Se lanzó CFK: Jirones de su vida, por Juan Ciucci

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Se lanzó CFK: Jirones de su vida, por Juan Ciucci

23 Junio 2011

 

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Sucedió en un acto en el que estaba "poniendo en marcha el verdadero espíritu de la Ley de Servicios y Medios Audiovisuales” al “llamar a concurso público para 220 señales de televisión abierta en todo el territorio de la República Argentina”. Eligió para el anuncio  un acto en el que la pluralidad de voces era nuevamente sustentada, ahora materialmente en este apoyo a nuevas señales. La comunicación, nuevamente como batalla.

Y evocó un discurso (quizás EL discurso) de Evita en este anuncio. Lo hizo en relación con la primera transmisión de la televisión argentina, del acto del 17 de octubre de 1951. “Ahí Evita pronunció aquella famosa frase “aunque deje jirones de mi vida en el camino” y también allí confirmó lo que le había dicho al país un 31 de agosto cuando ratificó que no iba a acompañar al general Perón en la fórmula para las elecciones del año ’52”, nos cuenta Cristina.

Esa imagen, ese discurso, es quizás uno de los momentos más intensos y conmovedores de nuestra historia. Esa mujer, en trance de muerte, nos brinda su vida y su nombre para que lo llevemos como bandera a la victoria. Sabe dónde esta parada, sabe qué puede ocurrir, sabe cuál es su lugar en la historia. Como estadista, como política, como militante; Evita bendice su suerte y la asume por todos nosotros. Y también nos avisa y encomienda: “Yo les pido hoy, compañeros, una sola cosa: que juremos todos, públicamente, defender a Perón y luchar por él hasta la muerte”.

En este discurso, en este salón, en este 2011, Cristina no esta alejándose de esta vida, pero sí sabe que esta entrando a la Historia. Podría haberse ido, tranquila, al sur a descansar después de estos duros años. ¿No tiene miles de millones? ¿Y hoteles de lujo? ¿Y media Patagonia? Ya dijo que su familia ha pagado muy caro este deber militante. Sus hijos, sin duda, lo saben. Y ella misma, también (veamos las fotos de cuando asumió el cargo, y veremos que el ejercicio del poder consume lo mejor de cada uno). Suponíamos que un político puede querer permanecer en el poder para lograr su propio beneficio, o por pura adicción al mismo poder. Hoy tenemos que agradecerle a Cristina que se quede aquí, con nosotros, conduciendo este proyecto nacional y popular. Porque ha comprendido (y como ella dijo, el pueblo no para de decírselo) que es quien mejor puede hacerlo. Que es la que une a todos los argentinos que queremos una patria liberada: socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana.

Las discusiones que podemos desarrollar ahora van por diversos senderos, y sirven si suman a la construcción del país que viene. ¿Es mucho o poco tiempo el que vamos transitando? ¿Cuánto necesitamos para transformar la patria? ¿Esos 10 años famosos que nadie alcanzaba, son un techo o un camino en un proceso? ¿Cómo entendemos desde ahí a esta democracia? ¿A quien le sirven gobiernos breves? Y retornan las lógicas del caudillo (y este caso es novedoso: ¿se dirá caudilla?). Porque desde una tradición nacional, siempre reivindicamos a los caudillos (San Martín, Rosas, Perón era la línea; Cristina recupera también a Irigoyen, pero creo no le dio el fuste). Tenemos una líder, que nos guía sosteniéndose en su pueblo.

Y el final del anuncio no podemos obviarlo (por no decir que no queremos más que remarcarlo): “Mi compromiso es irrenunciable e irrevocable, no solamente por su  memoria, por su legado, sino, fundamentalmente, por los jóvenes que tanto esperan de este nuevo país y en el que espero ser un puente entre las nuevas y viejas generaciones”. Nada menos que cuando anuncia que va a someterse nuevamente al voto popular, termina haciendo referencia al famoso “trasvasamiento generacional”. La presidenta no solo reconoce el lugar de la juventud dentro del proyecto, sino que además dice que parte de su compromiso es por ellos. Que son el futuro de nuestra patria, sean estudiantes, trabajadores, desocupados, militantes, hijos. Los jóvenes no sólo como conjunto, sino como parte de las organizaciones sociales que están llevando adelante este proyecto, y este país.

Una mujer, nuestra primera presidenta, que culmina un mandato de modo brillante, y con un amplio apoyo popular que le permite ser reelegida. Esta mujer que ha comprendido su lugar en nuestra historia, y que pone su vida al servicio de nuestro futuro. Gracias, compañera presidenta, por tanto esfuerzo.

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