El fin de la pandemia parece anunciarse en los televisores de las casas argentinas. Esa vieja normalidad a la que nos cuesta acostumbrarnos empieza a volver de a poco. Tinelli lo intentó, con un formato apenas actualizado, y perdió. Polka copió la fórmula y desembarcó con La 1-5/18: Somos uno, una telenovela como las de antes, pero en una época y una coyuntura que responde a otras demandas y deseos.
Mirtha nunca desafió las fronteras entre la televisión y el lenguaje, tampoco construyó una nueva forma de narrar el mundo que la rodeaba, pero sí logró apropiarse de una tradición hasta hacerla propia. Cosió una etiqueta sobre un estilo que existía antes que ella, casi como un homenaje a una era de la que, en un momento, fue contemporánea y después, transitó con nostalgia televisiva.