Schoklender: un traidor comprando su libertad, por Juan Ciucci

Schoklender: un traidor comprando su libertad, por Juan Ciucci

30 Septiembre 2011

Y no porque dudemos de la calaña del personaje en cuestión: cuando Vicente Zito Lema se fue, y dijo las verdades que por suerte escribió en una carta, la figura de este monje negro ya era internamente cuestionada. Pero Hebe y las madres lo apoyaban, lo cuidaban. Confiaban en él, un sujeto tan extraño como oscuro. Lo conocí de vista y en persona, en los pasillos de la universidad. Su ser destilaba desconfianza, resquemores. Uno creía que podían ser nuestros prejuicios, sabiendo su historia.


Pero no, fue un grave error de todos permitirle estar ahí. No querer meterse con él por no dañar a las madres. Y después de estafarlas y traicionarlas, ahora se pasea por donde las odian a comprar su libertad por todo el odio y las mentiras que pueda esbozar. Sus interlocutores lo miran incrédulos, pero felices. Están ante su gran premio, lo tienen ahí hablando pestes de Hebe, de las madres, la fundación, el gobierno.
Están tan felices que les cuesta creer que sea posible, en tan poco tiempo, tenerlo con ellos. Y él, bien predispuesto, contesta de todo y abunda en detalles escabrosos. Él, el imputado, nos enseña de moral y buenas costumbres. Casi se indigna con los oficios de la “mala política”; chanchullos que nunca abalo y que llegaban a desquiciarlo. Toda una fábula de buena conducta, de chismes del poder; a cambio de un apoyo por zafar de la justicia que tarda en llegarle. Si en los primeros días balbuceaba incoherencias, ahora se armo un cuentito que esta dispuesto a vociferar donde sea.
Quien mató a su madre, quiere ahora matarnos a las madres. Una gran tragedia estamos presenciando, una extraña “mueca del destino”. Por suerte las madres tienen la fortaleza necesaria para bancarse este atropello, esta falta de toda consideración. Están sin guita, con reclamos que les llevan a la plaza, su plaza, todos los jueves cuando marchan. Marchas que ahora cubren los medios hegemónicos, los operadores del estilo C5N; cuando nunca en la historia habían puesto ni un micrófono ahí. Van a buscar el escándalo, lograr la imagen de una Hebe atacada, repudiada. Lo que ellos vienen haciendo hace añares, desde que les decían las locas.
Por suerte la plaza esta llena, el pueblo sale a bancarlas, ya no cree lo que le dicen los comentaristas de la realidad. Tantos años amparados por sus pañuelos, teniendo su regazo para soportar tanto dolor y tanta desidia, no pueden olvidarse. Estuvimos, estamos y estaremos con ellas. Son nuestra reserva moral; una parte de nuestro orgullo de ser argentinos. (Agencia Paco Urondo)