Interna en la 12: Dos muertos: ¿Y ahora qué?
Por Horacio Bustingorry I Las internas de las barras han dejado dos nuevos muertos. Este trágico fenómeno, muy propio de los últimos años, amerita soluciones en un sentido diferente a las consabidas políticas de “prevención de la violencia”. Sin embargo, nuevamente se recurre a la única receta que conocen los organismos de seguridad: prohibir visitantes y perjudicar a los hinchas.
El hecho se produjo justo cuando el gobierno nacional había terciado para que vuelvan los visitantes en Primera División. Mientras la provincia de Buenos Aires no quería saber nada con esa tentativa, desde Nación interpretaron (correctamente) que no tenía sentido mantener la prohibición. Ahora, el secretario de seguridad Sergio Berni vuelve a la carga sobre el tema y plantea que no se puede jugar con público visitante. Si el problema es una interna, ¿Qué garantía existe que cuando Boca juegue de local no vuelvan a producirse los mismos hechos? Evidentemente, la propuesta de Berni es consecuencia de pensar con el piloto automático de la estupidez. Por suerte, no todos en el gobierno enfocan el problema desde una mirada tan obtusa.
El problema de las internas lo hemos señalado en repetidas oportunidades. El dinero que se mueve alrededor del fútbol es exorbitante al lado de otras actividades. Los clubes manejan números cada vez más altos y los barras quieren su tajada. En ese sentido, si la disputa es por los puestos de chroripanes, los estacionamientos o la participación en un pase de un jugador es una cuestión secundaria en relación al gran botín que hay para disputarse. La violencia con la que se dirimen las internas son sólo el emergente de un problema mucho más amplio.
Paradójicamente, una de las medidas que se han tomado desde 2007 para frenar la violencia brindó un nuevo negocio a las barras. Como cada vez es más difícil adquirir una entrada, sobretodo de visitante, el manejo y venta de ese bien escaso es otra importante fuente de ingresos para las hinchadas. En consecuencia, también es otra causa de peleas internas. Páginas de internet como Caminito Futbol Tour o Buenos Aires Futbol Tours, que ofrecen entradas para los partidos Boca y River a precios muy superiores al valor convencional, están sospechadas de tener vínculos con las barras.
Queda claro entonces, que si se vendiesen más entradas, más gente iría a la cancha. El supuesto temor” a concurrir a los estadios no se condice con la realidad. No por nada Alejandro Fantino en su programa el Show del Fútbol lanzó la convocatoria para que los hinchas dejen de ir por un torneo a los partidos. Por más violencia que haya los simpatizantes quieren ver los encuentros in situ. Eso lo demostró el partido Estudiantes-Boca donde las inusuales 8 mil quinientas entradas para el público visitante se terminaron en unas horas. Eso explica por qué el manejo de entradas para la reventa genera un negocio tan apetitoso.
Ante este panorama es difícil plantear que las restricciones que sufren los hinchas es un problema igual o de mayor importancia que la “violencia en el fútbol”. Es complicado pero debe seguir haciéndose. Porque con la excusa de terminar con hechos tan horribles como el ocurrido en la previa de San Lorenzo-Boca se va a terminar “matando” el folklore del fútbol argentino. O lo que es más grave aún fomentando nuevos negocios que corrompan todavía más a las hinchadas. Estas dos muertes han enlutado nuevamente al deporte más popular de nuestro país. Esperemos que la respuesta a futuro no resida en un nuevo castigo a los hinchas.