México:La reforma educativa y la privatización del petróleo
Por Anaclara Soria
Durante septiembre, el Congreso Nacional mexicano aprobó la Reforma Educativa según la cual los maestros deberán rendir exámenes trimestrales que tendrán que ser aprobados ya que de lo contrario los docentes quedarán fuera del sistema educativo nacional de inmediato. A su vez , aquellos docentes que sean delegados gremiales deberán recibir su sueldo del gremio del que forma parte y estas entidades dan fuera de los planes de estudio de todas las modalidades educativas y de los exámenes que se les realizan a los maestros.
Las modificaciones que se establecieron con la nueva ley de educación, también prevee que los padres de los alumnos que concurran a los establecimientos públicos, tendrán que abonar una cuota mensual para el pago de la electricidad, y abonar los libros de texto con IVA lo que equivale a un aumento del 16 %. Antes de la reforma, estaban exentos del impuesto.
La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) decidió en asamblea movilizarse al Distrito Federal e instalarse en el Zócalo, frente a la Catedral y la casa de Gobierno Nacional. En cada estado quienes se movilizaron principalmente fueron los padres que tomaron cabinas de peajes a pesar de las brutales represiones que sufrieron en los estados de Oaxaca, Veracruz, Tlaxcala y Chiapas. Desde hace casi dos meses, la CNTE mantiene su lucha en diversos estados incluyendo el Distrito Federal.
El momento actual que atraviesa el país, ha obligado a la CNTE a compartir un espacio primero físico y luego de lucha: el Zócalo se convirtió también en el centro de la resistencia civil frente a la Reforma Energética que el Congreso mexicano planea aprobar antes de diciembre. La nueva Ley de Ingresos de los Hidrocarburos establece que los contratos de utilidad podrán ser compartidos entre el Estado mexicano y capitales privados.
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, pareciera insistir en destruir no sólo fuentes de trabajo, y el sistema público de educación, sino también una de las decisiones fundamentales de la historia mexicana del siglo pasado: que las ganancias de la actividad petrolera sean para el pueblo mexicano.