Un compromiso cada vez más urgente para las empresas locales
Actualmente, cada segundo de desconexión puede traducirse en pérdidas económicas; por ello, la garantía de tiempo de actividad (uptime) se ha convertido en un estándar clave para medir la confiabilidad tecnológica de una empresa.
El reto ya no es solo ofrecer un buen producto o servicio, sino también mantenerlo disponible de forma constante. Hoy, la confianza del cliente se construye también sobre la base de la continuidad digital. ¿Por qué? Aquí te lo contamos.
¿Qué significa realmente el tiempo de actividad?
El tiempo de actividad, o uptime, es el porcentaje de tiempo durante el cual un sistema, servidor o aplicación permanece operativo y accesible. Se expresa comúnmente así:
● 99 % de disponibilidad equivale a unas 7 horas de inactividad al mes.
● 99,9 % (tres nueves) equivale a 43 minutos de caída mensual.
● 99,99 % (cuatro nueve) reduce ese margen a 4 minutos y medio.
Y las grandes tecnológicas, como Amazon o Google, suelen aspirar al 99,999 % (cinco nueve), es decir, apenas 26 segundos de inactividad al mes.
Estas cifras parecen simples, pero para un ecommerce, una fintech o una empresa de logística, esos minutos pueden representar miles de dólares perdidos, clientes frustrados y daño reputacional.
SLA: La promesa detrás del tiempo de actividad
Para garantizar ese nivel de continuidad, los proveedores tecnológicos establecen Acuerdos de Nivel de Servicio (SLA, por sus siglas en inglés). Estos contratos detallan el porcentaje mínimo de disponibilidad, los plazos de respuesta ante incidentes y las compensaciones en caso de incumplimiento.
Por ejemplo, un proveedor que ofrece un SLA del 99,9 % asume la responsabilidad de mantener sus servicios activos al menos durante ese porcentaje del tiempo. Tal como ocurre con el alojamiento en la nube de Wavenet Argentina, que ofrece un alto compromiso de disponibilidad y de tiempo de actividad.
Un cambio de mentalidad
En los últimos años, las empresas locales, sobre todo en Latinoamérica, han comenzado a adoptar prácticas más formales de disponibilidad y monitoreo. Aunque muchas aún dependen de infraestructura compartida, hay una tendencia creciente hacia la profesionalización tecnológica.
Tradicionalmente, los negocios pequeños han priorizado el costo por encima de la confiabilidad. Pero la transformación digital ha demostrado que un sistema barato que falla constantemente resulta más caro a largo plazo.
La buena noticia es que los proveedores de servicios en la nube han democratizado el acceso a infraestructuras de alta disponibilidad, permitiendo a las empresas pequeñas y medianas competir bajo los mismos estándares que los gigantes globales.
Construir confianza mediante la disponibilidad
El uptime no es solo una métrica técnica; es una promesa de confianza. Cuando un cliente accede a un sitio web, realiza un pago en línea o usa una app corporativa, espera que el servicio funcione. Cada interrupción erosiona esa confianza.
Las empresas locales que prioricen la disponibilidad estarán mejor posicionadas para competir, crecer y atraer clientes exigentes. Además, hoy en día ya no hay pretextos para no adoptar este tipo de tecnologías con soluciones cada vez más simples de implementar, más económicas y también más versátiles.