"La Cámpora es la encargada de organizar la irreverencia juvenil"

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"La Cámpora es la encargada de organizar la irreverencia juvenil"

25 Agosto 2012

Por José Cornejo

AGENCIA PACO URONDO: ¿Qué reflexión te despierta la consigna presidencial del acto de Vélez “Unidos y Organizados”?

Homero Konkurat: Le agregaría “en solidaridad” como viene repitiendo Cristina hace un tiempo. Esa consigna despierta gran expectativa. El Vélez del 27 de abril fue, probablemente, un antes y un después en la historia de este proyecto político porque por primera vez se hace evidente la voluntad de construir y organizar la fuerza propia del kirchnerismo.

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APU: ¿Y eso qué consecuencias creés que puede tener y en qué plano es aplicable? Uno piensa de acá a 2015 ¿Te parece que se puede construir una fuerza unificadaen ese tiempo?

HK: Totalmente. Creo que mientras exista la voluntad y la grandeza por parte de la militancia de resolver las nefastas herencias que nos dejó el neoliberalismo atomizando el campo popular, siempre vamos a poder salir adelante, lo que significa tratar de institucionalizar lo que se alcanzó, tratar de profundizar con militancia lo que todavía nos falta. Creo que “Unidos y Organizados” puede servir, no tanto como slogan, sino como mandato porque tenemos que recuperar la democracia económica. Centralmente, lo que hizo esta etapa del Proyecto Nacional y Popular que condujeron Néstor y Cristina es devolver la democracia política, es decir, recuperar aquellos resquicios de institucionalidad para el pueblo. Nadie va a negar que esta fue la etapa en que mayor participación popular tuvimos desde el regreso de la democracia pero todavía nos falta la democracia económica.

“Unidos y Organizados” tiene que concebirse como una usina de pensamiento y acción para lograr esa democracia económica, es decir, lograr un programa de liberación nacional acorde al tiempo que vivimos y, seguramente, sea en 2013, 2015, 2017 o cuando sea, esa fuerza va a estar lista para disputarlo.

APU: ¿Te parece que en los tiempos electorales las candidaturas –que son unipersonales- pueden hacer más lento el proceso de unidad?

HK: No, creo que si entramos a preparar la fuerza propia en cuestiones meramente electorales estamos equivocados. Lo electoral es una forma de medir el desarrollo de la fuerza, cuánto apoyo popular tiene lo que uno va construyendo. Pero la construcción de esa unidad tiene que ir por otro lado, por logra mayor unidad de acción y concepción en los barrios, en las fábricas, en los centros de estudiantes, en todos los lugares donde se despliega la política nacional. Obviamente, si eso se refrenda de forma favorable a nivel electoral, bienvenido sea, hay que construir para eso pero la unidad tiene que lograrse ahora, ya, en este momento hay que empezar a construir, no solamente pensar en instancias o tiempos electorales.

APU: ¿No creés que puede generar mucha resistencia la posibilidad de disolver las identidades previas?

HK: Yo no hablo de disolver identidades. Cada uno, viniendo de la fuerza de la que viene, tiene una historia militante, una identidad que nosotros llamamos “andarivel del Proyecto Nacional” y todas confluyen, en este momento, en reforzar la figura de Cristina como conducción estratégica de este proyecto. Si el día de mañana –y ojalá suceda- existe la posibilidad de que, con mayor coordinación de la acción y con un programa estratégico, se forme una gran fuerza, bienvenido sea. Ahí estaremos seremos los primeros para bancarlo.

APU: Parece que la Presidenta a elegido como organización interlocutora o con una responsabilidad mayor a La Cámpora. ¿Qué reflexión te despierta el rol de La Cámpora en esta consigna que propone la presidenta?

HK: Celebro que Cristina haya tomado esa decisión porque al resto de las organizaciones y a todos los interlocutores del Campo Nacional y Popular nos pone un interlocutor privilegiado. Eso implica por un lado una gran oportunidad pero también una gran responsabilidad en los compañeros de la Cámpora en conducir esto. Porque acá conducir y, vuelvo al viejo Cooke, implica organizar. Cooke hablaba de que un clima de irreverencia individual no puede nunca servir a las grandes causas del Movimiento Nacional, acá estamos en una instancia parecida. Cuando Néstor nos llamaba a los jóvenes a ser irreverentes, nos estaba diciendo, organicen esa irreverencia. Y es quizás La Cámpora ahora es la encargada de organizar esa irreverencia para que por fin exista un movimiento de liberación nacional acorde a la etapa que vivimos.