El "millón de créditos" no es campaña electoral, es un programa‏ de gobierno

El "millón de créditos" no es campaña electoral, es un programa‏ de gobierno

20 Octubre 2015

Por Inti Alpert (Red Tecnopolítica)
 
Una publicidad del FPV dice que el PROCREAR le dará paso a la construcción de un millón de viviendas. ¿Puede hacerse?
 
Sí. Se puede. Y es muy interesante el como. Un como afirmativo, sin tilde. No una pregunta sino una manera de llevarlo a cabo. Que puede no ser la única pero que al menos muestra que lo absurdo no es pensar en hacer un millón de viviendas, que es un tercio de las estimadas necesarias, sino que lo absurdo es pretender que una política educativa, de salud o de seguridad, sean efectivas, con unos 10 millones de personas que se desarrollan en la exclusión territorial.
 
El principio de ese millón de casas son los lugares que ocupan cientos de miles de ellas, en asentamientos informales, o sea en tierras que en algunos casos hay que abandonar pero que mayoritariamente hay que simplemente pagar, subdividir y dotar de servicios.
 
Urbanizar como corresponde un asentamiento no cuesta más que 50 mil pesos por lote en el promedio nacional. Y no se trata de “dar escrituras”, “ampliar derechos” o “reivindicar ocupaciones ilegales” a medida que el presupuesto de un estado en déficit estructural lo haga posible. Sino que cualquier familia que reciba la escritura de su casa, pague las cuotas que le darían un lote normal, en un barrio normal.
 
Junto a la escritura, un plan de pagos de 50 cuotas de mil pesos. Y para los que lo necesiten, estarán los ministerios y secretarías de acción social que lo acompañen, pero el crédito, en principio, y la exigencia del pago, pueden darse a la totalidad de las familias.
 
El volumen estimado del movimiento económico básico que contemplaría esta propuesta, es la canalización de un millón de créditos de $50 mil, a cada una de las familias residentes en barrios informales o que necesitan comprar un terreno, que junto a la inscripción fiduciaria de las parcelas que ocupen, obtendrían el crédito para su urbanización y puesta en valor.
 
Pagables en esas 50 cuotas de $1.000, actualizadas según la evolución del costo de la construcción y/u otros indicadores similares. Para que esto fortalezca al Estado y a los fondos que puede disponer para acompañar ese fondeo y no contribuya a su quebranto. Así como aprovechar las inmensas cantidades de pesos que hay que orientar a la producción y que estarán disponibles si se les respeta su poder de compra a largo plazo.
 
En términos globales, urbanizar al costo las villas y asentamientos del país no es otra cosa que un negocio que proyecta en la sola intervención territorial, un movimiento de 50 mil millones de pesos. Sin incluir las construcciones, con las que alcanzaría los 150 mil millones mínimo, si se piensa un gasto desde $ 100 mil por casa que se inicie, amplíe o mejore.
 
Esto no requiere nada que no tengamos ya que tanto los bancos Nación y Provincia, como el PROCREAR, el ANSES y el Banco Hipotecario, son instrumentos más que adecuados, si amplían su marco de funcionamiento e incorporan los Fideicomisos de Urbanización Social, las Viviendas Industrializadas, el fondeo en el Mercado de Capitales y la Actualización por Bienes Reales, como parte de una política masiva de vivienda.
 
Los Fideicomisos de Urbanización Social permiten urbanizar un barrio paulatinamente, por menos dinero y en tiempos más breves que un desarrollo particular o los que el estado intenta y eternizan por falta de recursos.
 
Las viviendas industrializadas, de altas prestaciones, con diseños escalables y buenos niveles de terminación, bajan el costo promedio del m2 al 50% del actual o menos. Y dan excelentes resultados en todos los países en los que se decidió que los trabajadores vivan dignamente.
 
El Mercado de Capitales financia la venta en cuotas de bienes de consumo y puede hacer lo mismo con riqueza estructural. Con los estados locales cumpliendo un rol comparable al de las cadenas de electrodomésticos, pero en temas más relevantes que Smartphones. Y el ANSES ha participado y participa de múltiples Fideicomisos Financieros que podrían acompañar este modelo.
 
Y la actualización de los créditos según el efectivo costo de la construcción, combustibles, granos, o cualquier canasta de bienes, que sea de preferencia de quienes prestan y quienes reciben el crédito, permitiría que la inmensa cantidad de Pesos que busca refugio en el dólar o en chucherías importadas, financie trabajo y riqueza local.
 
No podemos seguir dependiendo de un sorteo para que el pueblo acceda a la vivienda, ni para que los trabajadores y las empresas tengan el trabajo que quieren y pueden hacer.
 
Lo del Millón de Créditos no es en problema sino una solución. 

Y no es Campaña, es Programa