Sobre "censura" y despidos a periodistas, por Nicolás Adet Larcher
Por Nicolás Adet Larcher
El empresario Cristóbal López anunció en un breve comunicado el despido de los periodistas Antonio Laje y Gustavo Mura, lo que provocó una amplia repercusión mediática, evitada en otras ocasiones similares.
El grupo Índalo, perteneciente al empresario López, emitió un comunicado sobre el despido de 25 personas. Los periodistas Eduardo Feinmann (C5N) y Oscar González Oro (Radio 10), expresaron su repudio por los despidos, que en palabras de los propios damnificados se debe a un hecho de censura de parte de la empresa. Inmediatamente, medios como Clarín, La Nación y Perfil, tomaron la noticia y la expandieron en forma instantánea.
Sin embargo, los despidos a periodistas por parte de empresas privadas no son una novedad. Incluso, aquellos mismos medios que denuncian estos hechos, son protagonistas privilegiados en su producción.
En 2007, el programa “La siesta inolvidable”, que era conducido por Jorge Halperín desde hacía seis años, y se trasmitía por Radio Mitre, fue levantado del aire. La justificación de la empresa: “nos anunciaron que el programa no iba más: no les gusta cómo opinamos”, dijo el conductor. El ciclo había contado con la participación de periodistas como Carlos Ulanovsky, Gillespi, Adolfo Castelo, Lorena Maciel, entre otros, desde su nacimiento en Radio Del Plata.
Otro episodio que involucra al grupo Clarín es el relacionado a Enrique Lacolla, periodista de la Voz del Interior de Córdoba. En 2008, en pleno conflicto agropecuario, la empresa rechazó un artículo de Lacolla por no adecuarse a la línea que manejaba el diario en el enfrentamiento contra el gobierno. La nota en cuestión se llamaba “la sedición del campo”.
Claudio Díaz, fue otra víctima de la censura de parte de Clarín, y lo comunicó por medio de una carta. El periodista había sido entrevistado por la revista Veintitrés, y había criticado el accionar del Grupo en el conflicto agropecuario. Según relata en su carta, “Las autoridades editoriales (en este momento no se me ocurre otro término) le comunicaron a mis jefes que “de ahora en más” dejara de escribir la página 3 del Zonal (que se supone es la más “importante”) y que me limitara a hacer -es textual- notas blandas.”
Una de las figuras más destacadas de la programación de Mitre hasta 2012 era Marcelo Zlotogwiazda, que actualmente mantiene un programa de radio en Del Plata. En una de sus columnas en El Cronista titulada “La riqueza oculta de las familias top” escribió que un grupo de familias posee el 2,97% del ingreso a nivel nacional, lo que representa unos 12 mil millones de dólares, y sentencia que “esas familias ganan por año un promedio de u$s 12,5 millones”. Entre las familias mencionadas, se encontraba Herrera de Noble. Luego de esa nota, el periodista comunicaba que la radio no iba a renovarle el contrato, mientras negociaba su pase con Del Plata.
Clarín también quiso incursionar en otros terrenos cuando a fines de 2012 presentó una demanda penal contra los periodistas Roberto Caballero, Sandra Russo, y Javier Vicente, acusados de “propaladores del mensaje gubernamental contra el Grupo Clarín”. El hecho que fue repudiado por el CELS y por todo el abanico periodístico (opositor u oficialista). Más tarde, el CEO del Clarín, Héctor Magnetto, denunció al periodista Víctor Hugo Morales sin razón específica, lo que generó un nuevo repudio generalizado.
En 2010, no sólo Clarín protagonizó “hechos de censura”. En América, removieron el programa “Tres Poderes”, conducido por Reynaldo Sietecase, Gerardo Rozin, y Maximiliano Montenegro. El hecho se precipitó luego de que Francisco de Narváez – uno de los propietarios del grupo – fuera invitado al programa. La sensación de incomodidad del político colombiano fue inmediata, al tener que responder preguntas acerca de su patrimonio. Luego de que se levantara el programa, De Narváez también se encargó de levantar la columna de Sietecase en LT8 Rosario, también de su propiedad.
En La Nación, los méritos para el despido son menores. En 2011, Claudio Minghetti fue despedido luego de trabajar más de 16 años en el suplemento de Espectáculos del diario, por escribir una reseña positiva sobre la película “Juan y Eva”, que retrataba la historia de Juan Domingo Perón y Evita. En aquel momento Minghetti expresó: “Desde hace tiempo en La Nación, especialmente cuando empezó el tratamiento de la nueva ley de medios, si no ocultabas tu ideología particular o tus opiniones te empezaban a mirar mal y yo quedé un poco marcado. La situación fue empeorando, pero no en la sección, sino en espacios de más arriba”.
En Editorial Perfil (del empresario Jorge Fontevecchia), hace unos pocos días, la Asamblea de Trabajadores convocó a un paro por el despido de 12 trabajadores. La empresa tiene un largo historial de ajuste sobre sus empleados.