra vez cuestionaron a los monopolios (el caso más emblemático puede ser Victor Hugo, pero vale destacar entre tantos a Claudio Díaz), la ley de medios... Son hitos (no son los únicos) que dan cuenta de una sociedad argentina cada vez más receptiva para una reflexión que cada vez con más fuerza cuestionó diferentes sentidos comunes ligados con el periodismo y los medios de comunicación, como la independencia o la transparencia en el vínculo entre ellos, "la realidad" y la sociedad. El debate, sin dudas, continuará.