En 2018, empresas europeas exportaron más de 81 mil toneladas de pesticidas cuya venta está prohibida en sus propios territorios. Las recibieron 85 países, en su mayoría emergentes o en desarrollo. Un año antes, la ONU había calculado que los pesticidas habían ocasionado 200 mil decesos en todo el mundo.
Aunque resta conocer la magnitud de la crisis agravada por el coronavirus, se teme que para el segundo trimestre de 2020 se cuenten 305 millones menos de puestos de trabajo.
La xenofobia y el racismo se abren nuevamente paso en el discurso político de los países centrales. Migrantes y refugiados son presentados como culpables de todos los males que atraviesan los países donde viven. La violencia y el hambre generaron en 2017 tres millones más de refugiados.